Bajé las escaleras y observé a Ian apoyado en un descapotable azul. Llevaba unos grandes lentes de sol,una campera de cuero,una remera blanca y unos jeans azules.El viento había despeinado ligeramente su cabello lo que le daba ese look de chico malo que robaba más de un suspiro.
-Y ese auto?-lo miré confundida.
-Resulta que Kevin me había dado acceso a su garaje y me dijo que podía tomar el auto que más quisiera con la única condición de dejarlo limpio.
-Y veo que tienes buen gusto-sonreí.
-Es una de mis múltiples como decirlo… virtudes-se encogió de hombros intentando no no sonar arrogante.
-Vaya humildad.
-No tengo nada más que agregar-dijo rascándose la nunca.
-Adonde vamos?
-Estaba pensando en que podíamos ir a comer algo por ahí, conozco un buen lugar que hace hamburguesas para morirse y luego vamos al supermercado. Que te parece?
-Suena como todo un plan.
-Y entonces que dices?Te apuntas?
-Son puedo decirte que no ante semejante propuesta.
-Entonces que estamos esperando?-abrió mi puerta-Vamos.
En el camino fuimos escuchando música y él cantaba , o aullaba , aún no estaba segura.
mIentras no acercábamos al comedor, descubrí algo realmente interesante.
-Veo que eres fan de la música de los 80.Creo que naciste en la época equivocada.
-Por que lo dices?
--Emm por tus gustos .
-Ahh si-rió-Eso.Si mis padres me pegaron todos sus gustos por la música de esa época.
-No te sientas apenado, yo también la amo, incluso la prefiero por sobre la horrible música de hoy en día.
-Lo sé-detuvo el auto-Llegamos.Juro que cuando salgas de aquí no te arrepentiras de haber venido.
-Te creo.
Entramos al lugar y lo primero que llamó mi atención fue una gran rockolla descansando en un costado del local.
-Tienes una moneda? – no puede evitar mi entusiasmo.
No hizo falta que dijiera nada más ,él lo entendió enseguida.
-Aquí tienes-me tendió el dinero-Pero elige sabiamente , por favor.
-Tu relájate y confía en mi, lo haré . No te decepcionaré.
Ian sonrió y fue a buscar una mesa para los dos.
Coloqué la moneda de 25 centavos y revisé cuidadosamente la playlist que me ofrecía la máquina.
Elvis
Queen
Janis Joplin
The Beatles
The Rolling Stones
Y asi una larga lista de reconocidos artistas de la época dorada de la música.
Cerré los ojos y dejé que la hermosa voz de Elvis Invadiera el ambiente.
Me acerqué a la mesa en la que estaba Ian y me senté frente a él.
-Wow
-Qué?
-Bena elección.
-Te dije que no te decepcionaría.
-Y cumples con tu palabra.Un brindis por eso.
-Siempre.
Una moza se acercó a nosotros con una libreta en la mano y una lapicera con un gran pompón en la punta en la otra.
-Buenas tardes, bienvenidos a “Homemade paradise”-dio una sonrisa forzada-Qué les gustaría comer?
-Tomaremos el especial del día y dos Coca-cola.
-Marchando-respondió alejandosé.
-Que hiciste?
-Pedir comida.
-Pero no sabes que pediste.
-Esa es la mejor parte, acaso no te gustan las sorpresas?
Negué con la cabeza.
-Oh te veía mucho más divertida,
-Oye me ofendes-dije tirándole una servilleta a la cara.
Luego de una eterna espera de 40 minutos nuestra comida llegó a la mesa y su olor inundó mis fosas nasalaes haciendo rugir a mi estómago lo que hizo reir a Ian.
-Te dije que las sopresas son buenas.
-Esta vez te doy la razón.
El almuerzo transcurrió con total normalidad.
Estaba comiendo la mejor hamburguesa del mundo y no exageraba, hacían años que no probaba algo así.
Ian estaba en medio de una divertida anécdota sobre sus comienzo como surfista cuando de repente la campanilla de la puerta sonó al abrirse esta y uno pasos hicieron eco en el lugar.
El perfume era muy familia para mí. Era SU perfume.
Levanté la mirada con miedo de que podía encontrar y mis temores fueron confirmados cuando lo ví .
Mi respiración se cortó cuando nuestras miradas se encontraron y el me sonrió tímidamente.
-Debo… debo irme al baño.