Los días pasaban y nuestra separación era inminente. Ian volvería a su ciudad y a pesar de que habíamos jurado que nos mantendríamos en contacto no estaba tan segura de que eso no fuese así.
No era muy creyente de las relaciones a larga distancia. Sabía de primera mano que no solían durar mucho y que una de las partes terminaba con el corazón roto y la otra parte solo continuaba con su vida como si nada hubiese pasado.
Ayer habíamos decidido pasear por la ciudad , siendo yo la guía turística. A cambio de mis servicios él me llevaría a dar una vuelta en motocicleta; talento que desconocía que tenía y le daba ese toque de chico malo sobretodo si tenía puesta su chaqueta de cuero y su perfume. Ese maldito perfume que me volvía loca.
Ahora estábamos en su habitacón y yo lo ayudaba a armar sus maletas, mientras el seguía comentando los planes que tenía cuando volviera a la ciudad.
-Deberé ponerme al día con un par de presentaciones y reuniones pero cuando me desocupe te prometo que tomo el primer avión que pueda y vengo a visitarte.
Me quedé mirándolo en silencio intentando memorizar su rostro para hacerla espera un poco mástolerable. Sabía que en su firma lo tenían súper ocupado y que si esperaba a que su ajetreada agenda se desocupara podrían pasar días y hasta meses y no sabía si sería capaz de soportar tanto tiempo sin Ian
Me había acostumbrado a su voz, a su olor ,a su risa ,a sus chistes, a sus brazos alrededor de mi mientras dormíamos que actuaban como una especie de barrera contra los monstruos y pesadillas.
Definitivamente eso sería lo que más extrañaria.
Se acercó hacia donde yo estaba y colocó un mechón de mi pelo que se había escapado de mí cola de caballo, detrás de mi oreja. Instintivamente incliné mi rostro para que quedara en su palma y sentir su toque.
-¿Estás bien?- preguntó preocupado.
Me obliqué a mi misma a tragar el nudo que se había comenzado a formar en mi garganta.
-Si, pensaba en lo mucho que te extrañaré cuando no estés aquí.
-Ey.dijo tomándome en sus brazos dándome la chance de sentir sus látidos.
-¿Qué?-alzé la mirada para verlo.
-Estaremos bien,lo prometo-respondió con tono firmeintentando que yo no me diera cuenta de como se había quebrado su voz, pero lo noté.
-Tampoco eres fan de las despedidas ¿o me equivoco?
-Me descubriste -una débil risa se extendió por su rostro-Te quiero Amber Rose.