De camino al auto sabía que tenía hacer. Intenté calmarme , no podía manejar en este estado.
Entre en mi Mini Cooper y me senté frente al volante. Intenté llamar una vez más pero nada ocurrió.
Encendí la radio y sintonizé el estereo. Necesitaba mi mente fría , para llengar sana y salva a casa.
Media hora después estaba frente a mi puerta,con el corazón latiendo amil por hora y sus palabras aún retumbando en mi cabeza.
-¿Qué haces aquí?-me miró confundida Jess.
Corrí a mi habitación y armé un bolso con lo justo y necesario.
-No puedo explicarte ahora, estoy apurada.Debo encontrar a Ian .Nos vemos en unos días.
-Pero..
No pude escuchar lo que dijo porque cerré la puerta para volver a mi auto. Minutos más tarde me encontraba en el aeropuerto esperando que mi avión a Michigan .
-Lo siento Steph tuve que irme,luego te cuento-teclee antes de arrancar el auto.
No me importaba explayarme más , lo único que me importaba era recuperar a Ian.
Realizar el check-in no fue lo más arduo. Lo que si lo fue, fue la hora de espera en la sala de embarque en la cual millones de preguntas y dadas entraban en mi cabeza y no tenian ni el más mínimo interés de salir.
Intenté llamarlo una vez más, tal vez en esta ocasión cedía y pidía volver a escuchar su voz , pero...
a) O su teléfono se había perdido.
b)Lo tenía apagado.
c) Simplemente me estaba ignorando.
Esta última opción era la más pausible para mí. Mi teléfono sonó en mis manos.
Un número desconocido y mi número dió un brinco al pensar que se trataba de él, pero esa ilusión no duró demasiado, cuando descubrí que del otro lado estaba Kevin.
-¿Am?
-Esa soy yo
-¿Tienes donde anotar?
-¿Anotar que cosa?
-Tu hazlo,luego te digo.
-Okay-saqué la libreta que siempre cargaba conmigo.-¿Qué es?
-La dirección de Ian.Luego puedes agradecermelo.
-Gracias Kev.Cuida de Jess por mí.
-Y tú ten paciencia con mi amigo.Los enojos no suelen durarle mucho.
-No lo sé, Kevin.
-Él te ama,te perdonará.
-Eso espero.
La voz sonó por el altavoz anunciando que era hora de emprender vuelo.
-Debo irme.Deseame suerte.
-Suerte querida Amber.
Guardé las cosas en mi bolso, tomé la maleta y subí al artefacto que se elevaría por el cielo para depositarme horas más tarde en mi destino.
La ciudad era hermosa, sobretodo al atardecer.Compré un café y tomé el primer taxi que encontré.
-Buenos días señorita.¿Adónde se va?
Saqué la libreta y le dí la dirección al conductor , quien me contó todo sobre su vida mientras viajabamos por toda la ciudad.
-Aquí estamos- dijo estacionando frente a un edificio-Son $25.
Deposité un billete de $50 y le pedí que se quedara con el cambio. Subí las escaleras hasta llegar a su departamento y llamé a su puerta pero nada.
Me senté en el piso a esperarlo con maleta en una mano y mi corazón dispuesto a brindar la disculpa más sincera que podía dar , en la otra. Debí haberme dormido porque lo próximo que sentí fue su mano en mi hombro y su voz despertándome.