Volver al trabajo no era para todos, para algunos era una carga, algo que hacía más tedioso su día a día y le daba ganas de morir.
No era mi caso.Yo amaba mi trabajo , no me imaginaba sin él. Y eso lo confirmé cuando puse un pie en la nueva editorial donde estaría por un año.
Mientras me acercaba al escritorio donde estaba una despampanante rubia , pensaba en lo familiar que eran para mí estos colores, los espacios, hasta incluso los cuadros colgados sobre las paredes. Era como si hubiesen hecho una réplica de la versión original.
-Hola, estoy buscando a Clerence Stuart-dije con la sonrisa más honesta y confiada que pude poner en mi rostro.
-Si , quién la busca?-preguntó sin siquiera levantar la vista del ordenar y mascando ruidosamente una goma de mascar.
-Chloe Grace Aiden.Me transfirieron desde Estados Unidos.Tengo una entrevista con él en quince minutos-dije mirando mi reloj.
Tal vez fue eso lo que llamó su atención e hizo que al fin se dignara a mirarme a los ojos.
-Bien, espera por el pasillo al final-señaló con el dedo antes de volver a su tarea.
Mientras los minutos pasaban solo podía pensar en si había elegido el atuendo correcto, si mi pelo estaba bien y si era correcto haber dejado la comodidad de casa para volver aquí.
Mi teléfono sonó en mi bolso sacándome abruptamente de mis pensamientos.
-Ve y muéstrale al mundo de lo que está hecha mi chica.Cuando vuelvas te esperará una sorpresa.Te amo.J.
Era increíble como un simple mensaje podía levantarle el ánimo a cualquiera y devolverle la confianza que parecía que haber perdido.
La puerta se abrió y un hombre de unos sesenta años apareció por ella.
-Usted es la señorita Aiden?
-Esa misma soy yo-dije parándome rápido de mi asiento.
-Pase, la estaba esperando.
Podría haber dicho que faltaba aún para la reunión , podía excusarme y decir que iría a buscar un café para hacer tiempo y repasar mentalmente todo lo que tenía para decir. En cambio simplemente entré a su oficina entregándome a la suerte.
-Bien, debe saber que es un gusto para nosotros tenerla aquí.Estamos al tanto de su labor en la editorial que se encuentra en San Francisco y debe sentirse orgullosa de su trabajo.Es por eso que , teniendo en cuenta su talento y dedicación y suponiendo que es una mujer fuerte , estable y segura , me gustaría ofrecerle un nuevo puesto, otro distinto al que originalmente le ofreceríamos.Y sería el de gerente.
Mis oídos no podían dar crédito de lo que estaba escuchando.Había empezado desde abajo y ahora me estaban ofreciendo la oportunidad de ser la gerente de una editorial de prestigio mundial.Sabia que esto lo hubiese conseguido en años en casa y esa era otra razón más para no querer abandonar jamás Canadá.
-Qué dice?
-Qué digo?-estiré mi mano-Digo que acepto.Cuando comienzo?
-El lunes a la mañana debería estar aquí.A las 9.
-Aquí me tendrá entonces.
-Un placer hacer negocios con usted.
-El placer es todo mío. Hasta el lunes-dije saliendo de la oficina.
Tuve que contenerme para no ir hasta el estacionamiento saltando como una niña pequeña a la que le había comprado la mejor muñeca del mundo.
Me subí al auto y manejé lo más rápido que pude para llegar a casa y darle las buenas noticias a Jack.
Un trayecto de 30 minutos se redujo a 15 debido a mi entusiasmo. Era algo normal para mí , algo que se esperaba.
Pero lo que no me esperaba era abrir la puerta de casa y encontrarme con lo que tenía frente a mí.
-Qué es todo esto?-dije llevándome las manos a la boca.
-Pensé que si íbamos a empezar de cero e íbamos a hacer las cosas bien, lo mejor sería que te mostrara que era en serio.
-Pero eso lo dejaste en claro hace rato ya.
-Lo sé, pero me sentía culpable por no haberte llevado aún a una primera cita.Asi que –se inclinó en una alabanza-Señorita gerente de “Primadonna” me concede esta cena?
-Cómo te enteraste?
-Las noticias vuelan rápido cariño-beso mi mejilla-Te dije que me harías aún más orgulloso.
-Sabes qué?
-Qué?
-Tú me haces orgullosa, y feliz y ahora me siento hambrienta de ver todo esto,Asi que comamos-me senté a la mesa.
-Amo cuando hablas así, espero que disfrutes la cena porque no tienes ni idea lo que te espera de postre.
-Es lo que creo que es?
-Eso mismo.
-Entonces estoy ansiosa-dije riendo ante sus juegos e intentos por sonar sexy.
Después de todo que más podía pedir una chica en un día, había tenido una promoción, un novio perfecto, una cena deliciosa y me esperaba una noche llena de sexo. Nada podía ser mejor.