One little bite ( Sett x Aphelios)

Omake (3/3): Vínculo espiritual (Ezreal x Thresh)

Ezreal despertó en un campo mojado por una fuerte lluvia que poco a poco se convertía en tormenta. Estaba sentado debajo de un árbol cuyas hojas comenzaban a marchitarse.  Temblaba de frío a pesar de estar abrigado y tenía envueltas sus piernas entre sus brazos.

—No debí venir. El árbol se está marchitando y ahora estoy atrapado en esta lluvia. No hay ningún espíritu…—se escuchó así mismo decir. Su voz sonaba diferente, un tanto infantil y se dio cuenta que se encontraba como un espectador en su propio cuerpo.

“¿Esto es Jonia? Esperen ¿Este soy yo?” Pensó Ezreal sintiendo como su yo más joven temblaba de miedo bajo el poco cobijo que le daba el árbol de los espíritus.

— ¿Estás perdido?— escuchó una voz gruesa preguntarle a su versión más joven.

— ¡¿Quién está ahí!—preguntó  con miedo el pequeño Ezreal y se puso de pie de un brinco revisando  a su alrededor. Fue cuando una pequeña luz parpadeante de color morado  atrajo su atención; alguien había estado ahí con él todo ese tiempo, detrás del robusto tronco. 

— ¿Y esa luz? ¿De dónde proviene?— se preguntó así mismo el pequeño Ezreal en voz alta y sin moverse de donde estaba, estiró su cuerpo para intentar ver  a quien se encontraba ahí.

—Es la luz de mi linterna. — le respondió la voz entre tosidos.

Sal de ahí, niño. Esto no pinta bien” pensó Ezreal  viendo como su versión más joven dudaba entre acercarse a su interlocutor o huir de ahí. Y cuando lo observó acercarse, se maldijo en silencio; había olvidado lo imprudente y curioso que era a esa edad.

—No te acerques, si me ves, te asustaras— dijo tristemente la persona que se encontraba oculta entre las sombras y volvió a toser de manera persistente.

— ¿Te encuentras bien?— preguntó el niño con voz preocupada y se sentó a una distancia prudente para seguir conversando con el extraño. — Te oyes enfermo. —

—A decir verdad, no estoy bien del todo. Alguien me ha separado de mis hijos y he perdido parte o gran medida de mi poder, estoy tan débil que si un Azakana se acerca seguramente no podré lidiar con él— confesó la voz con pesar.

— ¿Azakana?— repitió el pequeño Ezreal curioso del término.

—Son demonios parasitarios. Cuando un espíritu no encuentra guía, se corrompe y se vuelve un parasito. No razona ni siente; es una bestia sedienta de sangre— explicó la voz con seriedad.

— ¡¿Demonios?! ¿Aquí hay Azakanas?— preguntó el pequeño Ezreal con temor.

—Si, después del festival quedan residuos de energía espiritual en el campo y eso los atrae, seguramente mi presencia también. Les encantará devorar un espíritu agonizante. Si tan solo tuviera un pétalo o la maldita vulpina me regresara mis hijos podría volver a mi hogar pero estoy atascado aquí…—

— ¿Qué? ¿Tú eres un…?—el niño no tuvo tiempo de terminar su pregunta cuando a lo lejos vio la figura de un zorro. Saltaba con gracia en el campo mojado. Su pelaje era tan blanco, hermoso y brillante que parecía una luz danzarina en esa tormenta. Se paró frente a Ezreal y comenzó a rodearlo como si lo examinara.

— ¿Un zorro?— dijo el niño.

—Vete de aquí ladronzuela, vienes a ver mi fin. No te daré ese placer— dijo la voz con molestia y de la oscuridad emergió un gancho que hizo retroceder al joven Ezreal al ver como casi se incrusto en la espalda del zorro y este lo esquivo dando un grácil salto.

— ¡Espera no le hagas daño!—le pidió el chico.

—No te dejes engañar, esa no es su verdadera forma— le advirtió la voz.

Tanto la versión joven y adulta de Ezreal no pudieron entender a lo que se refería  y antes de que pudieran pensarlo, el zorro le saltó encima haciéndolo caer de espaldas. Olfateó todo su cuerpo con su nariz como si buscara algo en él y se detuvo en su bolsillo, al parecer había algo allí que atraía su atención. Rascó de manera insistente con sus patas haciéndole cosquillas al chico.

—Detente zorrito, me haces cosquillas—se quejó entre risas el pequeño Ezreal, parecía que al verse acompañado de tan singular par le había hecho olvidar el miedo que sentía al estar atrapado en esa tormenta.

El zorro chilló y siguió rascando en su bolsillo, hasta que el joven extrajo lo que tenía ahí. Eran los tres pétalos que había guardado, aunque dos de ellos parecían estar ya en mal estado.

— ¿Qué le paso a mis pétalos? Dos de ellos se marchitaron— dijo Ezreal viendo como el último apenas y conservaba un poco de color.

— ¡¿Eso es un pétalo del árbol?!— preguntó la voz con interés.

—Sí, los recogí esta tarde pero… se están marchitando—dijo Ezreal y luego vio como el zorro parecía interesado en el pétalo— ¿Esto es lo que te interesa?— le preguntó al zorro.

—No se lo des, ella…—

La voz guardo silencio y el ambiente se volvió tenso, la lluvia se volvió más lenta y el aire se sintió cargado. El pelaje del zorro se esponjo y gruño hacia un enemigo invisible delante de  él. Ezreal no supo el porqué de su cambio de actitud cuando vio subir por la colina a un hombre con una espada en su cinto.



#6499 en Fanfic
#8660 en Joven Adulto

En el texto hay: primer amor, yaoi, league of legends

Editado: 10.01.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.