One little bite ( Sett x Aphelios)

XIII. La oscuridad que devora

—Lo lamento— dijo Ezreal apenado mientras Thresh reunía a todos sus hijos en el hermoso jardín frente a su palacio.

Aún le parecía irreal estar en aquel plano, frente el espíritu que se había autoproclamado su “esposo”. Fue durante el Festival de la Flor Espiritual, mucho antes de conocer a Sett, que él tuvo un encuentro con el espíritu. Lo secuestró para cumplir una antigua promesa entre ellos, una que ni siquiera él recordaba; era tan peculiar. Incluso en ese momento le sonreía mientras alzaba su linterna y revisaba los recuerdos de sus hijos para encontrar a la mujer llamada Madame X.

—¿Por qué lo lamentas?— preguntó Thresh sin dejar de manipular las almas. —Sabes que yo haría cualquier cosa por ti..—hizo una breve pausa y miró a Kara con recelo antes de murmurar entre dientes lo siguiente— Excepto tolerar a esa mujer que has traído contigo.  Solo verla me produce celos ¿Por qué la has traído?—

—Es amiga de mi amigo, no tengo nada que ver con ella— dijo Ezreal tratando de excusarse cuando de pronto recordó lo que hacía ahí.— ¡Oye eso no es importante ahora! Pero...sé que no podré verte hasta el próximo festival. Me explicaste que la lámpara sólo podía usarla una vez por año para poder vernos, por eso lo lamento. Hoy no he venido a verte si no a pedir tu ayuda...—

— Es natural que un esposo ayude a su esposa ¿Qué clase de hombre sería si no ayudo a mi cónyuge cuando más me necesita? Además, el hecho de que lo lamentes quiere decir que una parte tuya comienza aceptarme— sonrió complacido el espíritu sin poder ocultar la felicidad que sentía..

Ezreal enseguida se sonrojó por su comentario y trató de contradecirlo cuando Thresh cambió drásticamente la expresión de su rostro. 

—¿Qué sucede?— preguntó Ezreal preocupado. 

—Esa mujer…—masculló Thresh con semblante molesto. —Sé dónde está, puedo guiarte por uno de los portales de mi linterna pero de ser posible me gustaría ir yo mismo.

—¡Sabes que no puedes ir!  Si abandonas a nuestros hijos, te quedarías sin poder y tú...—Exclamó Ezreal preocupado.

—¿Dijiste “nuestros hijos”?— dijo Thresh con un leve sonrojo sobre sus mejillas.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Tus hijos! ¡Todos tuyos!— gritó el rubio agitando sus manos comicamente.

—Te escuché—Thresh rió.

—Si tanto te preocupa nuestros pequeños me quedaré con ellos pero promete esto...— dijo tomando ambas  manos de su amado consorte. —Si esa mujer llega hacerte daño, en cuanto caiga en este plano. Yo mismo me encargaré de ella.—Ezreal pudo observar por el brillo de sus ojos que Thresh hablaba en serio. 

—Tendré cuidado. Ahora, por favor. Envíanos ahí—dijo el rubio para tranquilizarlo.

Thresh alzó su linterna y un portal se abrió. Kara entró primero y antes de que Ezreal cruzara, volteo a ver al espíritu. 

—Iré a verte el año siguiente sin falta, lo prometo—Thresh lo escuchó complacido y lo vio alejarse.

—Sé que lo harás, no mueras—

Ezreal volteó a verlo antes de desaparecer y a continuación fue engullido por una absoluta oscuridad. Pasaron  algunos minutos cuando una luz los cegó y aterrizaron estrepitosamente sobre lo que parecía un gran comedor causando un gran alboroto en el lugar.

—¡¿Dónde demonios nos dejó tu marido?!— gritó Kara molesta que apenas y había alcanzado a caer de pie sobre la mesa..

—¡Oye, no es mi marido! ¡Y ni una palabra sobre él a nadie!— gritó el rubio poniéndose de pie ya que había aterrizado sobre su trasero. 

—Creo que eso no debería preocuparte ahora. Estamos rodeados— dijo Kara haciendo un movimiento de cabeza señalando a los hombres vestidos de negro que habían irrumpido en la habitación y ahora los apuntaban con sus armas de fuego.

—¡Identifiquense intrusos!— gritaron los hombres.

Kara sacó un par de dagas debajo de su falda sin decidirse a quién atacar primero y Ezreal movía su mano envuelta en su guantelete dorado sin saber a quien apuntarle.  

—Bueno— murmuró Kara. —Veámosle el lado bueno, si nos matan podrás pasar más tiempo con tu esposo.

—¡Que no estamos casados!— gritó Ezreal olvidando por un segundo la situación en la que se encontraban.

Fue en ese breve instante, que una lluvia de cuchillas atravesó el cristal de la ventana  del comedor, Ezreal se lanzó de forma protectora sobre Kara para evitar que las cuchillas les dieran pero como por arte de magia, estas solo volaron hacia sus atacantes dejándolos inertes sobre el piso rodeados de un gran charco de sangre.

Kara y Ezreal no pudieron ocultar su sorpresa al ver a Aphelios entrar por la ventana rota y sosteniendo una extraña arma luminosa en su mano.

—¡Phel!— le llamó Ezreal pero Aphelios ni siquiera se inmuto, pasó cerca de ellos entre los cuerpos de los occisos y desapareció por la puerta por la que habían entrado los guardias.

—¿Qué demonios le sucede? ¡Nos ignoró completamente!— soltó Kara molesta bajando de un brinco del comedor.

—Son los efectos de la Noctum, tuvimos suerte de que estuviera lo suficientemente consciente para que no nos matara. — Dijo Ezreal siguiéndola.



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En el texto hay: primer amor, yaoi, league of legends

Editado: 10.01.2021

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