One Shots

¿Game over?

Esa sensación que solo se presenta en esta época de mi estación favorita donde los árboles se mecen al ritmo del viento y obtienes un perfecto cabello despeinado por el mismo, y escuchas la sonora y hermosa risa de aquel que amas burlándose de ti porque a pesar del que viento esta fuerte no subes la ventana del carro para nada, aunque se metan todas esas hojas secas de distintas tonalidades cafés por el otoño.

 

Después de que él falleció no había podido resistir el dolor de su perdida, al grado que caí hospitalizada y enferma poniendo el riesgo la vida de mi pequeña. Si, era niña como él lo había dicho. Perdí a mi pequeña de tan solo 5 meses y mi madre solía decirme que era porque mi bebe también había sentido la pérdida de su padre y decidió volver al cielo para verlo.

Los días después de estas dos perdidas habían sido duros y muy largos, me había costado levantarme de nuevo, pero sabía muy bien que mis dos amores me cuidaban desde arriba a donde quiera que estuvieran y donde sea que yo fuera.

Mi mejor amiga que había conocido desde el colegio siempre me halagaba de haber podido resistir tanto, pero nunca faltaba el día que me molestaba de que ya se me había pasado el tren. Siempre me regañaba de que me la pasaba del trabajo y del trabajo a mi departamento, que viviera un poco estaba joven todavía y estaba dejando la vida pasar.

Era cierto que después de eso me había cerrado a la sociedad, no tenía ganas de nada, ni de salir ni de conocer a otra persona, no quería amar a alguien más porque cuando pensé que ya tenía todo, terminé sin nada.

En una de tantas insistencias de Liza accedí salir en una fiesta de disfraces organizada por quien sabe quién, de verdad yo no sé cómo Liza encuentra fiestas y siempre va.

-Estos tacones me están matando Liza ¿de verdad era necesario que me vistiera así? No sé, pudo haber sido de Harry Potter o de una calabaza, yo que sé, algo menos llamativo. Esto enserio no es lo mío.

 

-Por Dios deja de quejarte por milésima vez y cállate de una buena vez, usaste cosas peores cuando íbamos en el colegio así que no me vengas con eso, velo como un favor ya que no quería venir sola, además te vez muy bonita con ese disfraz de gato- Dijo guiñándome un ojo.

 

-Súper graciosa eh, accedí a último momento para que dejaras de molestarme un fin de semana ¿y enserio fue lo único que conseguiste? además tengo derecho a quejarme porque esos niños se burlaron de mí.

 

-Ya déjalo estar. Disfruta la noche gatubela.

 

Asentí como una niña caprichosa y me baje del carro. Caminamos hasta la casa donde era la fiesta y nos dirigimos a una mesa que estaba en un rincón, pero cuando voltee Liza ya no estaba. ¡Genial! Obligada a venir y encima sola.

La verdad es que a donde quiera que fuera siempre tenía un recuerdo de él, había estado con él en tantos lugares y viví tanto en esos 6 años de relación y compromiso.

Recordé una vez que me lo topé y exactamente en una fiesta así, me tenía tan irritada por sus insistencias en el colegio que si lo veía cerca me iba a otro lado para no topármelo y no escucharlo.

 

Como siempre, Liza me había arrastrado a otra fiesta ridícula de disfraces para poder encontrar un buen chico para mí y dejar mi rollo de “todos los hombres son iguales”, pero las fiestas nunca era un buen lugar para encontrar a un buen hombre si hubiera alguna posibilidad. Y es que, si iba a las fiestas, pero no me gustaban tanto porque siempre esta Dan ahí, burlándose de mi con sus amigos y alguna chica diferente arriba de sus piernas. Obviamente nunca deje que viera que me afectara y por eso encontraba alguien con quien bailar y pasar el rato.

Sola y abandonada como siempre me dejaba Liza en cuanto poníamos un pie en alguna fiesta, decidí ir por vaso de lo que fuera que hubiera en esta fiesta. Había encontrado un líquido color rojo que olía bastante bien supongo que cualquier jugo o refresco debía tener alcohol, así que me había servido un vaso e iba en busca de un lugar no tan ruidoso y escandaloso en espera de ver si Liza aparecía y de no ver a Dan, hasta que el líquido rojo ya no estaba en mi vaso si no en mi vestido.

 

-Lo siento tanto, no me fije con esta máscara de Star Wars, es muy genial pero la vista es un asco.

 

-En vez de una máscara genial, necesitas unos lentes. – Dije tajante limpiando las gotas de la bebida que estaban derramadas en mi brazo, porque de mi vestido ya no se iba a limpiar.

 

-Bueno, pero creo que el ponche le da cierto look a tu disfraz ¿es fiesta de disfraces no? – Dijo tratando de remediarlo.

 

- ¿A sí? ¿De qué? Pase de ser una bruja sexy a una bruja destripada – Trataba de no gritar para no llamar la intención, pero realmente estaba molesta.

 

-Enserio lo lamento, déjame ir por otra bebida y puedo conseguirte ropa, debe de haber en algún cuarto de esta casa…

 



#17711 en Otros
#5130 en Relatos cortos
#28153 en Novela romántica
#4659 en Chick lit

En el texto hay: amor propio, amor, amor -odio-celos

Editado: 08.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.