Frente a nosotros está el castillo de Ulthar, el hechicero que destrozó la vida de cada uno de los que estamos dispuestos a enfrentarlo; Enyan la elfa oscura que con su gran visión nunca falla una sola de sus flechas en el blanco, su pueblo fue atacado por espectros y ahora viven condenados en los desiertos sin noche donde la luz los debilita hasta la muerte; Robin el Hechicero quien conoce muchas lenguas de este mundo y sus palabras invocan poderes ancestrales, aunque no siempre fue así, él era un aprendiz cuando los monstruos de hielo atacaron su escuela y congelaron a todos en ella, solo el sacrificio de uno de sus maestros lo mantuvo a salvo, su único deseo es la muerte de Ulthar que hará que los suyos regresen a la normalidad, a veces pienso que es el único al nivel de nuestro terrible adversario; Mor, el gigante vikingo, Ulthar maldijo a su pueblo con el eterno Ragnarok y sin importar a donde vayan jamás podrán estar en paz, lo único que los salvará es el poder del martillo de Thor que está en manos de uno de los secuaces del malvado hechicero; y al final yo, tal vez ahora parezca un gran guerrero pero cuando todo comenzó era un simple soldado que defendía las murallas de mi reino, pero fracasé y ahora todo el pueblo que juré proteger, es ceniza gracias a los ejércitos del hechicero y mi cuerpo tiene una terrible maldición que me debilita cada vez más, no espero encontrar la cura el matar a Ulthar pero habré ayudado a mis amigos.
Hemos pasado muchas pruebas hasta ahora que nos han dado glorias, pero también penas, sabemos cada uno lo que significa el sufrimiento, pero también sabemos lo que es la amistad y es nuestro más grande poder.
Rápido avanzamos a las puertas del castillo y una horda de grifos nos cierran el paso, sin embargo, para Enyan son blancos fáciles y sin ningún problema la magia de Robin los ahuyenta, sin embargo, la verdadera prueba está dentro del castillo, cada nivel está plagado de seres al servicio del hechicero y sus generales también nos esperan.
Al llegar a la puerta, Mor levanta su mazo de guerra, de un solo golpe y lanzando un feroz grito rompe la cerradura dejándonos la entrada libre, todo es oscuridad por lo que Robin lanza un hechizo para iluminar nuestro camino, la verdad, hubiera querido quedarnos a oscuras ya que frente a nosotros aparecen cientos de esqueletos guerreros que rápido nos cierran el paso y nos comienzan a atacar.
Cada uno lucha por su vida, pero es Mor quien más apoya al equipo ya que las flechas y la magia no afectan a estos seres y mi espada, aunque los parte, estos se vuelven a unir para continuar atacando, pero Mor, disfruta tanto pulverizando a los esqueletos que por primera vez en mucho tiempo lo vemos reír de una forma tan aparatosa que nos motiva a continuar la lucha, aunque nuestras armas no sean tan efectivas.
Cuando los esqueletos han sido derrotados, todo queda en silencio, solo se escucha nuestra respiración, de forma repentina, cada uno de los huesos rotos de los esqueletos comienzan a vibrar y se empiezan a unir formando un enorme ser, es el primer general, en una de sus manos lleva un enorme martillo que parece sacar chispas.
Mor mira sorprendido y nos dice que ese es el martillo de Thor y sin dudarlo se lanza contra el enorme monstruo, pero es rechazado sin dificultad mientras ataca al resto con los rayos que salen de su arma.
Todos intentamos ayudar a Mor, pero nuestras armas son inútiles y lo único que nos queda es ocultarnos para pensar un plan.
Mor no piensa igual y se lanza una y otra vez sobre su adversario, pero siempre es rechazado por el enorme martillo que cada vez lo lastima con más fuerza.
Todo parece perdido, pero algo se apodera de Mor y en un extraño frenesí de furia logra alcanzar a nuestro enemigo arrebatándole el martillo y a pesar de las heridas invoca el poder de Thor y con un increíble relámpago destroza al monstruo.
Las escaleras están libres, pero el costo ha sido mucho, Mor cae desplomándose, tan pronto como podemos vamos a auxiliarlo, pero él nos pide continuar el camino que lo dejemos descansar y tan pronto pueda nos alcanzará.
Respetamos su decisión y avanzamos, aunque en nuestro corazón sabemos que algo malo puede pasar al dejarlo.
Cuando llegamos al segundo nivel somos atacados por bestias guerreras, su falta de fuerza lo compensan con su manera de atacar y su agilidad.
Robin nos defiende con su magia, pero es Enyan quien con su agilidad con las flechas nos permite avanzar hasta la siguiente escalera, pero en el momento en que comenzamos a subir algo la jala y a pesar de que tratamos de rescatarla ella misma nos pide continuar. Lo último que escuchamos de ella es una bella melodía salida de su ocarina.
El siguiente nivel es la cámara del trono de Ulthar, solo quedamos Robin y yo y estamos frente a la puerta que lento se abre para dejarnos pasar, no hay ejércitos, solo un gran salón y al fondo nuestro verdadero enemigo.
Al avanzar, solo se escuchan nuestros pasos, mientras Ulthar nos espera sentado en su trono, su rostro tiene una mirada siniestra y una sonrisa burlona, “Han llegado a su fin” nos dice mientras se levanta y de sus manos salen dos esferas de energía las cuales apenas podemos esquivar, Robin intenta lanzarle hechizos, pero estos son desviados con tan solo sus manos, mientras sigue atacándonos con rayos y bolas de fuego.
Robin y yo nos miramos, aún tenemos la esperanza de derrotarlo ya que eso depende nuestras vidas y las vidas de las personas que amamos, todos los sacrificios no valdrán la pena si una vez frente al que provocó tanto dolor no podemos vencerlo.