Onism

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La respuesta a mi pregunta no llega pero él rapidamente aparta la mirada de mi y comienza a desatar las cuerdas que me ataban en cuanto consigo pararme me abraza y siento que este abrazo es diferente a todos los demas que e recibido, se siente como si lograra que cada pedazo de mi alma que se ha roto ya sea de manera vieja o reciente se volviera a unir y la vitalidad regresara a mi. 

Quiero que este momento sea eterno quiero quedarme aqui entre sus brazos y con mi cabeza recostada en su pecho para siempre pero se que eso no sera posible en cuanto él comienza a despegarse de mi, sus brazos van perdiendo lentamente la presion que antes ejercían sobre mi espalda, me sonrie y puedo jurar que aquella sonrisa ya me a sido dedicada en algún momento.

Quizás tan solo quizas el mal atrae de manera inevitable al bien y este sujeto a venido justo en el momento que yo lo necesitaba, justo cuando fui engañada por confiar tan ingenuamente en Ethan.

Se separa completamente de mi y empieza a caminar hacia la puerta por instinto yo lo sigo, lo que menos deseo es quedarme sola en este lugar.

Caminamos hasta la carretera y hay se encuentra un coche él me abre la puerta indicandome que suba en el asiento del copiloto mientras él rodea él coche y se sube en él asiento del conductor.

Mi mente me grita no te subas, que tal y tan sólo es como Ethan y si, a lo mejor él tambien es una mala persona pero todos somos malos de alguna forma después de todo él hombre nace bueno y es la sociedad la que se encarga de corromperlo.

Ignoro lo que mi cabeza dice y sigo lo que mi corazon me dicta, me coloco en él asiento del copiloto y en cuanto cierro la puerta escucho él sonido del motor del auto.

Avanzamos por la misma carretera solo que ahora ya no me parece tan tenebrosa como antes.

—¿Quien eres?— vuelvo a preguntar pues la duda siempre es la peor tortura.

—De verdad quieres saberlo— contesta él sin siquiera despegar su vista de la carretera.

—Por supuesto, me gustaría saber tu nombre— digo con verdadera curiosidad.

—Si es solo él nombre entonces no abra problema— dice mientras sonrie.

—Mi nombre es Caleb, seria un gran problema que quisieras saber quien soy puesto que a veces ni siquiera yo lo
 se— dice mientras me voltea a ver.

Algo en su sonrisa me hipnotiza e involuntariamente yo tambien comienzo a sonreir.

En cuanto mi boca toma la curvatura de una sonrisa soy aun mas consiente de lo cuarteados que se encuentran mis labios al igual que de lo reseca que mi garganta esta.

—Abre la guantera— ya no sonrie pero su voz no suena como una orden si no como una sugerencia y una vez mas no despega la vista del camino.

No lo dudo y la abro en ella encuentro una botella de agua y un sándwich, sin lugar a dudas en estos momentos estoy es lo mejor que podría pedir.

—Gracias— mi voz suena como la de una pequeña niña emocionada por su nuevo juguete.

Lo primero que abro es la botella de agua, no quiero parecer desesperada pero deseo ya tomar el agua, en cuanto esta entra en contacto con mi garganta siento como si toda la vitalidad hubiese regresado a mi cuerpo.

Una vez que ya no tengo la incomodidad de la garganta abro la bolsa que contiene el sándwich y comienzo a comer.

Diviso la ciudad a lo lejos y una vez que e terminado de comer mas que observar el camino observo a Caleb conducir; su mirada es serena como la de aquel que conoce todo y ya no se sorprende por nada, su mirada me recuerda a la de alguna persona muy vieja que extraña el pasado pero acepta con resignación y obediencia lo que él presente le esta dando. 

Me sigo preguntando que edad tendrá se ve joven pero a lo mejor es de esas personas que no aparentan su edad, no se si seria grosero de mi parte preguntarle a la gente joven no suele molestarla.

Nos adentramos a una parte de la ciudad en la cual las casas son enormes y todo es muy bonito, los grandes jardines se encuentran muy bien cuidados y en cada esquina puedes ver un buzon de correo a modo de decoracion o alguna estatua.

De repente Caleb se detiene enfrente de una casa apaga el motor del auto y baja, rodea este y abre mi puerta indicandome que baje.

Es aqui donde todo él miedo regresa a mi no quiero bajar, no quiero entrar a esta casa con Caleb que tal y hace lo mismo que Ethan necesito escapar de alguna manera, mis ojos se comienzan a humedecer y parece que en cualquier momento fuera a empezar a llorar.

Caleb parece comprender lo que me ocurre y con delicadeza acaricia mi mejilla con el dorso de su mano deteniendo asi la primera lágrima que comenzaba a escurrirse por mis ojos.

—Tranquila, conmigo estaras bien te lo prometo— me dice y no me queda de otra mas que confiar en el.

Salgo del coche y él cierra la puerta tras de mi, comienzo a avanzar y es cuando al fin veo la gran casa que tengo frente a mi es hermosa y enorme.

Caleb se coloca a mi lado y cuando llegamos a la puerta saca una llave y la abre.

La casa es tan hermosa por fuera como por dentro todos es tan hermoso y se nota que Caleb es muy detallista pues en cada rincon de la sala se puede encontrar un hermoso detalle.

Lo que mas logra llamar mi atención es una pintura colgada de manera que al entrar sea lo primero que se pueda ver, en ella se observa a un joven de ojos desesperados viendo a una chica y a esta desvaneciéndose, en el cuadro se expresa que ellos son separados por un reloj, este  encierra algo mágico como un gran misterio, es hermoso creo que esto deberia estar en un museo y no en una sala.

A mis espaldas Caleb cierra la puerta y continua caminando por un pasillo y después baja unas escaleras yo lo sigo atenta a cada uno de sus movimientos, cuando finalmente se detiene nos encontramos en una amplia habitacion con muchos libros en las paredes y en el centro de la habitacion se encuentra una mesa con dos sillas él se sienta en una y con la mirada me indica que me siente en la otra, yo lo hago y él silencio que se crea entre nosotros no es para nada incomodo al contrario mas bien reconfortante.

— Supongo que has de tener muchas preguntas— dice con un tono de voz sereno.

—Demasiadas— contesto.

—Se que en este momento te has de encontrar bastante alterada por todo lo ocurrido pero necesito que confíes en mi, necesito enseñarte demasiadas cosas y el tiempo apremia— dice él mientras me mira fijamente.

—¿Crees en la magia?— su pregunta me deja atónita pues nunca me lo había planteado.

—No lo se—eso es todo lo que atino a responder.

— La magia existe y es real pero no consiste en sacar conejos de un sombrero ni en adivinar cartas, la magia es algo mucho mas serio que tan solo algunos elegidos logran tener dentro de ellos, quienes han nacido con este don tienen el deber de ayudar a sus semejantes — en cuanto termina de hablar no se en que pensar.

— Cada mago o hechizera nace con un elemento y este es su elemento base se clasifican en 6 elementos: Luz, Penumbras,Agua,Fuego,Aire y Tierra; antes cuando existían muchos con el don en la Tierra habían seis reinos cada uno dueño de un elemento pero la sangre pura que nos permite conjurar hechizos se fue debilitando generación tras generación hasta que ya solo quedamos un puñar de magos puros —dice el.

— ¿Que elementos eres tú?— pregunto.

—Si un mago mata a otro puede obtener su elemento y yo no soy del todo una buena persona asi que domino todos, pero mi elemento base primero fue la 
luz—en cuanto termina de hablar vuelvo a sentir miedo.

Me levanto lo mas rápido que puedo de la silla y deseo empezar a correr Caleb a matado a alguien, estoy hablando con un asesino mi cerebro no alcanza a procesar sus ultimas palabras de manera tan rapida y solo es como si tuviera un cartel enfrente mio que dijera ¡peligro!.

Él ruido que realiza la silla al caer al piso es estrepitoso puesto que al levantarme la e tirado de tal manera que ahora se encuentra lejos por un par de metros.

Caleb me mira y corre hacia mi me tapo la cara esperando un golpe que jamas llega en cambio solo recibo un abrazo y un beso en el cabello que me hace sentir que todo saldrá bien.

—Tranquila siempre lo e hecho por protejerte—dice en un susurro y no se si me lo dice a mi o asi mismo.

No lo entiendo porque él dice que a matado por protegerme si antes de hoy yo jamas lo había visto, a lo mejor alguna vez nos cruzamos por la calle pero el y yo eramos unos completos extraños.

Poco a poco nos volvemos a separar y el se encamina hacia el lugar en el que e tirado la silla cuando se agacha y toma la silla puedo notar como debajo de su camiseta sus músculos se tesan, finalmente llega a donde yo estoy y vuelve a colocar la silla en su lugar, rodea la mesa y se vuelve a sentar en él mismo lugar, justo frente a mi.

—Porque me dices todo esto— digo con mucha duda impregnada en mi voz.

—Porque tu eres una hechicera y puedes llegar a ser de las mas poderosas, lo llevas en la sangre y si me lo permites yo te enseñare— su voz suena muy convencida de lo que dice.

—Y si no quiero, y si deseo continuar con mi vida— tengo miedo a su respuesta pero no puedo evitar preguntar.

—Me preocupaba que dijeras eso puesto que no tienes otra opción, vendras personas tan malas como Ethan a quererte atacar y temo que no siempre podre salvarte—me dice con una mirada seria.

No se que decir, el solo hecho de pensar que mas cosas malas me podrían ocurrir me hace bajar mi mirada al suelo y no la logro levantar, desearía ser mas fuerte y creo que ello me gustaria aprender aunque tengo miedo de descubrir que mi elemento sea el fuego aquel al cual tanto miedo tengo asi que no logro concentrarme para tomar una correcta decisión.

—Vamos arriba, te mostrare una habitación que desde ahora sera tuya puesto que vivirás aqui conmigo para mayor seguridad— dice mientras se levanta de la silla.

Comienza a caminar hacia una de las estanterías y se detiene frente a ella yo que lo voy siguiendo hago lo mismo.

—Sera una noche larga, porque no tomas un libro— dice mientras me sonríe amablemente.

Miro hacia el estante y este esta completamente lleno, decido tomar un libro de pasta en cuya portada se ve de manera imponente el titulo «Azrael guardian de los angeles caidos».

—Es ficción cierto— miro a Caleb puesto que ahora ya no se que pueda llegar a ser real.

—La ficción solo esta un paso mas lejos de la realidad— dice sin dejar de sonreír.

—Es una buena elección la que has realizado espero disfrutes leyendolo— una ves que termina de hablar comienza a caminar.

Una vez mas subimos las escaleras hasta llegar al largo pasillo por donde caminamos hasta la sala, pero Caleb no se detiene hay sino que continua caminando hasta llegar a otro pasillo en donde se pueden observar tres puertas.

Sin lugar a dudas esta casa es enorme pero me pregunto cuantos cuartos y salas tendrá y sobre todo como Caleb siendo tan joven puede costearse esta enorme mansión.

Caminamos hasta al final del pasillo y nos paramos frente a una gran puerta Caleb la abre y me indica con un gesto que pase yo lo hago y después de mi entrada él, la vista me deja maravillada es una habitación muy bonita.

La cama es digna de una princesa y todo esta muy minuciosamente acomodado lo que mas me sorprende es la pintura que hay en el techo de la via láctea.

—Todos somos pequeños fragmentos de estrellas por ello nunca dejamos de poder brillar—susurra Caleb a mis espaldas mientras observa el techo.

—Te mostrare algo hermoso— dice.

Caleb presiona un botón y despues apaga la luz, de golpe miles de puntitos comienzan a brillar en el techo simulando ser un cielo estrellado, creo que el no se equivoco al decir que esto era hermoso porque es la palabra mas simple que puedo usar para describirlo.

Después de un rato contemplando tan maravillosa vista Caleb vuelve a prender la luz.

—¿Te a gustado?— me pregunta.

—Me a encantado— contesto con  una gran sonrisa en el rostro pues al parecer no todo a sido tan malo hoy.

A él parece gustarle mi respuesta puesto que enseguida me sonríe como solo un niño pequeño e inocente sabe hacerlo sin un rastro de malicia y con los ojos brillando.

—Te dejare para que descanses mañana te llevare a un lugar en él cual podrás comprender un poco mas el porque de las cosas que han ido ocurriendo o al menos el principio de la magia — dice el con un tono sereno y una paz que parece imperturbable.

— Gracias, de verdad por todo— le digo mientras él se dirige hacia la puerta.

—A sido un placer para mi él poder encontrarte de nuevo— dice justo antes de abrir la puerta del cuarto.

Lo veo debatir internamente entre hablar o no cuando se encuentra a punto de cerrar la puerta desde fuera se detiene en el umbral.

—Alaia se que tienes dudas pero no toda la magia tiene que ver con los elementos, se puede hacer magia sin emplear ninguno de los seis— dice antes de finalmente marcharse.

En cuanto cierra la puerta presiono contra mi pecho el libro que e tomado de la estantería.  

Me dirijo con paso sereno hacia la cama y me recuesto en ella preguntandome si en algún momento le dije mi nombre a Caleb puesto que él parece conocerlo.

Mi cabeza esta hecha un lio pero dejo todo eso de lado y observo nuevamente el libro su portada parece vieja y desprende un leve olor a vainilla, amo los  libros creo que en todos se ensconde una gran oportunidad de viajar sin moverse y soñar sin que la realidad sea un limite.

Paso mis dedos por la portada pasando a la primera hoja y comienzo a leer :« Tan solo entre sus alas negras que desprenden una luz tan radiante y pura como las de un Angel encontraras consuelo, no temas porque has caido pero Azrael a llegado aquel que en tu suplicio jamas te abandoras, despues de todo el si los vencedores siempre cuantas la historia los perdedores siempre seran los malos»

Continuo leyendo y la historia cada vez se torna mas interesante siento que logro comprender al protagonista, que es tan solo un Angel que dudo y cayo pero no al infierno si no que quedo en el limbo aquel en el cual no se es lo suficientemente malo para ir al infierno pero tampoco lo suficientemente bueno para perdurar en el cielo por ello se ve obligado a vagar en la tierra hasta que su alma se purifique o se contamine lo suficiente.

Después de un rato finalmente cierro el libro y lo dejo sobre la mesa de noche, me levanto y apago la luz y despues a ciegas prácticamente me dirigió nuevamente a la cama y me entrego a los brazos del descanso momentáneo que las horas diurnas invertidas en dormir me ofrecen.

Despierto de golpe no se cuanto e dormido pero se que han sido varias horas en cuanto él sol que se cuela por la ventana golpea mi rostro.

He tenido un sueño extraño pero no podría catalogarlo como una pesadilla después de todo. 

En mi sueño estaba una mujer joven abrazando a Caleb y Ethan tan sólo los miraba desde atrás con la mirada resignada de quien es feliz tan solo con que su amada se a feliz pero no puede evitar sentir impotencia por su amor no correspiñondido, yo entraba al cuarto en el cual ellos tres se encontraban y Caleb se separaba de la mujer y me extendía la mano yo la tomaba con duda y en ese momento la mujer comenzaba a gritar y maldecir, Ethan corría a consolarla sus gritos me taladraban los oídos y ella tan solo me observaba con los ojos inyectados en rabia; Caleb me sostenía con fuerza la mano y me intentaba conducir hacia afuera de aquella habitación pero mi cuerpo no se novia tan solo me encontraba rígida mirando a aquella mujer que de un momento a otro se levanto y desplazo tan rapido que no alcanze a notar que se disponía a clavarme una pequeña daga en el estómago hasta que la sangre comenzó a brotar y fue en ese momento de agudo dolor que desperté.

No entiendo quien es la mujer de mi sueño ni porque Caleb la abrazaba y mucho menos logro explicarme que clase de relación tendrían ella y Ethan asi que prefiero ignorar todas esas dudas y concentrarme en el dia que esta por empezar.

Escuchó pequeños golpes en mi puerta y asimilo que es Caleb el que me habla.

—Porfavor pasa— le digo.

En cuanto menciono esas palabras observo su cabellera asomarse levemente por la ranura de la puerta que el a abierto.

Una vez que entra completamente al cuarto y me ve sonrie yo imito su acción y me pregunto porque encuentro tan interesante cada una de sus expresiones faciales.

Se encamina hacia el armario que hay en la pared y en cuanto lo abre me sorprendo al observar que no es tan solo un armario comun y corriente si no que al contrario mas bien es otro cuarto reflejo de ropa, zapatos, gorras, accesorios y tantas cosas que mis ojos aun no lo creen.

—Espero que esto te sea suficiente en cuanto a la ropa puesto que en verdad deseo que te sientas como en 
casa— dice él con una mirada tierna.

—Muchas gracias, enserio no se como agradecerte todo lo que has hecho por mi— digo.

—Ni lo menciones, al contrario soy yo el que esta agradecido por la confianza que me has dado— dice de manera amigable.

—Te esperare en él comedor, haré el desayuno— dice mientras se dirije hacia la puerta.

En cuanto sale me dirijo hacia él armario, quien diría que aquellas puertas eran tan solo el conducto hacia otra habitación.

Si hoy saldremos como dijo Caleb y habrá que caminar me gustaría elegir ropa comoda haci que me dirijo hacia donde se encuentra colgada un centenar de ropa y elijo un pantalones negros y una playera negra, y unos tenis del mismo color con esto en mano me dirijo hacia la ducha y después de desvestirme entro en ella me coloco debajo de la pequeña lluvia artificial y la temperatura del agua al igual que los olores de los jabones aromáticos son perfectos.

Una vez que e terminado de bañarme me coloco toda la ropa que e elegido y me miro al espejo, el color negro contrasta con el color de mi piel y me encanta.

Camino hacia la puerta y en cuanto llego al pasillo él olor a hot cakes inunda mis fosas nasales, la nostalgia me invade puesto que mi madre siempre los hacia cuando yo me encontraba triste justo como ahora.

Sigo caminando por el pasillo intentando disimular mi tristeza pues lo que menos deseo es darle motivos a Caleb para seguir preocupandose por mi.

Cuando llego al comedor observo la espalda de Caleb que aun se encuentra frente a la estufa cocinando, no crei que él fuera del tipo de chico que le gusta cocinar.

Observo como en la sartén un hotcake se encuentra perfectamente listo y Caleb susurra un muevete y él hotcake flota en el aire y cae perfectamente acomodado en el plato, quita la sartén del fogón y sopla ligeramente apagando el fuego y haciendo que la llave del gas se cierre.

Me quedo estupefacta como a podido hacerlo con tanta facilidad y sobre todo ¿utiliza la magia hasta para las tareas mas sencillas?.

Caleb toma el plato y se voltea en direccion hacia la mesa, en cuanto lo hace me observa parada en el umbral de la cocina.

—Que bueno que ya has llegado acabo de terminar— dice mientras asienta el plato y me sonríe.

Yo imito su accion y camino hacia la mesa sentandome en la silla frente a el, el me pasa un plato y yo comienzo a servirme de comer ; por un momento al verlo sonreír me olvido de todos los problemas como si él en si tuviera magia en cada expresión facial capaz de tranquilizarme.

—¿Volvere a la escuela y a mi antigua casa?— pregunto con miedo pues eso es lo que le tengo a la respuesta un autentico miedo.

—No creo que puedas retomar tu vida normal, en verdad lo siento— dice él con pena.

—Y mis amigos quiero seguir 
viéndolos— creo que lo ultimo sale mas como una orden y me regalo internamente una vez que e terminado de hablar.

A Caleb se le tensa la mandibula en cuanto menciono la palabra amigos y no se porque no parece enojado tan solo cansado.

—Si probablemente podrás volver a verlos pero ya no hablaras tanto con ellos, en este momento tienes asuntos mas importantes que atender— dice y por su tono se que hay finalizara nuestra conversación.

Caleb termina de comer antes que yo y se va a su cuarto, me indica que en cuanto él regrese nos iremos.

Término de comer y recojo los trastes una vez que termino esto me siento nuevamente en la silla a esperar a Caleb él cual no tarda en llegar tan oportuno como siempre.

Lo observo y se a ido a cambiar de ropa ahora lleva un pantalon negro, tenis negros y camiseta azul.

Con la mirada me indica que lo siga y eso hago salimos a donde a estacionado el coche y nos subimos él me abre la puerta y yo subo en cuanto hago esto él cierra la puerta  y rodea el coche se sube  en el asiento del conductor y pone en marcha el motor.

No es hasta este momento en que me doy cuenta de la pequeña mochila que lleva en la espalda se la quita y me la da.

—Puedes cuidar esto, porfavor— dice sin mirarme concentrado en el camino que a empezado a recorrer.

—Claro — esa es mi ubicación respuesta.

Él camino es bastante tranquilo hasta que salimos de la ciudad y nos metemos a una autopista de ahi tomamos un desvío y nos dirigimos hacia lo que parece una pequeña aldea abandonada.

Caleb estaciona el auto debajo de la sombra de unos arboles, una vez que lo hace y apaga el motor nos bajamos del coche.

Él empieza a caminar justo delante mio entre las casa y yo lo sigo, la aldea parece bastante antigua y todo se ve chamuscado.

—Esta aldea era bastante hermosa hasta que un loco incendio todo el lugar, lo recuerdas — dice con Esperanza en sus ojos.

—¿Como podría recordarlo?— pregunto.

—Cierto— dice el con tristeza.

Seguimos caminando hasta entrar a una pequeña choza en cuanto abrimos la puerta de la entrada lo que mas destaca de la casa es que justo en medio hay otra puerta.

Caleb abre con manos firme esta puerta mientras parece recitar en su cabeza algunas palabras.

En cuanto la puerta esta abierta  mis ojos no logran creer lo que ven es simplemente mágico si me lo hubieran dicho jamas lo hubiera creido, pero en un pestañeo me parece ver una sombra escabullirse.




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