Capítulo 2.- Actias Luna Evergreen.

Arrastraron a Evergreen por los pasillos del edificio — No te resistas, solo nos darás un motivo para dispararte en la cabeza — Dijo la capitana Rusell, para después soltar una sonora carcajada — En realidad no lo necesitamos.

Al bajar del elevador se toparon con una pareja de elfos que venían de pasear a su mascota — Lamentamos las molestias, nos retiraremos pronto sin hacer escandalo — Dijo rápidamente la capitana.

—¿un humano viviendo en nuestro edificio? —  Preguntó uno de ellos  horrorizado.

—Lamentamos no haberlo detenido antes, se debe tratar de un error de registro.

— ¿entonces el humano no estaba registrado? — Preguntó el otro levantando a su mascota, quien se acercó alegre a Evergreen —¿cuantos humanos pueden andar por ahí libremente sin que ustedes los noten? — Reclamó molesto.

—¡Wits, Cerastes, soy yo! — Exclamó Evergreen con desesperación — ¡He vivido aquí desde mi niñez,  Cerastes crecimos juntos, Wits recuerda que yo fui quien te regaló a tu perro, no pueden tratarme como si no me conocieran!

—No debiste mentirnos —  Dijo Cerastes con desprecio.

— ¿conocen a la humana? —  Preguntó la capitana — ¿con que nombre debo registrarla?

—Actias Luna Evergreen, ese es mi nombre — Dijo la joven mujer recobrando su postura.

—Claro —  Dijo la capitana mirándola a los ojos—  Tu clave de registro ahora en adelante será 1125, andando —  Ordenó.

— ¡esperen! —  Exclamó Wits — ¿a donde la llevarán?

— Lo siento, esa información es confidencial —  Respondió estoica. 

—¿la llevarán al campo? —  Preguntó con preocupación.

— Lo haremos —  Dijo sin detenerse.  

Cubrieron le rostro de  Evergreen con una bolsa de tela negra y la subieron a un vehículo — Me lastiman — Se quejó adolorida; Nadie respondió. 

—Juro que mis padres son elfos, ellos están registrados ¡puedo darles sus números para que verifiquen! 

—¿y por qué tu no tienes un número? — La voz de la capitana era lo único que Evergreen podía escuchar.

Evergreen titubeo por unos instantes — Mis padres no apoyan la forma de gobernar del Mayor, ellos no creen que sea necesario que todos estemos registrados y monitoreados.

—¿qué hacías antes de que ser arrestada?

—Yo estudiaba, tenia amigos, metas y sueños, tenia una vida, por favor no me la arrebaten — Rogó.

La capitana tomó su radio — investiguen la vida del individuo 1125, necesitamos saber como accedió a la educación sin tener un número, quiero a todos los involucrados en la estación mañana a primera hora. 

—No, no por favor, no involucre a nadie más, tomé el número de registro de mi madre, los profesores no sabían nada, tampoco mis amigos, era un secreto.

La capitana Rusell miró a Evergreen con recelo y quitó la bolsa de su cabeza — ¿sabes por qué necesitamos estar registrados y monitoreados? 

—Capitana Rusell no tenia otra opción, no podía ir contra la voluntad de mis padres, tiene que entenderlo, háganme pruebas para determinar mi raza, tiene que creerme — Dijo entre lagrimas.

—Necesitamos estar registrados y monitoreados para que rebeldes como ustedes no arruinen la armonía y paz que el Mayor a logrado para todos nosotros, la voluntad de tus padres no puede estar sobre la voluntad del Mayor, él es tu máxima autoridad.

—Tener un número no puede ser tan malo, ya se lo dije, háganme pruebas y les demostraré que no soy un humano, el tratado de paz de las tres grandes naciones dice que si existe una duda razonable sobre la raza de un ciudadano, este tiene el derecho de exigir una prueba para determinar si es o no un humano y...

La capitana la interrumpió alzando su voz— ¡El tratado de paz establecido en la cumbre de las tres grandes naciones dice que todo ciudadano, tiene que tener un número de registro y un rastreador subdérmico,  ya sean elfos, gnomos, gigantes, hadas, ninfas, trolls, cualquier raza inteligente, tu no tienes uno y tu aspecto no nos dice nada, me temo que irás al campo y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo.

—¿qué es el campo? — Preguntó temblando.

—Ya lo verás — Dijo poniéndole de nuevo la bolsa en su cabeza.