Mack me miro algo intrigada —¿Por qué? No es que me moleste o algo, es bueno que se lleven bien —se quedó viéndome a través del espejo.
Voltee a verla —No sé a qué se deba, creo que es algo similar a ti, la verdad no lo he pensado.
Mack se puso de pie y empezó a ayudarme a alisar mi cabello —Y ¿con Alex? —preguntó dudosa.
—¿Qué cosa? —mantuve la vista en mis manos, no es un tema de que ahora quiera hablar.
—Nada, olvídalo, no es el momento, ya está listo —dejo el cepillo a un lado.
Me senté a la orilla de la cama —sé que intentas ayudarme a no encerarme en todo esto, gracias —sonreí o al menos hice el intento de hacerlo —esto que está pasando duele, no te voy a mentir, y encontrar a un nuevo amigo me está ayudando, y tenerte a ti también. No quiero que se preocupar a nadie con esto, es algo común en todas las personas, enfrentar un corazón roto.
Ella se acercó y se sentó a mi lado —lo estás haciendo bastante bien, no dudes en hablar conmigo, tomate tu tiempo —me dio un pequeño abrazo el cual correspondí de inmediato.
—Has hablado con Alex de esto ¿cierto? —ella asintió.
—Creo que van a necesitar algo de tiempo para afrontar esto, ambos son mis amigos ahora, y quiero que los dos sean felices, no estoy diciendo esto para convencerte de salir con él, es tu decisión.
—Bien, no te preocupes, claro que te entiendo.
—Bueno, creo que ya los hicimos esperar lo suficiente —se puso de pie.
—Vamos —al salir de la habitación mis nervios fueron en aumento, debería tomarlo con calma, pero me conozco a la perfección. Ambas bajamos y fuimos a la sala, donde se encontraban los chicos conversando, al entrar nosotras se quedaron en silencio.
—¿De que hablaban? —Mack se acercó a donde estaban ellos.
Los chicos se pusieron de pie y respondieron al unísono —de nada.
—¿Nos vamos? —Max salió de la sala seguido de Oyster y Mack.
Salimos de la casa en dirección al auto de papá, Max, Alexy y yo subimos en la parte de atrás y Oyster puso el auto en marcha en dirección a la gran plaza de la ciudad —¿No has salido con tus padres a ver la ciudad? —cuestione a Max quien veía a través de la ventana.
Negó —han estado algo ocupados, he salido un par de veces, pero no es lo mismo que salir con amigos.
—Buen punto, podemos salir y visitar algunos otros lugares —Mack hablo desde el asiento del copiloto.
—El problema será convencer a Ali —dijo Alex a mi lado.
Oyster nos miró a través del espejo retrovisor —Mack y mis padres saben cómo hacerla salir —tenía una sonrisa en su rostro, sabe que tiene razón.
Pocos minutos después, Oyster estacionó el auto cerca de la plaza, bajamos y fuimos en dirección al café que acaba de abrir hace un par de semanas.
No era el salir lo que me tenía inquieta, era estar tan cerca de Alex, quiero tiempo para asimilar lo que está pasando, lo que pasa por mi mente, cada pensamiento donde esta lo que puedo haber sido, lo que no fue, y lo que quería que en realidad pasara.
Un romance idealizado, de novela, ese que me ha pintado la literatura, algo tierno y romántico como lo es el primer amor, pero todo esto es más trágico y casi imposible, es más real.
—¿En qué piensas Ali? Estas un poco distraída —Max iba caminando a mi lado.
Alex iba al otro lado de Max, lo mire de reojo, trataba de parecer ajeno a nuestra conversación, pero no era así.
—No es nada, me pasa seguido quedarme pensando en cada cosa —sonreí, aunque sabía que por la diferencia de altura no lo notaria.
Seguimos caminando uno cuantos metros hasta llegar al establecimiento, no había tantas personas a pesar de ser fin de semana, era un ambiente tranquilo, al entrar el olor a café llego a mí al igual que la música tenue de fondo.
—¿Vamos a la terraza? —Mack apunto hacia las escaleras del fondo.
—Por mi está bien —me acerque a ella y Oyster.
—Sí, vamos —Alex y Max fueron con nosotros hacia las escaleras.
Los cinco subimos, el lugar es bastante bonito, desde donde se puede observar la plaza frente al café, teniendo una vista agradable. Mack se dirigió a una de las mesas más cercanas al exterior, donde se podía contemplar la espectacular vista.
—¿Dónde vivías ates? —pregunto mi hermano, al no ser de nuestro círculo de amigos, no sabía casi nada de Max.
—En Canadá, fue poco el tiempo que estuvimos allá, pero por cuestiones de trabajo, tuvimos que regresar.
Max hablaba de su vida en Canadá con entusiasmo y un toque de nostalgia, debe ser difícil ir haciendo amigos y después irte a un lugar nuevo donde tienes que volver a socializar. Alex estaba
en silencio al igual que yo, escuchando a Max, a ratos sentía su mirada puesta en mí. A pesar de tartar que esto fuera una salida normal, no era de esa manera y los demás lo sabían a la perfección, el ambiente era algo tenso.
No estaba atenta a la conversación que ellos tenían, tenía mi vista en las personas que iban de un lado a otro por la calle, estaba consciente de lo que hablaban, pero no soy parte realmente de la conversación, algo típico en mí.