Al llegar al instituto me encontré con Mack, estaba concentrada en su teléfono, no dudo que este en sus redes sociales, le encanta estar al pendiente de estas. —Hola —me acerque a ella y la salude. Su vista se fijó en mí y después a Oyster quien estaba a mi lado.
—Hola amiga, Oyster—tenía una sonrisa en el rostro.
—¿Por qué estas tan contenta? —Oyster le pregunto, para luego abrazarla
Empezamos a caminar rumbo al salón donde tendremos la primera clase, que por suerte también nos toca juntas.
—Porque se acerca un día importante.
—¿Qué día? —dije mientras trataba de recordar, pero no se venía a mi mente ninguna fecha.
—Ali, eres todo un caso, no te voy a decir hasta que te acuerdes, ¿tu si sabes verdad? —esta vez le pregunto a Oyster, quien asintió y le dijo algo al oído.
Al llegar al salón estaba casi vacío, solo había un par de personas, entre y me dirigí al lugar de siempre, Mack y Oyster se quedaron en el pasillo conversando un rato, ya que él está en una clase diferente.
Saque un libro de mi mochila, ese libro lo había comprado en vacaciones de verano, pero lo había dejado en casa de la abuela, “Eleanor y Park”, un libro que estaba llamando mi atención. Muy buen libro.
Minutos después alguien se sentó a mi lado, lo que llamó mi atención.
—Hola —Alex se sentó a un lado, se notaba algo cansado.
Sin dudarlo correspondí a su saludo —Hola.
Eso fue todo. Volví la vista al libro, pero no podía concentrarme en la lectura, las personas que poco a poco iban haciendo más difícil mi concentración. Dejé el libro a un lado y comencé a ver Instagram hasta que la maestra entro al aula haciendo que todos fueran a sus lugares. La clase empezó como de costumbre, no hubo nada interesante.
—Tenemos la siguiente clase libre, ¿vamos afuera un rato? —Mack llamo mi atención, asentí. Ella estaba sentada enfrente de mi terminando de guardar sus cosas en su mochila. Imité su acción y comencé a guardar mis cosas también. —Estas más callada que de costumbre ¿te pasa algo?
—No, solo que no dormí del todo bien, ha de ser eso —salimos del aula encontrándonos a Max.
—Hola chicas, ¿A dónde van? —se veía muy contento.
—Vamos afuera, tenemos clase libre, ¿vienes? —dije mientras terminaba de acomodar mi mochila sobre mi hombro, el asintió.
—¿Y porque tan contento? —dijo Mack mientras caminábamos hacia la salida en dirección al patio.
—Digamos que hoy amanecí de buen humor —tenía una sonrisa en el rostro.
El clima frio era agradable, los rayos del sol eran soportables haciendo que el frio no se sintiera tanto. Nos sentamos en una de las bancas de madera —bueno, deberías contagiarle algo de tu buen humor a Alina.
Bueno, no esperaba salir para hablar ni contagiarme del buen humor de Max, así que solo sonreí y tomé el libro de mi mochila, sin prestar atención a lo que sucedía a mi alrededor. Que puedo decir, mi forma de ser es así, prefiero escuchar antes que hablar, lo que me ha traído algunos problemas.
—Creo que eso solo empeora su estado de ánimo —escuché decir a Max, pero me mantuve concentrada en el libro.
—Y que lo digas, pocas veces la he visto de buen humor, siempre esta callada.
—Bueno, hay que entender que todos somos diferentes, a algunos les atrae el silencio y a otros ser el centro de atención —al fin alguien que entiende.
—Deberían cambiar su tema de conversación, sigo escuchándolos —levante la mirada, acomodándome los lentes que habían caído un poco por el puente de mi nariz. A la distancia, Alex salió del edificio al lado de una de sus compañeras de alguna de sus clases, se sentaron en la mima banca donde habíamos estado nosotros días antes. Fije mi vista al libro nuevamente como si nada hubiese pasado y no llamar la atención de las dos personas enfrente de mí.
Los días siguientes Alex se alejó bastante, tal vez a eso se refería con que haría las cosas más fáciles para mi cuando le dije que necesitábamos espacio, puso tanta distancia entre nosotros, sin saber que pretendía con exactitud.
Al llegar yo él se iba, generando confusión, pero me negué a preguntar a algunos de os chicos del porque estaba actuando de tal manera, me centré más en otras cosas. Pero salir no estuvo en mis planes durante dos semanas, parece mucho tiempo, pero para mí fue como ir a dormir y despertar después de un par de horas. Así sentía el tiempo, como si las agujas del reloj llevaran más prisa por seguir marcando las horas como si fueran segundos.
—¿En qué piensas? —Max se sentó a mi lado —has estado leyendo la misma página desde hace un buen rato.
Cerré el libro y lo deje sobre la mesa, suspire levantando la mirada, encontrándome nuevamente a Alex con la misma chica —En la misma persona, no le tomaría importancia si no fuera por el desorden de emociones que me causa —Estábamos lo bastante lejos como para que él supiera que no podía dejar de verlo tomado de la mano con esa chica.
—Deberías dejar de pensar en eso, tal vez son amigos.
—Max, están tomados de las manos