Un par de horas más tarde, mi madre entro e a la habitación con una bandeja con algo de comida, no se fue hasta que termine de comer, no tenía mucha hambre, pero tenía que comer, ayer no había consumido nada de alimentos, así que ella estaba preocupada.
Después de bañarme, regrese a la cama, me adentre en las sabanas, me sentía fatal, esto de estar enferma no es para nada agradable, me falta la respiración, por lo que no puedo estar acostada por completo y eso es más cansado todavía.
—Hola hermanita ¿Cómo te sientes? —Oyster entro a la habitación, había llegado del instituto, puesto que aún tenía su mochila con él.
—Me siento terrible —aparte la vista del televisor —estar enferma no es nada bonito.
Se dirigió hacia el escritorio y se sentó en la silla frente a mi —Mack me dio esto —me entrego un par de cuadernos —para que te pongas al día.
—¿Por qué no vino ella? —me incorpore viendo las señalaciones que había en los cuadernos, se había esforzado bastante, lo sé porque a ello no le gusta mucho tomar apuntes.
—No lo sé, creo que tenía algo que hacer —después de decirme eso, salió de la habitación.
Me levanté y me senté en donde había estado mi hermano antes, puse algo de música y comencé a pasar los apuntes, fue algo bastante difícil, no me podía concentrar, hasta que entro mi madre otra vez, para darme los medicamentos y algo de comer.
—Te ves un poco mejor, ¿Cómo te sientes? —dejo la comida en el escritorio.
—Mejor —trate de sonreír —me sigo sintiendo bastante cansada, y con dolor de cabeza, pero creo que lo del cansancio es debido al medicamento.
—Dijo el Médico que tenías que descansar, así que en cuanto termines eso vuelve a la cama —asentí —no te presiones mucho.
—No lo hare.
Después de un rato, volví a la cama, tome mi teléfono y lo puse a cargar, no tenía pensado ver los mensajes, así que lo mejor era distraerme con alguna otra cosa, por lo que volví a encender el televisor, pero no encontraba nada que me llamara la atención. El medicamento había surgido efecto en conjunto con mi aburrimiento y me volví a quedar dormida.
Escuche unos suaves golpes en la puerta, pero seguía sintiendo sueño —¿Puedo pasar? —era la voz de Mack
—Sí, pasa —me incorpore y trate de arreglar un poco mi desastroso cabello, me da pena estar así, aunque entre nosotras hay bastante confianza.
—Me dijo tu madre que podía entrar bajo mi responsabilidad —dijo con una sonrisa —si me enfermo no es su culpa, me hizo prometerlo.
—Así es mi madre, pero tiene razón, podría contagiarte, y no quiero hacerlo.
—Por mí no estaría nada mal, faltar un par de días al instituto no es tan mala idea —hablo encogiéndose de hombros, causando que riera por sus ocurrencias.
Negue —No amiga, no es agradable estar enferma. —volvió a encogerse de hombros.
—Bien, pero me harías un favor, no quiero ir al instituto, es muy aburrido, no sé cómo puedes concentrarte.
Me recosté un poco en la cama —Es que no hay más intereses en mí, solo seguir estudiando, bueno, no hasta lo de Alex, pero eso está en el pasado —dije tratando de sonreír, pero en el fondo duele.
Mack acerco la silla un poco más hacia la cama —no quiero justificarlo ni nada, pero tal vez no es lo que parece, lo de ayer…
—Amiga, te diré lo mismo que le dije a Max, pensar en excusas solo nos lastimara. No quiero aferrarme a solo ilusiones.
—No deberías ponerte en ese plan, amiga, todo tiene una explicación, pero si esa es tu decisión, te dejaré en paz, pero ya no me mires así —levanto sus manos en señal de rendimiento.
—Perdón, no fue mi intención, solo que… —solté un suspiro —quiero olvidarlo, olvidar este sentimiento.
Sin importar que estuviese enferma, se acercó a mí y me dio un abrazo —bien, sé qué harás lo mejor, y recuerda que te quiero mucho, y cualquier cosa en la que te pueda ayudar, cunetas conmigo.
—Muchas gracias, también puedes confiar en mi para lo que sea, eres la mejor.
Después de unos minutos, mi madre entro en la habitación, haciendo que Mack saliera, por su propio bien, ya que no quería que se contagiara, después de todo ella es muy sobreprotectora con todos. Le preocupa una simple gripe.
Con todos los medicamentos que mi madre me había dado por órdenes del médico, y cuidados extra de ella, el jueves me levante temprano, no estaba del todo curada, pero, no quiero seguir perdiendo clases.
Mi madre no quería que fuera a clase hasta la siguiente semana, y yo no estaba del todo lista para hacerlo, pero en algún momento tenía que enfrentarme a todo lo sucedido y no debía seguir perdiendo clases, eso solo me atrasa.
Después de alistar todo, baje a desayunar, salude a mis padres, admiro que se levanten tan temprano cada día de la semana, yo solo puedo entre semana y eso por obra de la alarma, sino fuera por eso, yo me quedaría completamente dormida.
—¿Por qué ese apuro por ir a clases hermanita? —Oyster bajo a desayunar.
— No es ningún apuro, no me siento mal, así que puedo regresar a clases, es solo eso —seguí con mi desayuno, aunque no tenía mucho apetito.