La noche no tardo en hacer presencia, estábamos todos en el jardín alrededor de una fogata, eran cerca de las 9 de la noche, seguían conversando todos muy animados. No nos veíamos seguido, así que había mucho que contar.
—Oye, Jin —Solar llego a donde estábamos Yoon Gi, Ryu, Jin y yo.
—¿Qué sucede?
Solar se sentó a mi lado —¿Cómo es que estas saliendo con Joo Ri?
Jin se puso un poco nervioso, giro a verme —A mí no me mires, yo no sé —todos rieron y él se puso algo rojo, la pregunta le había tomado por sorpresa.
—Pues… comenzamos a salir hace un par de días, ella me gustaba desde hace tiempo, pero hace no mucho comenzamos a hablar más, ya no como la amiga de mi hermanita —volteo a verme —más tarde hablamos tu y yo —solo asentí.
—Hay Jin, ella no tiene nada que ver con que ustedes dos salgan —Solar le dio un leve golpe en el brazo.
—No es por eso primita, es otra cosa, pero tú no te quedas atrás, ¿hace cuánto que tienes novio?
—Estamos hablando de ti no de mi —se apresuró a decir.
—Cuenta, también debes decirnos, no solo yo te voy a contar.
—Eres un chismoso Jin —esta vez hablo Yoon Gi.
—Y ustedes dos también —Jin señaló a Ryu y Yoon —no me van a decir que no traen algo verdad.
—Ya Jin, no empieces a hablar de todos, estamos hablando de ti —lo interrumpí, lo que no fue una muy buena idea.
—Tu ni digas nada, porque también hay algo entre tú y Tae —bueno, no debí haber dicho nada, claramente se había enfadado un poco. Me tomo por sorpresa su respuesta, pero me dolió, porque entre Tae y yo lo que había es distancia, había olvidado lo ocurrido por unas horas y ahora regresaba a mis pensamientos como un balde de agua fría. sentí ganas de llorar en ese momento, así que solo me levanté y me dirigí hacia el otro lado.
—En serio te pasaste —alcance a escuchar a Yoon decir.
Camine por el sendero iluminado por las luces de la casa, en dirección al pequeño estanque. Me senté en uno de los troncos que había ahí, observando solo la luz de la luna reflejada sobre el agua, todo tranquilo, solo se escuchaba a la distancia las voces de los demás. Una lagrima bajo por mi rostro seguida de otras más.
—¿Cómo es que esto me lastima? —dije a la nada, me limpié las lágrimas con el dorso de la mano tratando de no llorar más, pero era realmente difícil.