Capítulo 33

Casi diez minutos después llegamos a casa, al entrar en la sala estaba Jin al parecer viendo una de las películas de Fast and Furious. —¿Con quién estas? —pregunte entrando a la sala.

—Estoy con —volteo a verme, al ver a Kook se puso de pie —amigo, cuanto tiempo sin verte —se saludaron.

—Sorpresa, estoy de vuelta —tenía una sonrisa en el rostro.

Joo Ri y yo fuimos arriba, a la habitación de mis padres, toqué la puerta escuchando la voz de mi madre como respuesta —adelante —abrí y entre con Joo Ri.

—Hola má, vengo a pedirte permiso para ir con Joo Ri y Jung Kook al centro.

—Claro que sí, ¿y donde esta Jung Kook? ¿Cuándo regreso? —aparto la vista del libro que estaba leyendo.

—Esta abajo con Jin, llego hace un par de días —respondió Joo Ri a las preguntas de mi madre.

—Hace mucho que no lo veo —se puso de pie y se acercó a nosotras —vamos abajo, quiero saludarlo —parecía más emocionada que ninguno de nosotros.

Ha sido como un hijo para ella, pasaba casi todos los días aquí, pero con menor frecuencia que Joo Ri, aun así, se llegó a encariñar bastante con él. Mi madre bajo las escaleras como no la había visto, lo que nos causó un poco de gracia.

—Ten cuidado mamá, o te vas a caer —ella siguió bajando sin hacerme caso hasta llegar a la sala donde estaban Jung Kook y mi hermano y un Tae un poco incómodo.

—Hola Jung Kook cariño, ¿Cómo has estado? —lo abrazo y él correspondió al abrazo con una sonrisa —estas más alto desde la última vez que te vi —se alejó un poco para poder observarlo.

—He estado bien, extrañándolos a todos —tenía una sonrisa, se alegraba bastante de ver a mi madre y como no, si lo consentía bastante cuando estaba aquí.

—Nosotros también te extrañamos.

—Mamá, dejamos las conversaciones para después con más calma, ¿sí?

—Está bien, no lleguen tarde —dijo con una sonrisa —cuídalas mucho Jung Kook.

—Claro que sí —respondió con una sonrisa, y nos dirigimos hacia la puerta.

—Esperen —hablo Joo Ri —¿ustedes dos no quieren ir con nosotros?

Jin volteo a ver a Tae —¿vamos o seguimos viendo la película?

—Vamos, por mí no hay problema, ¿invitamos a Jimin también? —dijo Tae, no era mala idea.

Mi madre subió dejándonos en la sala, esperando a que Jimin respondiera a Tae quien le había marcado.

—Hola, oye, iremos al centro ¿vas con nosotros? —dijo en cuanto Jimin respondió.

—Está bien, te esperamos —termino la llamada y volteo a vernos —dijo que en diez minutos está aquí.

Joo Ri se sentó junto a Jin, estaba en una situación incómoda, Tae me observaba con frecuencia desde el otro lado.

—¿Ustedes tienen algo? —pregunto Kook casi en un susurro, mirándonos a ambos, pero sin llegar a ser molesto.

—No, solo somos amigos —mire a Tae quien ahora solo tenía la vista fija en su teléfono —¿Por qué?

—No deja de mírate, y no deja de mirarme con enojo —levanto las cejas de una manera graciosa, lo que me hizo soltar una pequeña risa haciendo que Tae posara su vista en mí de nuevo cruzando su mirada con la mía.

—Es una historia que luego te contare.

—Siento que muchas cosas han pasado desde que me fui.

—Así ha sido, todo siguió su camino, nada se quedó quieto.

Seguimos conversando unos minutos más, Jin trataba de incluir a Tae en su conversación, ya que estaban más cerca, pero él seguía luciendo incomodo, lo comprendo, aunque no por completo, no sé qué se siente que tu ex y tu amigo sean pareja.

Cuando llego Jimin, salimos de la casa, puesto que no podíamos ir todos en un solo auto, opte por irme yo con Jung Kook en su auto.

—Vamos —dijo Kook con una sonrisa y subí al auto en el asiento del copiloto —es incómodo, Tae nos ve raro.

—Lo sé, pero así es él, o bueno, así se comporta últimamente.

—T/N, yo creo que le gustas o algo así —volteo a verme.

—Sí, no te voy a mentir, él me lo dijo —él me miro algo sorprendido —pero fue cuando aún era novio de tu prima, después de que ellos terminaron nosotros no seguimos igual, él se distanció para darme espacio.

—No entiendo, ¿mi prima lo sabía?

Asentí —a lo que ambos me dijeron ya no era lo mismo entre ellos, y a Joo Ri no le incomodo la idea de que nosotros saliéramos.

—Eso es extraño.

—Claro que lo es, además de incómodo —ambos reímos —en serio ya te extrañaba.

—Ahora imagínate cuando vayamos a la universidad, que nos veremos menos y tendremos menos tiempo para hablar, será casi como cuando me fui a Italia.

—No quiero que se llegue ese momento todavía, aun no se ni siquiera a donde iré.

—Yo tengo varias opciones, puedes aplicar a las mismas que yo.