Only you

Capítulo 37

~Hola. Probablemente estoy en mi departamento ¿Por qué no contesto?, Estoy ignorando la llamada de alguien que no me agrada. Deja tu mensaje, y si no te devuelvo la llamada… seguramente esa persona se trata de ti~

Rodé los ojos exasperada al escuchar por quinta vez la contestadora con la voz de Brandon. Había transcurrido una hora desde que había salido despavorido de la universidad y mi preocupación se había ido incrementando al no recibir un mísero mensaje confirmando que se encontraba bien.

Apreté mis puños volviendo a elegir el contacto del pajarito y nuevamente lo posé en mi oreja a la espera de su contestación.

~Hola. Probablemente estoy en mi departamento ¿Por qué no contesto?, Estoy…

Gruñí cortando la llamada y fregué mi cabello con molestia provocando que Gloria me observara mientras ambas caminábamos hacia el exterior y a la vez nos abrochábamos los abrigos para enfrentarnos al frío ambiente.

—¿Nada?

Negué soltando un suspiro—Solo la estúpida contestadora de su estúpido celular—Ella sonrió levemente—No tengo idea de donde se encontrará en estos momentos y me preocupa.

—Seguro está bien, no te alarmes antes de tiempo y solo intenta nuevamente—Comentó abriendo las puertas del edificio—Ahora… ¿Qué sucedió con Mackenzie? —Fijé mis ojos en ella—¡Oh! Ten esto—Estiró su mano con una pequeña venda—No queremos que quede cicatriz ¿Verdad? —Señaló mi mejilla.

—Gracias—Hice una mueca—Al menos a ti no te golpearon…—Posé la bandita en mi herida y la cubrí con ella—Por cierto, tienes una buena derecha.

Gloria sonrió con orgullo—O solo era la emoción por golpear ese rostro de mojigata—Gruñó al recordarla—Ahora dime ¿Qué ocurrió con ella?

—Brandon la amenazó con delatarla ante el rector de la Universidad y hasta con una denuncia…Se lo veía muy seguro, pero no me fio en que ella cumpla su palabra de no fastidiar.

Gloria sacó su celular y marcó a la estación de taxis—Pues siendo ella, no tiene muchas opciones…Brandon ha sido listo en eso ¿Sabes por qué? —Negué cubriendo mi nariz bajo mi bufanda—Si él hubiese entregado toda la documentación, ahora no tendría con que más extorsionarla y ella a pesar de que recibiría un castigo, ya nada la detendría para volver a ingeniar algo nuevamente contra ustedes.

Apreté mis labios—Ella parecía sincera…y aterrada.

Mi amiga sonrió—Perfecto, eso era lo que quería. Que la perra se sintiera con la soga al cuello…—Chasqueó la lengua—Todos salimos ganando ¿No?

—Sí, supongo—Hice una mueca al sentir una punzada en mi vientre bajo—Auch.

Gloria frunció su entrecejo—¿Sucede algo?

—Creo que mi periodo decidió visitarme—Hice una mueca de incomodidad.

El entendimiento se expandió por todo su rostro—Oh, ¿Necesitas…?

—No, ya tenía una colocada de emergencia—Sonreí aliviada—Pero aun así duele.

—Será mejor que regresemos y luego iré a la tienda por unos cinco plátanos para tus cólicos ¿Qué te parece? —Sonreí enormemente—Y una taza de chocolate caliente para mí.

—Eso sería estupendo. Eres la mejor.

Asintió con una sonrisa soberbia—Lo sé.

 

 

 

 

~Hola. Probablemente estoy en mi departamento…

¡Joder!

Maldije interiormente y arrojé mi celular en medio de la cama, luego crucé mis pies en forma de indio y tomé el plato con banana que Gloria había cortado y dejado para mí. Unté una porción en dulce de leche y la introduje en mi boca gimiendo ante el sabor, esto estaba buenísimo.

Y por supuesto, mi útero me lo agradecía.

¿En dónde carajos está?

Entrecerré mis ojos en busca de una posible respuesta, pero nada llegó a excepción de un nombre, el cual no me había dignado en pensar.

David.

¡Qué idiota!

Como posesa me estiré y cogí mi celular y a una velocidad que ni yo misma sabía que podía realizar, presioné las teclas adecuadas y el contacto en cuestión, para luego posar el objeto en mi oreja y suplicar porque este lo cogiera.

—Vamos…contesta—Mordí mi uña con desesperación e impaciencia—Por favor.

—¿Hola?

Suspiré aliviada y con una sonrisa tirando de mis labios—David, que bueno oírte.

—Ey, bonita ¿Estás bien?

—Eh, sí…—Carraspeé—Sí, lo estoy. Solo llamaba para saber si tenías idea de a ¿Dónde puedo encontrar a tu amigo?

Oí su suspiro y mi sonrisa titubeó—Escucha, ahora estoy en casa y no sé exactamente donde pueda llegar a encontrarse.




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