Epílogo

—Entonces abuelo… ¿Ese es el final de la historia? ¿Eso es todo lo que se va a saber de ellos? —Refunfuñé insatisfecha y decepcionada al no saber cómo transcurriría la historia.

Las arrugas a los costados de los ojos de mi abuelo se hicieron más notorias debido a su risa—Tu puedes darle el final que creas más correcto.

Elevé una ceja e hice una mueca de pesar y a su vez de molestia—¿Qué? —Exclamé con insatisfacción— Eso no es justo.

Su arrugado ceño se frunció—Y dime… ¿Por qué no lo es?

Cubrí mi rostro con exasperación para luego liberar un gruñido— Porque no es lo mismo que yo le dé un final, a que se lo des tú—Suspiré apretando mis puños—No importa cuántos finales quiera darle yo, el verdadero será el que tú le des.

—Puede ser, pero... tengo curiosidad por saber ¿Qué final le darías tú, si fueras la autora? —Abrí mi boca con un gesto de indignación para luego poder quejarme—Sin quejas, quiero saber que sería de ellos, si dependiera de ti—Sonrió acariciando sus viejas manos—Tú puedes calabacita.

Rodé mis ojos con resignación y elevé mi cabeza hacia atrás intentando pensar de alguna manera un final para poder obtener el verdadero.

Que honestamente era el que más me importaba.

Posé mi mano bajo el mentón y entrecerré mis ojos de forma pensante—Si dependiera de mí…diría que Lúxon y Larry contrajeron matrimonio…—El abuelo me observó con curiosidad—¿Qué? Ellos me agradaban… —Suspiré—Y que ahora viajan por todo el mundo, Alaska, Rusia, África, México y que están comprometidos en causas benéficas—Me encogí de hombros—En cuanto a Gloria y David, diría que su amistad se mantuvo firme y ambos notaron que su relación era mucho mejor de esa manera. Gloria se convirtió en una gran doctora y conoció a un lindo asiático que la trataba como Tanner le había enseñado que un hombre debería tratar a una mujer y David decidió que la soltería sería su mejor aliada hasta conocer a la indicada—Hice una mueca—Con respecto a Anel y Brandon... Diría que esa última salida, en donde ambos fingirían conocerse de nuevo, por fin saldría como ellos esperaban. Lo intentaron y casi lo lograron… quiero decir, la carrera de Anel comenzó a consumir casi todo su tiempo y Brandon tuvo que enfocarse en su doctorado. Después de eso, notaron que, así como había cosas que los hacían iguales y los mantenían unidos, también había otras que los diferenciaban y separaban—Apreté mis labios—Distinto sueños, carreras y caminos, pero ninguno coincidía en el final, ellos lo sabían—Mojé mis labios—Creo que ese sería mi final.

El abuelo me observo neutro y con una pizca de incertidumbre—¿Por qué has elegido ese final? ¿Qué sucedió con el "Vivieron felices para siempre"?

Suspiré acomodándome en el sillón frente a él y fruncí mis labios—Prefiero los finales reales, es decir, nadie nunca es extremadamente feliz, la vida tiene altibajos constantemente, por lo que hay veces que te replanteas si estas satisfecho con la vida que llevas—Rasqué mi nuca—Pero de repente hay situaciones que te llevan a pensar "Soy la persona más feliz en todo el mundo" y supongo que esas son los momentos que elige la vida. Ella decide lo que te hará sentirte feliz completo y satisfecho o, todo lo contrario, triste y vacío. Eso es lo real, no el "Vivieron felices para siempre”

—Sabias palabras—Él sonrió con orgullo mientras se apoyaba sobre su bastón y se sentaba a mi lado.

Asentí—La abuela siempre las menciona—Chasqueé la lengua— Las sé de memoria.

Su mano acarició con ternura mi mejilla—¿Ya estas mejor? —Preguntó esta vez con seriedad.

—Sí, gracias—Bajé mi rostro y con rabia musité las siguientes palabras—Pero no se salvará ese maldito demonio.

Lanzó una carcajada— Ese demonio se llama Lars, es mi nieto y tu hermano pequeño.

—¿Y qué con eso? —Elevé una ceja—Eso no quita que sea hijo del demonio—Mi rostro estaba caliente no solo de la furia, sino de la vergüenza.

—Dime ¿Qué hizo ahora ese Diablillo?

¿¡Qué hizo!?

¡Algo imperdonable, eso hizo!

—Tomó mi diario íntimo que estaba en mi recámara, husmeo lo que no le importaba e hizo algo que estoy segura que me avergonzará por el resto de mi aburrida vida—El abuelo me observó expectante y en espera de mi relato—¡Secuestro mi celular! —Chillé con furia—¡Le marcó al chico al que acoso desde las sombras y le dijo todo lo que yo escribía sobre él en mi diario! ¡Y no tranquilo con eso, tomó capturas de las páginas y las envió! ¡Se las envió!