Only you

Capitulo 6

¿Golpeo o no?

¡Mierda!

Sequé mis puños húmedos contra mis muslos y luego volví a ejercer presión sobre ellos. Mojé mis labios observando el edificio y entrecerré los ojos al recordarlo diferente. Las puertas antes blancas ahora eran marrones claro, las paredes eran de un tono bordó y ahora el verde las decoraba y el jardín estaba aún más repleto de flores. Pero lo que más llamó mi atención eran las letras del nombre del edificio, las cuales antes de irme se hallaban desgastadas y ahora anuncian la entrada con un color dorado brillante y reluciente.

Sr. Benson

Tragué saliva nuevamente al clavar mis ojos en la puerta y sin más que debatir, empuñé mis puños y los elevé para llamar a la puerta.

El celular sonó casi haciendo que chillara del susto y luego de rodar los ojos ante mi dramática escena, procedí a cogerlo y revisar de quien se trataba.

~ ¿¡Dónde carajo estás!?~

Ese era el mensaje que Gloria había enviado a mi celular. Preparé mis dedos para teclear, pero otro mensaje lo impidió.

~ ¡Si no me respondes llamaré a la Policía! ~

Rodé los ojos y me las arreglé para responder.

~Estoy en la casa de Bertha, ¿Recuerdas?, lamento no haberte avisado. Es solo que quise ir temprano y hacer esto rápido. No te enoje y te quiero~

Guardé el celular en mis bolsillos traseros y con el poco valor reunido, llamé a la puerta y me mantuve tiesa hasta que oír unos pasos del lado contrario de donde me hallaba parada.

—¡María, ya te he dicho que no puedes faltar a tus asignaturas y… ¿Hola? —Era ella, Bertha. Sus ojos marrones estaban más rodeados de pequeñas arrugas al igual que su cien y sus mejillas. Su cabello antes con ligeras canas ahora era completamente blanco y lo llevaba sujeto con un moño—¿Se te ofrece algo?

Quise reír al ver que no lograba reconocerme—Solo dos años y ya me has olvidado—Hice un puchero—Que triste, Bertha.

Sus ojos se achinaron y luego se expandieron—¿Anel? ¿Eres tú? —Asentí—¡Oh, por dios! ¡Cariño! —Se lanzó a abrazarme—Santo cielo, perdona a esta vieja…—Acarició mis mejillas—Ven adelante—Tiró de mi brazo y me adentró al orfanato.

Mis ojos observaron el interior y un sentimiento de nostalgia me inundó al ver que todo seguía igual que antes.

—Nada ha cambiado—Comenté tomando asiento luego de que la siguiera hasta la sala.

Ella negó—Pues claro que no—Sonrió y tomó mis manos—No permití que cambiaran nada…—Suspiró—De alguna forma, esto me recordaba a ti y no hacía tu ausencia tan dolorosa.

Presioné mis labios—Te he extrañado tanto—Mis ojos se inundaron de lágrimas—No sabes la falta que me has hecho en estos últimos años.

—Cielo…—Quitó una lágrima de mi mejilla—Pero aquí estás y eso es todo en lo que hay que pensar—Asentí intentando contener mis lágrimas.

—Supongo que ya sabes todo lo acontecido y por qué estoy aquí—La observé con los ojos enrojecidos.

Bertha asintió—Lo sé y quiero que sepas que estoy más que dispuesta a hacerme cargo de ti, esta vez no te alejarán, lo juro como que mi nombre es Bertha.

Y no pude hacer más que chillar y de un salto apretujarla en un gran abrazo.

—Cielo…—Me llamó—Hay alguien detrás de ti, que estoy segura que deseas ver—Fruncí el ceño y me alejé de ella para voltear y quedarme tiesa al reconocer esa mata de cabello naranja y esos ojos verdes ahora cristalizados.

Sonreí nerviosa—Hola, zanahoria.

Sus ojos brillaron de felicidad.

(…)

 

Amarré mi bolso al salir del ascensor y caminé por el pasillo hasta la puerta 303 de nuestra habitación. Rasqué mi cabello y giré el pomo de la puerta para poder ingresar, al hacerlo el silencio inundó el lugar. Una mueca de extrañeza se posó en mi rostro y me acerqué con lentitud hacia donde se hallaba la habitación y al hacerlo no sabría por qué exactamente mis ojos se abrieron.

Si lo hicieron por ver a Gloria en el hotel y no en la universidad.

O

Por verla en una posición bastante comprometedora en su cama junto a David.




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