Only you

Capitulo 16

¿Qué sucedió?

¿Dónde estoy?

Estoy recostada en una ¿Camilla?

¡Oh, por dios!

¿¡Qué me ocurr…!?

Abrí mis ojos como dos huevos fritos, al recordar la razón del porque me encontraba en esa camilla. Divisé mi ropa y aún vestía con lo mismo.

Hice una mueca al rozar con mi lengua la herida posada en la esquina derecha de mi labio superior, la cual se complementó, al sufrir una punzada en la parte trasera de mi cabeza.

—Procura no tocar demasiado ese lado—Desvié mi rostro, hacia una mujer, que colocaba el fonendoscopio alrededor de su cuello y anotaba en tinta azul sobre unos papeles a gran velocidad—Sufriste un duro golpe en el lado occipital de tu cabeza y es normal que ahora sientas sensación punzante y aumentará al rozarla—Bajé mi mirada e intenté reincorporarme, hasta quedar sentada sobre la camilla—Bien…—Se acercó a mí, dejando el lapicero en su bolsillo superior izquierdo—¿Cuántos dedos cuentas? —Elevó su dedo índice y medio.

Mojé mis labios—Dos.

—Correcto, ¿Tú nombre?

—Anel.

Sonrió—¿Sabes por qué estás aquí?

¿Por qué luché sin siquiera saber hacerlo?

—Tuve un enfrentamiento con una chica de esta universidad.

Elevó ambas cejas—Es bueno que lo recuerdes…—Se alejó de mí y volvió a los papeles sobre su escritorio—Lo que acabo de hacer fue algo de rutina—Asentí—Quería descartar ciertos riesgos…—Carraspeó—Lo mayor que podrás padecer será un hematoma, pero no debes preocuparte.

—Está bien ¿Puedo irme ya?

Asintió—Ten esto, el rector lo solicitará—Tragué saliva nerviosa y recibí el certificado—Ahora sí, puedes irte.

Bajé con cuidado de la camilla y me acerqué a la puerta que daba al exterior de la sala, pero antes de salir, me volteé y la observé ordenar sus documentos.

—¿Doctora…?

—Sadler—Sonrió—¿Qué ocurre?

Mordió mi labio inferior—¿La otra chica…—Hice una mueca—Ella…

—Si lo que deseas, es saber cómo acabó ella…—Asentí—Tú llevaste la peor parte…—Rodé los ojos—Ella solo sufrió un corte en su mejilla y una Alopecia, que solo durará hasta que su cabello, arrancado por ti…—Me señaló y la miré avergonzada—Crezca y vuelva a hacer lo que era antes, mientras tanto, supongo que un sombrero o un gorro será de mucha ayuda para ella.

—Oh—Carraspeé incómoda—Gracias—Ella sonrió y sin más salí de allí casi huyendo.

¡Santo cielo!

¡Arranqué su cabello!

¿¡Qué demonio me poseyó!?

Al salir, caí en cuenta de que me hallaba en la sala referida exclusivamente a consultorio médico. Suspiré y continué caminando con pesar, hasta que un cuerpo se posó, obstruyendo mi paso y gruñí interiormente.

—¿Bruja? —Elevé mis ojos—¡Demonios bruja! —Tomó mis mejillas y giró mi rostro hacia ambos lados y luego de abajo hacia arriba.

—Suficiente pájaro—Bufé molesta y alejé sus manos de mi rostro—Estoy bien.

Sus ojos me fulminaron—¿¡Estabas demente!? —Chilló colérico—¡Pudo haber sido peor! —Rodé los ojos y lo esquivé para seguir caminado—¿Ahora me ignorarás? ¡Perfecto!

—Ya, reina del drama—Suspiré—Me equivoqué ¿Sí?

Chasqueó la lengua—No es suficiente.

Puse mis ojos en blanco—Lo lamento—Él sonrió con arrogancia y mi tranquilidad e inexistente buen humor se esfumó al recordar todo lo acontecido, horas antes—¿Sabes? En realidad, no lamento nada—Su ceño se frunció y su sonrisa desapareció—No me arrepiento de haberla golpeado y si ella ganó, fue porque me distraje—Sus ojos me observaron sorprendidos—Además, no puedo olvidar lo que Mackenzie declaró.

Su reacción cambió a una preocupada—Bruja, lo que sucedió no fue importante para mí.




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