Guardé mis lapiceros en la mochila al oír al profesor dar por terminada la clase. Suspiré y volteé encontrándome a Larry, con su codo posada en la mesa y su rostro sostenido por su mano. Negué al verlo con expresión aburrida y cierto atisbo de seriedad.
En cuanto a Lúxon, este dormía plácidamente sobre el banco sin ningún tipo de incomodidad.
Reí silenciosamente al percatarme del golpe que recibía Lúxon en sus costillas, proveniente de su novio, quien sonreía burlonamente.
—Despierta princesa—Comentó Larry irónicamente, mientras se reincorporaba del banco—La clase ya finalizó.
Lúxon lo observó con seriedad y confusión—¿Eh?
Me puse de pie y me acerqué a ellos, para luego comenzar a caminar rumbo al exterior del salón.
—¡Oh santo dios! —Chilló—He perdido una clase…—Se lamentó el rubio, tirando de sus cabellos—¡Tú! ¡No me has despertado!
¿Yo?
—Estaba a dos bancos de ti, además entre nosotras había un chico pelirrojo y Larry—Expliqué—Era imposible hacerlo, sin que el profesor se percatase de lo que estaba ocurriendo.
Lúxon me observó estupefacto—¿Qué has dicho?
Fruncí el ceño—Que era imposible despertarte…
Negó—No lo otro.
¿Qué?
—No sé de qué estás hablando.
Sonrió tímidamente—Has dicho nosotras.
Mi mente viajó hacia lo dicho anteriormente y al corroborar que Lúxon tenía razón, mis nervios salieron a flor de piel.
—Eh, yo… lo siento—Mordí mi labio inferior—Perdona si te he incomodado.
—Créeme no lo has hecho—Sonrió Larry observando a su novio con cierta tranquilidad.
¿A qué se refiere?
Lúxon sonrió—A sí es como me he sentido desde pequeño…—Explicó mientras retomaba el camino hacia el buffet—Mis padres me regañaban por jugar con muñecas y no con autos de carreras o armas—Metió las manos en sus bolsillos—Con mi hermano solíamos jugar al castillo, cada uno con un rol que debía cumplir…—Sonrió—En mi caso, amaba ser la damisela en peligro, la princesa, la doncella—Negó—No fue hasta que en la pubertad acepté lo que tanto había intentado ignorar, me siento una chica, actúo como una chica, yo soy una chica.
Larry apoyó su mano en el hombro de Lúxon intentando de alguna forma, demostrar su apoyo—Y eres la más linda.
Este sonrió—¿Te resulta demasiado raro? —Me interrogó—No quiero que te espantes ternura.
Apreté mis puños y detuve mi caminar, provocando que ambos me imitaran. Con decisión acorté los últimos pasos que me separaban del rubio y lo observé neutra.
—Si preguntarás algo, que sea con sentido—Lo fulminé con la mirada—¿Espantarme? No seas idiota, hay muchas cosas que me han causado temor y te aseguro que tú, estás lejos de convertirte en un miedo—Lo abracé fuertemente—Quién no te acepte por lo que eres o por lo que eliges ser, pues entonces que se vaya a la mierda—Lo sentí apretarme contra su anatomía—Y tú…—Señalé a Larry, quién estaba cruzado de brazos con una sonrisa—Ven aquí—Cogí el cuello de su camisa y lo uní a nosotros.
—¡Yo también quiero! —Chilló una voz, uniéndose al abrazo—También quiero estar entre esos músculos—Rodé los ojos al escuchar la declaración de Gloria—Egoísta, ¿No pensabas compartir?
Ahí lo tienen.
Gloria arruinando momentos desde tiempos inmemorables.
(…)
—¿Qué te parece?
Intenté no reír—¿La puerta? —Cuestioné burlona—Pues, no es diferente al resto de las demás, pero diría que ese “26” se ve lindo.
Las mejillas del pajarito se sonrojaron—Cierto…—Introdujo la llave en la puerta—Lo lamento, es que estoy algo nervioso—Sonrió incómodo y sin más preámbulo, abrió la puerta para darnos acceso al interior del departamento.
Al ingresar, lo primero que hallabas era la sala de estar, era espaciosa y bien parecida. Sus pisos estaban adornados con madera y las paredes eran de un verde agua. Había varias ventanas, pero una especial llamó mi atención. Su gran tamaño la destacaba y sin contar la vista con la que esta contaba.
Dejé mi bolso en el suelo y me acerqué a esta con la boca abierta.
—Wow…—Tragué saliva al apreciar como la nieve cubría la superficie y los laterales de los demás edificios vecinos.
—Fantástica vista ¿No? —Cuestionó apoyando su codo en mi hombro a un lado de mí.
Asentí de acuerdo—Valió la pena haber salido de la universidad para poder apreciar esto, es bellísimo.