Capítulo 26

1. ¿Qué es la Logopedia y por qué hacer terapia logopédica?
2. ¿Qué áreas se trabajan en la enfermedad de Huntington?
3. ¿En qué entornos se desarrolla la actuación de la Logopedia?, Nómbrelos.

Fregué mis ojos frente a la computadora.

Me encontraba en uno de los sofás, realizando uno de los tantos trabajos que nos habían dejado, con el fin de regularizar la materia.

La noche había llegado y junto a ella, una fuerte nevada. Afortunadamente, las calefacciones del hotel estaban en su máximo punto, sin embargo, el suéter de lana rojo en mi cuerpo seguía sobre mí.

Bebí un sorbo de chocolate caliente y luego de dejar la taza sobre la mesa frente a mí, devolví mis dedos a el teclado de la computadora.

—Ey—Desvié la mirada de la pantalla, hacia Gloria. Usaba su pijama y un moño a lo alto de su cabeza—¿Qué haces? —Se arrojó de espalda hacia el sofá individual.

Rasqué la punta de mi nariz—Estoy a nada de terminar este trabajo—Suspiré—Lo que no tiene de difícil, lo tiene de aburrido—Gruñí reacomodándome en el sillón—¿Qué hay de ti? ¿Has terminado de estudiar?

Asintió clavando sus ojos en el techo—Sí, luego de pasar casi cuatro horas, lo he logrado—Miró con curiosidad sus uñas—Espero que valga la pena—Asentí volviendo a tipiar—¿Cómo está todo por allí?

Fruncí el ceño, sin despegar la vista del texto—¿De qué hablas?

—Dentro de ese cerebrito—La observé neutra—¿Qué es lo que piensas?

—¿Sobre qué?

Rodó sus ojos—Sabes de lo que hablo—Mojó sus labios—¿Qué harás con Brandon?

¿Es qué no había un mísero día en el que no habláramos de él?

¿Es que no podía pasar las veinticuatro horas del día, sin que en nuestras charlas no apareciera él?

¿Por qué debían recordármelo todo el tiempo?

—¿Es necesario hablar de ello?

Asintió con firmeza—Pues claro que sí. Debes quitar ese peso que cargas encima y guardarlo no te hará bien—Se reincorporó del sillón, para situarse a mi lado y cerrar la computadora en contra de mi voluntad.

Suspiré molesta—Es que no hay más nada que decir ni hacer—Razoné—Brandon será padre, tendrá un hijo con Mackenzie y yo no pinto nada en esto—Suspiré—He decidido mantenerme a raya y creo por primera vez, que es lo mejor para ambos.

—Si no fuera por los exámenes, diría que nada de esto concuerda—Hizo una mueca—Pero, los documentos no pueden falsificarse y mucho menos si fue mi profesor quien los realizó—Negó—Y he pensado en la posibilidad de una mala jugada de Mackenzie, pero ese día en la Clínica, ella jamás se alejó de mí…—Entrecerró sus ojos—A excepción de cuando se puso amarilla por causa de los vómitos y salió corriendo al baño—Comentó—En cuanto lo demás, no encuentro otra posibilidad.

Apreté mis puños, tomando la computadora y dejándola sobre la mesa junto a la taza que contenía mi chocolate.

—Sé que quieres encontrar una solución para todo esto, pero no la hay—Dije con pesar—Mackenzie está embarazada del pajari…—Sacudí mi cabeza—De Brandon y fin de la discusión, no pienso seguir involucrándome en ese asunto.

—¿Dejarás todo así? —Asentí—¿Estás segura?

—Lo estoy—Me puse de pie y tomé mi laptop—No insistas porque ya he desistido de ello.

Y con eso último, me marché a la habitación.

(…)

Desperté estrepitosamente debido al sonido chillante proveniente de mi celular. Arrugué mi rostro y con asco, quité el resto de saliva que abarcaba cierta parte de mi barbilla.

Iugh.

Observé a Gloria dormir como si su vida hubiese sido creada para eso y negué al oírla roncar.

—Menuda mujer de las cavernas—Suspiré y me quejé al sentir el dolor que causaba mi columna debido a la mala posición al dormir.

¿Cómo no?

Si había dormido toda la noche recostada sobre mi laptop y con la espalda curvada hacia adelante.

—Dios, soy un asco—Murmuré al ver el material de mi computadora con amibas sobre el exterior de la pantalla.

Fregando mi ojo izquierdo, me levanté y me dirigí al baño con un único objetivo en mi mente.

Desperezarme de pies a cabeza.

Al ingresar al cuarto de baño, me dispuse a quitarme la ropa e introducirme bajo la ducha y al hacerlo, suspiré con satisfacción al sentir la calidez del agua caer por mis hombros.

Definitivamente, esto era lo que estaba necesitando.