Only you

Capítulo 34

Cerré el bolso en donde había guardado solo un par de cosas de uso personal y posé mis manos en mis caderas con agotamiento. Tuve que suplicarle a Bertha que me permitiese poner orden a la habitación, ya que, según ella mis heridas se abrirían nuevamente. Sin embargo, logré persuadirla y conseguir mi cometido.

—¿Anel? —Giré mi rostro hacia Bertha, quién cruzada de brazos, echó un vistazo a todo el cuarto—A quedado bastante bien.

Asentí con un suspiro—Si, a excepción de la ausencia del espejo—Hice una mueca de incomodidad—Lamento eso.

Le restó importancia—Aquí dentro lo que sobran son espejos—Sonrió—No te preocupes… ¿Ya estás lista? —Asentí tomando el bolso de la cama—El niño Brandon está esperándote abajo.

Mojé mis labios—Está bien—Caminé hacia la salida a paso tranquilo.

—¿Cariño? —Volteé hacia ella, observándola expectante—Me alegra verte mejor—Sonreí—Me hace muy feliz tenerte de vuelta—Caminé hasta ella y acaricié su cabello castaño, casi blanco y la observé con cariño.

—Debía volver, por Winston y por ti—La abracé—Tu paciencia conmigo ha sido ilimitada y estoy agradecida por ello—Me alejé de ella—Gracias por salvarme, quería mamá—Después de todo ella lo era. Cuidó de mí cuando niña, me enseñó valores y no solo eso, me enseñó a siempre ser perseverante sin importar que tan fea o difícil sea la vida.

Sus ojos soltaron unas cuantas lágrimas—¿Por qué haces que me emocione así? —Reprochó con la voz entrecortada y luego sacudió su cabeza—Ya vete o el joven se congelará allá afuera.

Reí—¿No ha entrado?

—Insistí en que ingresara, pero decidió quedarse en el auto.

Negué con una leve sonrisa—Vamos antes de que enloquezca.

(…)

Brandon colocó segunda y continuó con el recorrido hacia el hotel. Todo ese tiempo en silencio, yo por mi parte, desviaba mis ojos de la ventanilla hacia él y notaba su labio inferior tornarse blanco debido a la presión que ejercían sus dientes sobre él.

—¿Todo bien? —Me armé de valor para hablar y percibí su sobresalto.

Carraspeó desviando sus ojos hacia mí—Sí.

Hice una mueca de inconformidad—Pajarito—Reproché con obviedad—Quiero la verdad.

—Estoy bien.

Presioné mis puños e hice silencio. Me vi obligada a no mencionar nada más debido a su falta de interés en querer entablar una conversación, pero como siempre mi boca ignoró mi orden y volvió a hacer que mis cuerdas vocales funcionaran.

—No es nada fácil ¿Sabes? —Me interrumpió y yo solo cerré mis labios—He intentado ignorarlo, pero estoy ahogándome, Bruja—Apretó el volante—Se supone que debo ser fuerte, pero hay veces en las que simplemente no puedo.

Fruncí mi ceño sin perder detalles de sus acciones ni de sus palabras—¿Te refieres a Mackenzie? —Asintió liberando un suspiro—No quieres ser padre ¿Verdad?

Su mandíbula se tensó—No es eso, es solo que…esto está mal—Me observó de reojo—Sé que debo cumplir con ella, porque fui yo quien se buscó esto y lo haré, me haré cargo, pero, mentiría si dijera que no desearía que ese niño estuviera…

Mi piel se encrespó al ver como observaba mi vientre con atención—Soy muy joven—Exclamé en mi defensa y él rió negando con su cabeza—De veras. Sí quiero ser madre algún día, pero ahora no estoy lista.

—Lo sé, tampoco yo. Pero en un futuro…

—No quiero engordar—Él elevó una ceja incrédulo—¿Qué? —Suspiré rindiéndome—No en todos los casos es así, pero… prefiero no pensar en ello, al menos no por ahora.

Hizo un silencio que duró al menos dos minutos—Su vientre ha crecido bastante—Dijo de la nada, provocando que volviera a observarlo—Al parecer será bastante grande por lo que observé en la ecografía.

Presioné mis labios—¿Tú crees? —Asintió—Espero se parezca a ti—Dije con dificultad y volteé mi rostro hacia el hotel, en donde Brandon comenzaba a estacionarse.

—No quise incomodarte.

—No lo hiciste—Bajé a toda velocidad del auto y Brandon estiró su cuerpo desde su asiento evitando que terminara de cerrar la puerta.

—Bruja, espera.

Suspiré—Todo está bien pajarito, lo prometo—Ingresé nuevamente al vehículo, solo que esta vez, sin hacerlo completamente y luego estiré mi brazo para tomar la nuca de Brandon y juntar mis labios con los suyos, sorprendiéndolo—No te preocupes—Dije en un susurro y el solo mantuvo sus ojos cerrados. Sonreí saliendo y cerrando la puerta del auto. Después de eso, acerqué mi rostro a la ventanilla y la empañé con mi aliento. Elevé mi dedo índice y escribí un mensaje para él.




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