Capítulo 39: El Laberinto de Hierro

La calma que había llegado con la caída del gobierno fue efímera. Torres y su equipo estaban en una constante vigilancia, sabiendo que cualquier descuido podría desencadenar un nuevo conflicto. En las sombras, algunos de los antiguos aliados del gobierno se reorganizaban, buscando las fisuras de la nueva estructura. Mientras tanto, los ciudadanos de Valgrís se dividían entre aquellos que deseaban un cambio radical y los que preferían mantener el orden bajo cualquier circunstancia.

En el centro de la ciudad, Torres se encontraba con la mujer, mientras observaban cómo los nuevos líderes emergían entre las ruinas. Cada reunión era tensa, llena de promesas y desconfianza.

"No podemos seguir así", dijo la mujer, mirando los mapas y las listas de los posibles focos de resistencia. "Si no tomamos medidas rápidas, estas facciones nos superarán."

Torres asintió, su rostro serio. "Lo sé. Pero la gente aún no está lista. Algunos de ellos aún no comprenden lo que está en juego."

Un grupo de jóvenes se acercó a ellos, con la urgencia en sus ojos. "Hemos encontrado algo. Algo grande", dijo uno de ellos, casi sin aliento. "Un laboratorio, en las afueras. Algo relacionado con la tecnología que el gobierno utilizaba. Pueden estar creando algo más... algo que podría destruir todo lo que hemos logrado."

Torres y la mujer se miraron, sabiendo que esta era la oportunidad que habían estado esperando. La tecnología del gobierno podría ser su peor enemigo, y si alguien estaba tratando de recrear esa maquinaria de control, no podían dejarlo pasar.

"Vamos", dijo Torres, con una determinación que no podía disimular. "Es hora de entrar al laberinto."