Capítulo 42: El Fin de la Máquina

El equipo de Torres se movió rápidamente por el edificio, en busca de la sala de control. Sabían que el tiempo se les estaba acabando. Los soldados cibernéticos no solo eran letales, sino que también estaban siendo comandados por una inteligencia artificial avanzada que los hacía casi invencibles.

Cuando llegaron a la sala de control, la visión era aterradora. La sala estaba llena de monitores que mostraban a los soldados patrullando diferentes partes del laboratorio. En el centro, una gran pantalla mostraba el rostro de un hombre, aunque parecía más una proyección que una persona real. Torres se acercó, mirando fijamente la imagen.

"Este es el comandante. Parece que ha sido programado para mantener el control total", dijo la mujer, observando la información que aparecía en los monitores.

"Es hora de poner fin a todo esto", murmuró Torres. "Si no destruimos este sistema, nunca estaremos a salvo."

Torres y su equipo comenzaron a trabajar en las consolas, tratando de descifrar los códigos de seguridad para desactivar los soldados. Pero el sistema era más complejo de lo que esperaban. Mientras lo intentaban, los soldados cibernéticos comenzaron a acercarse a la sala de control.

"¡Tenemos que darnos prisa!", gritó uno de los rebeldes, mientras Torres aceleraba el proceso.

Finalmente, con un último esfuerzo, Torres logró desactivar la red. Los soldados cibernéticos se detuvieron de inmediato, como si hubieran quedado sin energía. La sala de control se apagó, y un silencio inquietante se apoderó de todo el laboratorio.

"Lo hemos logrado", dijo la mujer, mientras Torres observaba la pantalla que mostraba el colapso del sistema.