• Capítulo 19

Un vampiro.

El descubrimiento de saber que Emilia Walker se había encontrado con uno, fue un poco impactante. Más por el hecho de que ella se tomó el tiempo de dibujarlo y querer hacerle un origami representativo.

Cuando llegaron los fragmentos de ese recuerdo, tuvo un efecto desencadenante. Porque entonces descubrí dos cosas más sobre Emilia.

Los origamis no los hacía por hacer, tenían una razón de ser, por eso habían bastantes repetidos de unos cuantos, y un bajo número de animales hechos de origami, ya que todavía no encontraba justificativos para hacer nuevos.

Parecía ser que después de tanto tiempo, por fin pudo hallar uno que simbolizara al búho.

Y que también tenía talento para el dibujo, solo que su estilo era técnica realista, lo usaba más que todo para retratar lo que le gustaba y no olvidarlo jamás.

Era muy probable que existiera una carpeta con los dibujos hechos a través de los años, pero no podía saber dónde estaría, en mi memoria veía cómo los guardaba en un archivador rojo, y esa era la única pista que tenía porque nunca llegaba hasta donde lo ponía.

Intentaría buscarlo después, lo que me interesaba saber ahora era sobre el vampiro que había visto Emilia.

Dirigí mi vista al libro rojo que estaba sobre mi mesita de noche, me pasé la noche hojeando sus páginas, inesperadamente también obtuve más recuerdos de cuando hacía los origamis del libro. Y en los animales que hizo, ponía una frase o palabra.

En la de perro, sólo puso un nombre.

Toby.

Un perro pastor alemán que crió la familia desde que Emilia era pequeña. Muy apegado a ella y siempre estaba presente adónde fueran. Si vivían la temporada en New York o Forks, no importaba. Toby iba con ellos.

Desafortunadamente falleció hace dos años.

Cuando anoche los recuerdos de ese perro llegaron, no pude evitar llorarle, los sentimientos se desbordaron como si yo hubiera estado con él toda su vida.

Si supiera que el libro me brindaría abundante información del pasado, lo habría abierto desde hace mucho. Ya había comprendido que para recordar, necesitaba un estimulante, como una conversación, una imagen, algo relacionado a la memoria. De esa manera ellos se deslizarían por mi mente como un río en su cauce.

Sabiendo eso, procuré varias formas de recordar las semanas antes de llegar, pero por más que lo buscara, ninguna pieza de ese rompecabezas se instalaba en mi mapa mental, por lo que al notar que era inútil, mi única solución sería encontrarme con Él.

Así que ahora me conformaba con lo que podía recibir con naturalidad sin forzar nada.

Estiré el brazo para tomar el libro y lo seguí observando fijamente, tenía la seguridad de que el libro vino conmigo y no se quedó en Forks porque yo misma lo había sacado del bolso que traje cuando desempaqué mis maletas.

Lo único erróneo que tuve fue del tiempo en que probablemente se hizo el dibujo, antes pensé que se trataría de los días en que Emilia enfermó por los fragmentos y poca claridad de ese momento, pero luego descubrí exactamente dónde había conocido al posible vampiro.

Abrí de nuevo el libro en la página del búho y agarré la hoja que estaba doblada. Por haberme apresurado a ver su interior, no vi que la parte de atrás también tenía unas palabras escritas. Giré la hoja con mi muñeca, notando entonces en la esquina inferior el lugar y fecha.

Toronto - Año nuevo.

Con esta nueva información, el fragmento se unió a otras piezas, descubriendo entonces que los Walker habían pasado la navidad y año nuevo en Canadá, en la ciudad de Toronto, porque allí vivía la familia de mamá Vanessa. A partir de eso podría preguntar cuándo fue el viaje y saber entonces el año en que se encontró con ese hombre.

Unos toques en la puerta hicieron que guardara la hoja en el libro y lo cerrara. Se abrió con cuidado y se asomó papá Robin con una sonrisa.

—Hola Lia —saludó, entrando casi por completo, tenía medio cuerpo dentro.

「 Hola papá. ¿Necesitas algo? 」

Él no era mucho de irrumpir en mi habitación al menos que fuera para decirme algo importante, del resto, esperaba a que bajara o saliera del cuarto para conversar conmigo.

—¿Puedo pasar? —replicó con otra pregunta. Asentí y lo vi acercarse sin cerrar la puerta. Se sentó en la esquina de mi cama.

Otra vez me fijé que era demasiado grande porque cubría un tercio de esa esquina, siendo de tamaño matrimonial.

「 ¿Sucedió algo? 」

Pregunté un poco preocupada, ya que no me había dicho de inmediato a lo que vino.

—Hablé con Charlie, y él quiere hablar contigo. —Fue directo al grano, cómo solía ser él.

Parpadeé varias veces porque no estaba del todo segura cómo tomarme eso, por una parte, gracias a los recuerdos y mi conocimiento de la novela, le tenía respeto y una especie de cariño, así que no era como si rechazara la idea de verlo. Pero la razón de que quisiera hablar conmigo podía intuirla, no era tan difícil, siendo que su hija había cometido un intento de asesinato contra mi.

「 ¿Por qué? 」