Oportunidad para escapar

§Capitulo: 1§

Entre a mi habitación con un par de lágrimas rodando por mis mejillas, cogí una de las almohadas y me acosté de lado haciéndome bolita mientras apretaba fuertemente la almohada hacia mí.

No podía creer lo que mi padre me acaba de decir, no era cierto, no es cierto que se fue...y no volverá.

– ¡No puede ser cierto! –grite sacando todo lo que tenía por dentro.

– ¡Me niego a creer! –dije mientras lloraba – ¡Ella no me abandono! ... ¡Dijo que nunca se iría!¡Volverá! – Ella me lo prometió– dije en un leve susurro.

Las lágrimas salían y salían sin control hasta que sentí que alguien me abrazo, de nuevo ese abrazo que me transmitía tanta paz y seguridad, sabia de quien era ese abrazo, pero era imposible. Gire un poco mi cabeza hacia la puerta cerrada con llave.
Sonreí levemente -Gracias mami- susurre para que solo ella y yo escucháramos. Estando en sus brazos me fui quedando dormida poco a poco.

Mi madre me abrazo y sé que sin importar que se haya muerto estará siempre conmigo.

Desperté un poco triste porque ya no está aquí, pero al mismo tiempo estaba feliz por que aun así me sigue acompañando.

Me dirigí al baño para cepillarme los dientes y bajar a desayunar.

Bajando las escaleras me impresione demasiado, ¡¿Quién es la desconocida?! ¡está sentada en el sillón de mamá!

– Papi – dije para llamar la atención de mi padre y de la "rubia" esa, «claramente se nota que estaba pintado» sus ojos eran cafés y redondeaba aproximadamente unos 42-45 años, con una falsa sonrisa pregunté - ¿Quién es? No me habías dicho que teníamos visita.

Carlos mi padre me miro con cara de "cállate ahora mismo", lo ignoré y fui directo a la señora, quería preguntarle que hacía sentada en ese sillón -Hola... ¿Por qué razón, causa u circunstancia estas aquí?

-–¡¿Por qué eres descortés?! Primero se debe saludar.

–Tu no me saludaste cuando te hable y además dije "Hola" no es mucho ya- silencio –Solo quiero saber qué hace sentada en el sillón de mamá-dije un poco molesta, pero sin levantar la vos -que descanse en paz– dije seguido mientras me bendecía y miraba hacia el techo.

La señora abrió los ojos de par en par hablando por primera vez – ¡Oh!, lo siento, no sabía que era su sillón– dijo mientras se paraba y se hacía en otro sillón al lado de Carlos «okey...creo que nos podremos llevar bien» – Me llamo Susana, pero me puedes decir Susy o Susan, como prefieras.

– ¡Papá! – hablo Cloe mientras bajaba las escaleras hecha una furia.

Cloe era mi hermana, aunque últimamente la prefirieran a ella antes que a mi, me daba igual, sé que podré contar con ella si la necesito. Somos mellizas, tenemos la misma edad, aunque soy mayor por un minuto de diferencia.

– ¡¿Quién es ella y que hace aquí?! - ¡ah!, me olvide de celosa, es super, duper, híper, mega celosa con mi padre y se volvió peor desde el día de ayer que murió mi madre, según ella debe de proteger a Carlos de las arpías venenosas, ya que mamá no está para hacer eso.

– tranquila cariño, no te alteres- se me hace ya tan común que no me conteste a mí, es como si yo no le importara, empezó a ser así de distante hace cuatro meses atrás, todos éramos muy cercanos mamá, Cloe, él y yo.

– ¿Quién es la desconocida y que hace aquí? -dijo Cloe un poco más calmada.

– Niñas se los iba a decir más adelante pero ya que preguntan...-dejo de hablar unos segundos, «¿por qué carajos está pasando el tiempo tan lento?» mire a mi hermana y era obvio que estábamos pensando lo mismo, «por favor que no sea lo que pensamos» recé mentalmente.

–Ella las cuidará mientras estoy en el trabajo, vendrá todos los días de 7:00 a.m. a 7:00 p.m.- mi hermana y yo dejamos salir el aire retenido, de tanto estar en suspenso.

Carlos se despidió de Cloe con un abrazo y un beso en la mejilla, de la señora con un apretón de manos y de mi pues...una sonrisa forzada y se fue «¿por qué es tan frio conmigo? Él no era así» Cloe y yo nos quedamos con la señora «¿Como era que se llamaba? ¡Ah! Si, Susana»

Susana nos preguntó que, si queríamos desayunar, nosotras asentimos y se dirigió a la cocina.

–¿Pensaste lo mismo que yo? – pregunto Cloe a mi lado.

–Creo que si... ¿Qué pensaste?

–Que teníamos nueva mamá– dijo con un eje de diversión, aunque se notaba su rabia.

–Entonces si pensamos lo mismo– creo que si hubiese sido así no habríamos tardado en echar a la pobre a la calle.

–Ok saliendo de tema, ¿Cómo vas con Carlos? ¿No ha cambiado contigo? – ella sabía toda la situación y quería que volviéramos a ser una familia como lo éramos hace unos meses.

–Pues...no se qué le hice para que ya no me quiera– dije con diversión, aunque sea un poco triste debo ser positiva ¿no?

–La verdad no sé qué paso, hace dos días le pregunté la razón de porque estaba tan distante contigo, ¿y sabes que me dijo? – negué con la cabeza– "¿quieres helado?" Me evadió el tema completamente, y lo que más piedra me dio fue que no había ni una heladería cerca– dijo cruzándose de brazos mientras nos sentábamos en el comedor.

Mi hermana era una persona agradable, aunque su personalidad podría tomarse como odiosa, siempre nos ha gustado estar juntas, algunas veces nos vestimos igual o simplemente pasamos tiempo juntas, ya que con las actividades extracurriculares mantenemos la mayor parte del tiempo ocupadas así que siempre aprovechamos el tiempo juntas.

Después de un rato de charla entre Cloe y yo salió Susan de la cocina con dos platos de huevos revueltos con tocino y jugo de naranja.

Cloe y yo reaccionamos por instinto y nos miramos mutuamente con lágrimas en los ojos «Esto fue lo último que mama nos hizo antes de morir» Susana nos miró preocupada y dijo:

–¿Les sucede algo? ¿Están bien? – Cloe y yo sonreímos mientras nos limpiábamos las lágrimas.

–No, nada tranquila– dijo Cloe para distraerla.




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