Oportunidad para escapar

§Capitulo: 3§

Ahora es triste, nostálgico y melancólico llegar a casa, sin encontrar a esa persona con la cual compartes secretos, risas, chismes y regaños, nada podrá ser lo mismo que antes, esa confidencialidad y amor incondicional que una madre te brinda y que solo las dos pueden entender, es lo mejor del mundo.

Llegue a casa un poco cansada, siempre me ha gustado bailar y lo convertí en mi forma de desaparecer de todos los problemas que me rodean, talvez solo momentáneamente, pero me distrae y ayuda a que pueda afrontarlos de mejor manera, mi madre decía “Aunque hallan problemas y situaciones difíciles, no dejes de hacer lo que te gusta y no dudes en ser feliz” talvez por eso no siento que quiero morir e irme con ella, me agrada la idea que si sigo adelante ella estará feliz donde se encuentre.

El resto de la tarde transcurrió normal hasta que se fue Susana, papá no llegaba y Cloe estaba enojada porque no había avisado que no llegaría hasta muy tarde, yo por otro lado estaba preocupada y temía que le hubiese pasado algo. Ya eran las once de la noche y aun no llegaba, nos encontrábamos en la habitación de Cloe el sueño ya nos estaba venciendo, poco a poco nos fuimos quedando dormidas.

En horas de la madrugada escuchamos unos ruidos fuertes provenientes de la planta baja, yo me levante primero para poder escuchar algo de lo que hablaban, cuando me acerque lo suficiente sonó un estruendo proveniente del otro lado de la puerta, rápidamente coloque el seguro y una silla impidiendo que alguien pudiese ingresar a la habitación, nos quedamos en silencio un largo rato nerviosas por lo que pudiese estar ocurriendo, en poco tiempo volvimos a escuchar pisadas por toda la casa no eran muchas personas tal vez cinco o menos, solo se oían pisadas en el piso que nos encontrábamos yendo de un lado a otro sin tener suerte en encontrar lo que buscaban, por otro lado, en la planta baja solo se escuchaban susurros, dos personas hablaban sin llegar a subir el tono de voz para que nadie más a excepción de estos pudiesen escuchar el tema de conversación.

Pasaron veinte minutos cuando una voz gélida y varonil dijo – vámonos – a paso ligero las personas que se encontraban en el segundo piso bajaron.

–Recuerda el trato– dijo el hombre antes de que la puerta principal se cerrara de golpe, segundos después se empezaron a escuchar sollozos desde la sala de estar, sabíamos que nuestro padre era la persona que estaba llorando, estábamos asustadas y no sabíamos que acababa de pasar, ¿Cuál era ese trato? ¿De que estuvieron hablando por más de veinte minutos? ¿Era peligroso el hombre que acababa de salir? ¿Corremos peligro? o talvez solo estamos exagerando, decidimos abrir la puerta y mirar por las escaleras, Carlos lloraba intentando no hacer ningún ruido brusco que pudiera “despertarnos” lamentablemente lo estábamos. Bajamos las escaleras cuidadosamente y en silencio nos acercamos a él, mire a Cloe que tenía los ojos aguados estaba a punto de llorar, sin decir nada lo abrazamos por detrás, solo pensaba en que si seguía enojado conmigo me empujaría a un lado y no dejaría que lo abrazara, tenía miedo de eso, que a pesar de estar en ese momento que supongo es duro para él me deje a un lado.

No lo hizo, no me parto, a pesar de este nuevo problema después de tantos días por fin siento que papá me ha vuelto a querer se siente bien volver a ser una familia unida.

Solo nos quedamos ahí en el sillón un largo rato hasta que nos llevo a nuestras respectivas habitaciones, entramos a mi habitación y me metí en la cama, él se sentó a un lado subiendo la cobija hasta mis hombros.

–Pá – lo llamé un poco temerosa – No quise decirte nada, pero… ¿Estamos en peligro? – Silencio, eso fue lo que recibí de su parte solo silencio y una cara de preocupación que quiso ocultar, me dio un tierno beso en la frente como anterior mente había hecho con Cloe.

–Descansa cariño – Se levantó lentamente y antes que pudiera salir de la habitación hable.

–Espero que, se solucione pronto – no se como pude hablar, tenia un nudo en la garganta, tenia la vista borrosa y estaba a punto de llorar, él se devolvió y arrodillo a un lado en la cama.

–Todo estará bien, no te preocupes, lo arreglare– dijo limpiando mis lágrimas con su pulgar, asentí con mi cabeza dándole a entender que lo entendía y que confiaba en él, esta vez me dio un beso en la cabeza y salió del cuarto lo más rápido que pudo.

Al día siguiente me levante preocupada por lo que pasó la noche anterior, tal vez no debería estarlo, no sabemos cual es el problema que tenga Carlos con el señor, tal vez sea algo de trabajo y este preocupándome en vano.

El día estuvo fantástico, papá llamo a Susana y le dijo que no trabajaría hoy, que hoy el estaría con nosotras, en la mañana nos despertó con desayuno a la cama, dijo que iríamos de paseo, al inicio no quería decirnos a donde así que entre Cloe y yo lo convencimos de decirnos cual seria el destino para poder vestirnos adecuadamente, se negó y resistió hasta que empezamos a darle algunos ejemplos como «¿Y si nos vestimos elegantes y resultamos en un zoológico? nos dolerán los pies en tacones de tanto caminar» «¿Si nos arreglamos de paseo y resultamos en un restaurante? nos daría mucha pena y no regresaríamos al restaurante por mejor vestidas que estemos» o «¿Qué pasa si nos vamos vestidas de zafarí y en realidad íbamos para un bufet?» luego de un momento lo convencimos, dijo que iríamos al centro comercial y compraríamos algunas cosas.

Estuvimos todo el tiempo riendo y compartiendo tiempo juntos, entramos a cine vimos una película de terror y luego pasamos a la zona de juegos, ingresamos a unos carros de carreras Cloe y yo llegamos en empate y pues… creo que ya sabemos quién perdió. Luego comimos unos helados y rematamos comprando algunos vestidos, blusas y zapatos, entre risas llegamos a casa cansados, pedimos comida china para cenar, mientras comíamos me puse a pensar en cómo podríamos estar siempre riendo así si mi papá no llegara tarde del trabajo, inconscientemente me puse a pensar en lo ocurrido la otra noche, no puedo evitar sentir nervios e incertidumbre al querer saber qué es lo que está pasando pero confió en Carlos, dijo que lo arreglaría y que todo está bien, por otro lado estaba feliz, mi papá después de días volvía a ser él, volvía a sentirlo mi padre, eso me volvía muy feliz, tal vez solo estuviese enojado por algo que hice y no me di cuenta, lo extrañe y no soportaría la idea de perderlo a él también.




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