Oportunidad para escapar

§Capítulo: 6§

Carlos nos miró con desesperación hablar de lo anterior lo había dejado sin estabilidad, se veía fatigado y decepcionado, no sabía cómo sacar las palabras para decirnos lo que faltaba.

–Papá dinos que pasa no estamos enojadas contigo, tu no tienes la culpa de lo que está pasando. – Dije para tratar de calmarlo un poco.

–La culpa es de la imbécil de Jones. – dijo Cloe apretando el puño a su costado.

La mire con algo de preocupación, esto era nuevo Cloe aunque reprimiera sus sentimientos nunca reprime la ira, de todas las emociones es la que siempre libera con facilidad, pero se está conteniendo y la entiendo.

–Niñas disculpen no pude hacer nada, hace dos noches vino el señor Larsen a nuestra casa, estuvimos hablando por un largo rato, trate de hacer acuerdos de pago, de cederle la compañía si era necesario, pero se negó rotundamente, luego me propuso un trato dijo que me daría tres días para decidir y que si fallaba en la respuesta que el decesa me arrebatara a mis hijas – sus ojos se aguaron nuevamente y agacho su cabeza un poco nos miró por el retrovisor una vez más y continuó diciendo.

– Ese dia me puse a llorar tratando de no despertar a ninguna de las dos pero falle, ambas salieron preocupadas, no sabia que decirles así que solo dije que lo arreglaría todo, al siguiente día las saque de casa para olvidar y aclarar mi mente un poco, y aunque me divertí mucho ese dia niñas, no pude parar de pensar en todo lo que dijo el señor Larsen, ¿por qué si quería que entregara mi compañía a otra persona que no era él se llevaría a mis niñas si decía que no? luego pensé en Selene cuando dijo “Cuida nuestro tesoro”, “No dejes que se lleven nuestro tesoro”, al inicio estaba convencido de que nuestro tesoro era el amor que nos teníamos pero luego de esa visita me di cuenta que ella se refería a ustedes “Nuestro tesoro” el producto de nuestro amor y sacrificio, niñas no quiero que les pase nada malo, esa es la razón por la cual pensé en mudarnos, nos iremos lejos donde el señor Larsen ni su esposa puedan hacerles daño. – Dijo sacando una sonrisa llena de esperanza y convencida, sin pensarlo mucho nos abalanzamos contra el respaldo de la silla del piloto a tratar de abrazarlo, lo hicimos como pudimos, a pesar de la incomodidad fue un lindo momento.

Con lágrimas en los ojos estábamos esperanzados a que podríamos vivir una vida normal nuevamente, nos estamos aferrando a esta idea mientras el auto volvió a ponerse en marcha, agarre la mano de Cloe con fuerza y la mire con ganas de que todo este plan sea efectivo, aunque nunca he visto el rostro del señor Larsen debe de ser muy rudo o debe verse malo para golpear a cualquier persona solo por que su esposa se lo pide, pensé que por tener dinero mandaría a todos sus perros falderos a cumplir con los requisitos de su esposa pero lo hace el mismo no le da miedo manchar sus manos y eso da mucho miedo.

–Papá ¿para dónde iremos?– preguntó Cloe pensativa.

–Iremos a la playa, su madre quería una linda cabaña al lado del mar y allí cumpliremos su sueño e iniciaremos de nuevo.

Su voz sonaba armoniosa y nostálgica, podría decirse que hasta se encontraba soñando despierto y como no, mamá nos había hablado mucho sobre su anhelo de vivir en una pequeña casa frente al a playa donde no tendría más preocupaciones y solo se concentraría en estar con su familia. Cuando hablaba sobre el tema sus ojos se iluminaban y era inevitable no imaginarse jugando al pie del mar, donde los amaneceres son únicos y cada uno de los atardeceres diferentes.

Pensar que en algún momento mi madre podría llegar a cumplir su sueño y el privilegio de haberla podido acompañar nos fue arrebatado a mi hermana y a mi, de solo darle vueltas al asunto hace que mi piel se erice y mi corazón bombee sangre más de lo normal.

Poco a poco pasó el tiempo, habíamos parado en un restaurante al pie de la vía y almorzado antes de continuar con el viaje.

–Niñas ya casi llegamos – anunció Carlos mientras seguía mirando la carretera.

Cloe no había vuelto hablar después de que papá nos dijo a dónde nos dirigimos, su semblante se notaba rígido aunque intente sonreír se veía «o depronto yo lo notaba porque conozco sus facciones y comparto un poco sus pensamientos»

El auto comenzó a disminuir su velocidad y sin perder tiempo nos asomamos por la ventana, a lo lejos logramos ver la playa y si quitamos el sonido de los pocos autos que pasaban se podía escuchar algunas gaviotas.

Bajamos del auto emocionadas para apreciar de una mejor forma la fotografía que teníamos enfrente, era hermoso. «tal vez estés pensando “una playa con unas cuantas gaviotas,¿que tiene de interesante?”, para alguien que nunca había visitado la playa esto era la mejor vista de todas»

– Papá esto es hermoso– dijo Cloe aun admirando el ambiente que nos rodeaba.

– Está divino– complemente el halago de Cloe.

– Niñas caminaremos desde aquí– Nos hizo señas para sacar las maletas del auto.

Y así nos adentramos a la playa caminando uno al lado del otro, miraba a mi padre de soslayo, después de 20 minutos caminando su rostro ya no se veía tan preocupado se encontraba relajado. Sentí la mano de Cloe en mi hombro, volteé a mirarla por reacción propia. No dije nada solo la mire, su rostro se veía enojado y serio.

– ¿Qué pasa?– pregunté susurrando y mermando el paso para que Carlos nos llegase a escucharnos.

–Tengo un mal presentimiento – quedé atónita ante su respuesta, quería preguntar porque pensaba eso pero las palabras no salieron de mi boca, miles de preguntas pasaron por mi mente. ¿por qué no lo puedo sentir yo? ¿Acaso estoy feliz? Estoy tan emocionada con que sea cierto que estamos fuera de peligro y por eso no logró observar el panorama de otra forma.

–Tal vez solo sigo asustada– dijo lanzándome una leve sonrisa.

–Espero que sea solo eso– dije mientras pasaba un brazo por sus hombros atrayéndola hacia mí en un simple abrazo sin rudeza.




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