“Amado mío,
Grandes son tus obras, tus maravillas, tu poder es inexplicable.
Cuantas veces he fallado por causa del temor, o he dejado pasar oportunidades por lo mismo, o sencillamente siguiendo el consejo de quien no debía oír.
Te pido perdón por esto y ahora me levanto para transformar mi fracaso en éxito, cambiar mi forma de pensar y quemar espiritualmente todo cautiverio, liberando no solo mi alma sino de los que están a mí alrededor.
Ayúdame a orar y actuar como una leona, impartir la fuerza a nuestro pueblo y a mi familia.
Fui creada de la costilla de un hombre, es decir, que fui hecha para proteger sus partes vitales, su corazón, pulmones, etc.
Renuncio al temor al fracaso, y tomo este como trampolín para el éxito que preparaste para mi cambiando el destino que las tinieblas tenían para mi vida y derrumbar las fortalezas que no solo estaban para mi vida, sino para el mundo entero. Porque las cosas que tememos volverán a casar a nuestros hijos.
En el bello nombre de Jesús te pido la asistencia de tus santos ángeles para que ejecuten a tu orden lo que llevará mi éxito a mi vida, a mi familia y a las naciones, en el dulce nombre de Jesús, amén.”