Orden del Iris [romance]

Raíz.

Van dos días desde que la conocí, ella se mostró cada día más interesada en la cultura humana, muchas cosas le confunden, pero me doy el tiempo de explicarle con detalles cada cosa, igualmente he aprendido mucho sobre ella y los suyos, en su reino no tienen cosas dulces y no están acostumbrados a comerlas, cuando por primera vez probó una fruta sus cuernos cambiaban de color rápidamente dándome a entender que le sorprendía eso, ahora me dijo que estamos a menos de una semana del territorio del rey, si no fuera lo que es… 
Nana: ¿De verdad puedo comer muchas? Siempre las veo en los árboles y no pensé que podía comerlas, me encantan las manzanas. 
Nick: Cálmate… Hay más tipos de frutas. 
Nana: ¿Quieres morderla? 
Nick: No, eso sería como un beso indirecto. 
Nana: ¿Beso? 
Nick: Espera, creo que es la primera vez que menciono un beso. 
Nana: ¿Qué es un beso? 
Nick: Es cuando dos personas juntan sus labios. 
Nana: ¿Para qué eso? ¿No me digas que es para comerse a la otra persona? 
Nick: No, no… Es una muestra de afecto, de amor generalmente, otras veces puede ser en la mejilla para mostrar sólo cariño. 
Nana lo miraba atenta mientras asentía, Nick la miró y esta sonrió. 
Nick: ¿Qué sucede? 
Nana: Dijiste que me enseñarías las cosas que no sé. 
Nick: No te besaré… Eso no pasará. 
Nana: ¿En mi mejilla? 
Nick lo pensó por un segundo hasta que miró la cara de expectación con la que Nana lo miraba. 
Nick: Vale, conste que es sólo por la demostración. 
Nick se acercó a Nana y besó suavemente su mejilla izquierda, esta se tocó la cara con cierto desconcierto mientras sus cuernos cambiaban de verde claro a un café. 
Nick: ¿Qué sucede? 
Nana: Nada… 
Nick: ¿Cuándo fue la última vez que te bañaste? 
Nana: ¿Bañarme? Uhm… A eso con el agua que dijiste… Nunca, sólo cuando llovía o nevaba. 
Nick: Por suerte la nevazón trae mucha agua… Traeré algo de nieve y te calentaré agua para que te bañes, apestas. 
Nana: Tú tienes mucho olor a macho y yo no digo nada. 
Nick: Espera aquí, iré por algo de nieve. 
Nana asintió y vio a Nick dar un solo paso fuera de la cueva antes de que sus cuernos se tornaran ligeramente azules. 
Nana: ¡Espera! 
Nick la miró confundido. 
Nick: ¿Qué sucede? 
Nana: Yo te acompaño. 
Nick:  No, necesito que cuides las cosas. 
Nana: Pero… Yo… 
Nick: Confío en ti, dame unos minutos y volveré. 
Los cuernos de Nana se volvieron rosa y asintió. 
Nana: Sí. 
Nick salió de la cueva y Nana se sentó junto al fuego, la blusa que tenía le parecía bonita y empezaba a sentirse alegre de estar con ese humano, nadie nunca se había detenido para ayudarla y hacerla entender muchas cosas que ahora comprendía, Nick definitivamente se había vuelto parte de su vida y empezaba a tomarle algo de cariño, sin embargo había algo que Nana ocultaba y que sabía que tarde o temprano Nick se enteraría, pero no sabía cómo este iba a reaccionar, así que prefería no decirlo. 
Nana: Uno, uno, dos, dos, dos… 
Nana contaba cuando estaba aburrida, esta calma, esta tranquilidad, esa paz que no había tenido en toda su vida le daba tiempo para pensar en más cosas que sólo cazar y escapar, ahora pensaba en todo, incluso tuvo tiempo de imaginarse una familia, ahora que sabía qué era, quería una, su corazón deseaba una. 
Voz: Hola… Hermana… 
Nana levantó la vista, un ser parecido a un hombre, pero cubierto de espinas estaba parado frente a ella, sus escamas cobrizas, garras largas y una cola que se movía amenazadora, sus dientes eran acerrados y cuernos largos cómo los de un carnero estaba mirándola. 
Demonio: ¿Qué sucede? ¿No quieres hablarme? 
Nana: Arkael… 
Arkael: Años sin verte, veo… Que has crecido. 
Nana: Así es… 
Arkael: Veo que estás cómoda, cosa rara… Sabiendo que te queda un año para volver. 
Nana: Y-Yo… Sólo, estoy descansando. 
Arkael: ¿Sabes? Padre me envió aquí porque se están oyendo rumores de que vieron a una joven demonio merodeando alegremente con un humano y quería comprobar que no eras tú… 
Nana: No soy yo, eso es seguro. 
Arkael empezó a mover las cosas. 
Arkael: ¿Ah sí? ¿Y estos objetos humanos? 
Nana: Ehm, son cosas que he reunido… 
Arkael: Cosas de…. Macho… 
Nana: Sí, es que me sentía sola… 
Arkael: Estás en edad de tu primera pareja es verdad… Pero… 
Arkael se dio la vuelta furioso y levantó a Nana del cuello, esta empezó a luchar por soltarse. 
Arkael: A mí no me engañas Nanakase, has estado con humanos y lo que es peor, no lo has asesinado… Ellos son el enemigo, unos monstruos y sabes bien lo que hacen… Eres una traidora… 
Nana: N-N-No es así… S-Sólo lo estoy seduciendo p-para asesinarlo y robar s-su energía vital al… Mismo tiempo… 
Arkael dudó un segundo y la soltó, Nana volvió a respirar alterada. 
Arkael: Tus cuernos no indican que mientes, así que serás una súcubo… Me parece bien hermanita… Pero, para confirmar tu historia, deberás asesinarlo ahora… Cuándo vuelva. 
Nana: ¿Ahora? Yo tenía planeada otra cosa. 
Arkael enfureció y Nana retrocedió asustada. 
Nana: Lo haré, lo haré… 
Arkael entró en la cueva escondiéndose en la oscuridad, Nana miró hacia la entrada aterrada, “Nick, ¿En qué te metí? Necesito ayuda” 
Arkael: No te veo preparando nada. 
Nana: Ya voy, ya voy… 
Nana se quitó los zapatos y pantalones quedando únicamente con sus medias largas, ropa interior y la blusa, se amarró el cabello y se sentó junto al fuego. 
Nana: Bien… 
Pasaron cinco minutos y Nick volvió de su excursión, tenía mucha nieve por todos lados y más en dos baldes que llevaba en las manos, rápidamente Nana entró en acción. 
Nana: Hola Nick… 
Nick la miró y luego miró hacia el lado. 
Nick: Veo que estás casi lista… 
Nana: Nick… 
Nick: Dame un segundo. 
Nick dejó los tarros y se giró. 
Nick: Ahora sí, ¿Qué quieres? 
Nana se paró y caminó hacia él sensualmente con las manos en la espalda. 
Nana: Estaba pensando, y ¿Sabes? estoy en edad de tener pareja y aparearme, y pues tú eres un macho muy bien hecho y quería que… 
Nick la empujó suavemente. 
Nick: ¿Qué bicho te picó? ¿Recuerdas lo que somos cada uno? ¿Estás bebida o algo? 
Nana: Nada, sólo que pues, puedo sentir que también deseas esto y quiero que me hagas tuya… Te dejaré hacer lo que desees. 
Nana hablaba con una voz sensual, pero afligida, Nick la miró molesto. 
Nick: Eres una… Pensé que eras diferente, pero veo que sólo intentabas ganarte las alas y ser una súcubo, no puedo creer. 
Nick se giró, pero la cola de Nana lo amarró. 
Nana: ¡No es así! 
Nick: Libérame si no quieres sufrir. 
Nana: Nick, escúchame… Yo… 
Nick: Hay una sola cosa que odio más que al rey demonio y es a los mentirosos. 
Nana lo soltó lentamente temerosa, intentó decir algo, pero no pudo. 
Nana: No puedo… 
Nick se agachó para recoger algo, pero sintió un fuerte golpe, al levantar la vista Nana estaba deteniendo una enorme mano con las suyas. 
Nick: ¿Nana? 
Nana lo miró esforzándose. 
Nana: T-Te lo puedo explicar, p-por favor ayuda… 
Nick miró a un costado y rápidamente tomó su espada y escudo. 
Arkael: ¡Traidora! 
Nana recibió un enorme golpe que la lanzó fuera de la cueva, Nick la miró y luego vio a Arkael salir de las sombras, aunque más musculoso y alto que cómo entró. 
Nick: ¿Quién eres? 
Arkael: Soy tu fin, maldito humano que pervirtió a mi hermana. 
Arkael dio un zarpazo que fue evadido hábilmente por Nick. 
Nick: No te temo. 
Arkael dio otro zarpazo que Nick evadió. 
Arkael: Pues deberías. 
Arkael iba a dar otro zarpazo, pero al mismo tiempo lanzó una patada, Nick esquivó el zarpazo, pero recibió la patada con el escudo, el golpe lo hizo darse contra la pared de la cueva y cayó al suelo sentado. 
Arkael: Y creer que tienes oportunidad… Basura. 
Nick: Jamás me rendiré. 
Nick trató de alcanzar su espada. 
Arkael: Oh, sí, sí lo harás. 
Se escuchó un rugido furioso y algo cargó contra Arkael lanzándolo contra el fondo de la cueva, Nick pudo ver a Nana furiosa frente a él, estando en pie entre el demonio y él. 
Nick: Nana. 
Nana: Lo siento, esto es mi culpa. 
Arkael: Hermanita, eso no es bueno. 
Nana: No soy tu hermana. 
Arkael: Jaja, claro que no, eres una traidora. 
Arkael lanzó un puñetazo contra Nana, pero esta lo detuvo con ambas manos. 
Arkael: Veo que has… 
Dijo antes de que Nana lo azotara con ira contra el techo y luego el suelo. 
Arkael: Auch… Eso no es gen… 
Dijo antes de ver la mirada de Nana, esta estaba parada sobre su hombro. 
Arkael: ¿Qué vas a hacer? 
Nana: Matarte… 
Arkael: No tienes lo que se neces… 
Dijo antes de que Nana tomara su brazo con ambas manos y lo arrancara violentamente, Arkael dio un alarido agónico. 
Nana: Dale saludos a papá y dile que el próximo es él. 
Nana cargó el brazo y se lo ensartó en el pecho a Arkael. 
Arkael: Basura… 
Nana se paró tras la cabeza de Arkael. 
Nana: Y dile que desde hoy yo no soy más su hija. 
Arkael rió antes de que Nana le tirara del cabello con tal fuerza que logró arrancarle la cabeza. 
Nana: Estúpido. 
Nana cayó al suelo de rodillas cansada. 
Nick: ¿Qué sucedió aquí? 
Nana reaccionó, vio a Nick de pie y se lanzó rápidamente a abrazarlo. 
Nana: ¡Nick! Lo siento, lo siento… 
Nick: Tranquila, ¿Quién era el grandullón y por qué te llamaba hermana? 
Nana: Yo… Estás sangrando. 
Nick: Me tomó por sorpresa, eso es todo… No respondiste. 
Nana: Es que yo… Tengo miedo. 
Nick: ¿Por qué? 
Nana lo miró y negó con la cabeza. 
Nana: Déjame ayudarte con las heridas y te contaré… 
Nick: Vale. 
Los dos se sentaron junto al fuego, Nick se quitó el abrigo y la sudadera para que Nana comenzara a vendarlo. 
Nick: Soy todo oídos. 
Nana: Verás, para los demonios estar cerca de un humano o interesarse por la cultura humana es un pecado. 
Nick: Vale… 
Nana: Por eso, a los que son cómo yo, o sea que no les interesa pelear con ustedes los mandan a destierro para que vean lo crueles que son con nuestra raza. 
Nick: Ya lo dijiste. 
Nana: Sí, él… Era Arkael, un demonio temido por su ira explosiva… Él era mi hermano. 
Nick: ¿De verdad? 
Nana: Sí, al parecer ya saben que hay un demonio que está con un humano, y quería obligarme a matarte. 
Nick: Por eso actuaste así cuando llegué. 
Nana asintió. 
Nana: Para los demonios es traición, y algo que mis doce hermanos no pensarían en hacer… Menos por nuestra posición. 
Nick la miró serio. 
Nick: ¿A qué te refieres con “posición”? 
Los cuernos de Nana se tornaron de un rojo brillante. 
Nana: Pues… Nick, yo… Digo… 
Nick: Habla. 
Nick estaba serio, Nana juntó valor y suspiró. 
Nana: Nick, yo soy hija del rey demonio. 
Nana cerró los ojos y esperó lo peor. 
Nick: ¿Eso es todo? 
Nana abrió los ojos sorprendida, Nick estaba con cara seria solamente. 
Nana: ¿No estás molesto? Yo soy hija del terrible ser que… 
Nick: ¿Y eso qué? Eres la hija, no eres él, además lo suponía, fuiste muy obvia cuando te pregunté quién era tu padre y al querer ayudarme al saber de mi familia… 
Nana: Pero, soy terrible, cómo él… 
Nick: No… Fuiste capaz de intentar remediar algo que alguien más hizo y mira… Renunciaste a tu familia por ayudarme, eres especial Nana… No eres cómo él. 
Nana sonrió y Nick puso su mano en la frente de esta acariciándola, los cuernos de Nana se volvieron amarillos. 
Nick: Ese color no lo reconozco. 
Nick la miró y sus mejillas estaban enrojecidas. 
Nick: Pero ese sí, tienes vergüenza… Tranquila, me alegra que tengas confianza de poder decirme la verdad. 
Nana: ¿Puedo decir la verdad? 
Nick: Cuándo quieras. 
Nana: Mis cuernos están blandos. 
Nick la miró y por primera vez enrojeció, apartó rápidamente la mano y ambos miraron hacia lados diferentes, un silencio incómodo los envolvió por unos segundos. 
Nick: Yo… Iré a calentarte agua… Eso… 
Nana: Gracias. 
Nick caminó hacia la salida confuso. 
Nana: Nick… La nieve está por allá… 
Nick la miró y asintió. 
Nana: Nick, era una broma lo de los cuernos, creí que sería divertido arruinar el momento con una broma… 
Nick la miró y suspiró. 
Nick: Uff, yo creí que… Está bien… Lo siento, pensaba en muchas cosas… 
Nana: ¿Cómo qué? 
Nick: No importa. 
Nick puso los baldes a calentar y en menos de diez minutos tenía varios baldes con agua tibia. 
Nick: Bien… Te ayudo a… 
Nana: No… Ve a dar una vuelta, quiero… Privacidad… 
Nick: ¿Eh? Pues… Me pondré mi abrigo y saldré entonces, espero no encontrarme con ningún demonio más de vuelta… 
Nana: No… Nos vemos… 
Nick: Pero mi abrigo… 
Nana se lo lanzó en la cara. 
Nana: Lo siento… Fuera, fuera… 
Nana lo empujó hasta la entrada de la cueva, Nick la miró confundido. 
Nick: ¿Qué pasó? 
Lo último que vio en Nana fue sus cuernos sumamente amarillos. 
Nick: Eso era… ¿Vergüenza? 
Nick se dio la vuelta poniéndose el abrigo. 
Nick: No le daré muchas vueltas… Debo volver a practicar, me he descuidado mucho. 
Nick caminó al bosque pensativo en lo sucedido. 
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