"cuando somos niños la sociedad nos instruye, debemos amar a nuestros padres y a dios y debemos temer a la oscuridad y la muerte, pero la sociedad miente, los padres hieren, dios te puede abandonar, la oscuridad es tanto un refugio como una trampa..."
"...y la muerte, podría hablar todo el día de ella"
—Douglas T. Butcher.
El amanecer llega a los bosques de la región, el hielo convierte el lugar en un escenario de cuento de hadas, Lions Bay, un pequeño pueblo ubicado en el lugar exacto entre la carretera y un lago, un punto ideal para atraer el turismo, abre los ojos para un nuevo día.
Con la llegada del sol abren los negocios, y los niños salen a jugar en la nieve, las fechas navideñas tienen a la mayoría de las personas descansando en sus casas durante este breve letargo de tan solo 2 semanas.
Una camioneta negra llega al pueblo a horas de la mañana, la camioneta no muestra indicios de buscar asilo o estacionamiento, simplemente se estaciona justo en el centro de la calle principal.
Dos personas se bajan del vehículo, una mujer de apariencia joven usando una capucha color granete, su cabello estaba teñido en un tono rojo intenso y poseía un par de ojos verdes además de tener tatuado el número 665 en su mejilla.
Parado junto a ella un hombre alto y fornido de tez oscura, cubierto en una enorme gabardina negra, con la cabeza rapada y el rostro cubierto de tatuajes dibujando un cráneo.
—Según el reporte del satélite, el objetivo debe pasar por este pueblo para retomar la carretera principal —exclama el hombre —Incluso con los daños causados por Hardy y Trust, estimo que llegaran en aproximadamente 3 horas, si se detuvieron a realizar reparaciones.
—¿Eso cuánto tiempo nos da Kane? —pregunta la pelirroja con una expresión de desinterés.
—Si iniciamos ahora puede que lo consigamos justo a tiempo de que pasen —responde —Este pueblo ha tenido fallas en la señal los últimos 5 días, no hay cámaras de seguridad, ni tampoco Riders o usuarios poderosos registrados, un punto desconocido en el mapa.
—Es una lástima —señala la joven.
—¿Sientes pena por ellos? —pregunta Kane.
—Si…, lamento la mala suerte que tiene esta gente, pero es su culpa por no haber pensado antes en salir de este pueblucho de porquería —exclama con arrogancia.
—No se supone que esto sea divertido.
—Eres un aguafiestas, dime, ¿Cuánto nos tomaría si usamos eso? —pregunta con una sonrisa en el rostro.
—Asumí que lo preguntarías —espeta Kane mientras extrae un maletín de la camioneta —Si usas solo uno, deberíamos acabar en unos minutos, solo no exageres como la última vez Roxanne.
—Tú concéntrate en lo técnico y déjame el resto a mí, si quedan reducidos a carne molida, es tu trabajo arreglarlo.
Después de realizar varios monitoreos de seguridad el hombre desbloqueó el maletín; en su interior había piel, uñas y botellas de sangre de aspecto necrótico, al verlos la expresión de la joven cambió a una más ansiosa como a la de un adicto viendo un nuevo lote de su anhelado producto.
Ella tomó uno de los fragmentos, y lo colocó sobre su brazo que, al entrar en contacto, se fusionó con su piel, mientras sus ojos rápidamente se volvieron negros, con pupilas rojas.
Kane extendió sus manos, de las cuales una misteriosa niebla empezó a propagarse, cubriendo todo el pueblo en minutos, mientras desde la distancia docenas de gritos resonaron en el aire, y luego, silencio.
Paralelamente…
Lejos de su locación AJ y Olivia salieron de la cabaña mientras el primero cargaba un maletín, aún faltaban un par de horas antes de que su vehículo estuviese listo; caminaron entre los pinos hasta llegar a un lugar despejado y silencioso.
AJ sacó de la mochila múltiples botellas de vidrio y las puso en el suelo a distancias y alturas distintas, cuando terminó caminó hacia Olivia, sacando del maletín un revólver, que puso frente a ella.
Al principio le apunto justo al rostro para ver su reacción, como imaginaba en este punto de los eventos su reacción fue la mínima, rápidamente volteó el arma y se la entregó.
—¿Qué significa esto? —pregunta Olivia con una expresión de desagrado.
—A partir de ahora es probable que nos ataquen Riders y usuarios nuevamente —exclama AJ con un tono de voz serio —Lo más prudente que puedes hacer es permanecer armada en todo momento.
—No esperas que mate a alguien, ¿o sí? —aclamó exaltada —Nunca he apuntado un arma hacia una persona, ni tampoco tengo la intención de hacerlo.
—Antes de ayer, pudimos haber muerto —Reclama AJ con un tono de voz fuerte —Puede que mis decisiones en el momento fueran cuestionables, pero gracias a ellas seguimos vivos.
—Pero no puedes solo empezar a matar a quien te encuentres como si fuese un juego —reclama molesta —Existen leyes y reglas que debemos seguir.
—Siquiera has visto las noticias recientemente, nos buscan a los dos por un asesinato y tú... —Exclama furioso, casi diciendo aquello que ella no debía escuchar.
—¡¿Y yo qué?! —pregunta alterada —Hace una semana ni siquiera te conocía, y ahora esperas que repentinamente confié en ti, dijiste que responderías todas mis preguntas, pero creo que en realidad me estás evadiendo.
—No te estoy evadiendo, es simplemente que yo no puedo contestar las preguntas que me haces...
—¿Sabes qué? Has lo que quieras, yo regresaré a la cabaña —reclama mientras tira el arma al suelo.
—Espera, no te puedes ir solo así —espeta, pero sin recibir respuesta —Si quieres no lleves el arma, pero al menos trata de acostumbrarte a ella por si debes usarla.
—¿Acostumbrarme? —afirma con una ligera risa.
Rápidamente Olivia se da la vuelta y toma el arma de las manos de AJ, retira el seguro y dispara, destruyendo una de las botellas más lejanas, dispara 7 balas más, todas y cada una atinando en el blanco.
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Editado: 25.06.2022