Order Volumen 2

VIII: Iluminación

"Mi corazón está dividido, entre la mujer que amo y el abismo; ella me expresó que no me ama, pero a pesar de eso mi corazón es suyo, el abismo en cambio, me ofreció poder, conocimiento y su amor incondicional, Pero a pesar de eso no pude aceptarla."

"Entonces el abismo me ofreció aquello que más anhelaba, solo me pidió una cosa a cambio, el corazón sin vida de aquella quien tiene el mío, me pregunto si podré hacerlo"

—Douglas T. Butcher

El aire en la atmósfera se volvía más pesado al paso de cada segundo, mientras que a plena tarde la noche cayó sobre la tierra junto a una sofocante oscuridad que cubrió una fracción del país.

Alertando a las naciones unidas quienes no sabían como reaccionar a lo que estaba ocurriendo.

Oficinas de la CIA en la ciudad de Nueva York…

Los agentes poco sabían sobre lo que ocurría en el lugar, trataron de conseguir una imagen satelital pero les fue imposible y las comunicaciones en el interior de la anomalía tampoco operaban.

Mientras los agentes entraban en pánico un hombre se hace presente, rubio y alto de 2 metros y medio, sentándose tranquilamente ante la situación. Vestía un traje blanco y en sus mancuernillas tenía el símbolo de una aguja e hilo con el número 7 bañadas en oro.

De pronto uno de los agentes se le acerca.

—General Silk, ¿Cómo deberíamos proceder?, ¿debemos informar a la casa blanca o a langley? —pregunta el joven agente alterado.

—Cadete —responde el general con un tono bastante tranquilo —Lo que esta viendo en este momento no es algo que podamos controlar con nuestro arsenal actual, lo que esta viendo, es la ruptura de una zona muerta.

Al espetar esas palabras un extenso silencio se formo en la habitación. Como ya es conocido las zonas muertas son secciones con un campo magnético especial donde todos los dispositivos electrónicos fallan y la presencia de los Wraiths es más activa.

—Pero, no ha habido reportes de Wraiths en esa zona, ¿Cómo es posible? —Aclama otro de los agentes presentes.

—Naturalmente el nacimiento de una zona muerta es gradual, pequeños Grupos de Wraiths que toman refugio y emergen una vez hayan alcanzado cierta población —expone el general —pero existe otro método además de ese. el despertar de un Wraith antiguo.

Desde la aparición de los Wraiths estos fueron puestos en una escala para facilitar su estudio, Wraiths menores e inferiores, con forma e intelectos de animales, siendo los de rango más bajo y más fáciles de controlar.

Los Wraiths meridianos y ancianos, siendo aquellos que requieren una intervención militar, gracias a su enorme poder e intelecto que les permite comandar a otros de su especie.

Y por último los Wraiths antiguos, el máximo estado de evolución de un Wraith conocido hasta la fecha, siendo una existencia con el poder para borrar un continente por si misma, además de comandar a otros Wraiths consientes.

—Es el primer Wraith antiguo que aparece en 20 años y creo que no es necesario explicar lo que ocurrió la ultima vez —espeta el general —Aun así, si “el” no se preocupa, significa que no hay nada de qué preocuparse.

—¿El?, acaso se refiere a… —pregunta el agente.

—Cadete, ¿cuánto sabe sobre los Grimms? —pregunta el general.

—¿Grimms? —espeta sorprendido —¿Es decir como usted o la señorita Shandarian?

—En efecto, nuestra existencia es secreta para el público general, pero hay un total de 12 de nosotros cada uno con el nombre de un relato de la literatura clásica —expone con un tono de voz más serio ante la situación —En general uno o dos de nosotros deberían bastar para lidiar con este problema, por lo que sí “él” está tranquilo, significa que ya hay un Grimm en la escena.

—Con todo respeto si “el” es la persona que creo, ¿cómo puede estar seguro de que está tranquilo? —pregunta el cadete.

—Los Grimm somos mucho más sensibles al aura, por lo que, si el Order empezase a moverse, nosotros seremos los primeros en saberlo —responde el Grimm.

Hace décadas que no se presentaba un escenario de este calibre, el resultado de esto podría llegar a ser devastador, lo único que podía hacer el general era rezar por que el combate terminase rápido.

Y que ninguno de los otros Grimm se involucre, no todos tienen la decencia de preocuparse por los daños colaterales o las vidas de inocentes.

Paralelamente, a mitad del océano pacifico…

A mitad del paso de Drake una gigantesca tormenta se formaba al tiempo que del océano emergen 3 Wraiths meridianos con forma de huracán, tormenta eléctrica y remolino.

En medio de esas tres monstruosidades flotaba una pequeña embarcación contra las olas y sobre ella un hombre.

—¡¡Demonios!! —se escucha un grito estremecedor en plena tormenta —¡Alguien está teniendo una verdadera pelea en este momento! ¡Maldición, ese debía ser mi momento!

Los tres Wraiths arremetieron contra la embarcación, pero de un único golpe arrasador, dejó destrozados los núcleos de los tres monstruos, despejando el tormentoso cielo, sin mostrar señales de cansancio.

—¡Da la orden de una vez! —reclama el hombre exhibiendo un tatuaje en su brazo de un oso y un costal de monedas —¡Da la orden de pelear, maldición!

Antártida, simultáneamente…

Debajo de una gruesa capa de hielo, un submarino se mantenía oculto junto a un tempano de hielo, en su interior, un centenar de hombres y mujeres armados guardaban silencio, temerosos de lo que les asechaba.

Al mismo tiempo en la superficie, una joven mujer envuelta en un abrigo negro con el emblema de una manzana y un cráneo atravesados por una aguja, cubría su rostro del frio, mientras desviaba la mirada en dirección norte, intrigada por lo que ocurría.

—Señorita Van Helsing, ¿se encuentra bien? —pregunta un hombre armado con un uniforme del ejército ruso.




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