Precoro...
Sir Artur Conan Doyle dijo una vez, "cuando descartas todas las respuestas lógicas a una incógnita, solo significa que la respuesta tiene que ser ilógica".
En criminología ha sido una hipótesis usada en la mayoría de casos donde ni siquiera un pleno entendimiento de la mente criminal puede encontrar la respuesta.
Pero lo que Sir Arthur realmente trataba de decir era...
En un mundo donde todo es infinito y toda posibilidad real o lógica ya ha ocurrido, por muy absurda y descabellada que sea, la siguiente será una posibilidad ilógica.
Egipto, hace muchos años...
La noche había caído y en kilómetros a la redonda solamente había desierto exceptuando a unas rocallosas.
En el horizonte de la noche dos luces se acercaban al lugar a gran velocidad, mientras el sonido de los motores empezaba a viciar la una vez silenciosa atmosfera del desierto.
El primero en llegar al lugar fue un hombre anciano, vistiendo una camisa negra que daba a relucir un alzacuello eclesiástico, un cura.
Sangre brotaba de su frente, mientras que entre sus brazos cargaba a un bebe llorando a todo pulmón, corriendo hasta un acantilado en las rocallosas.
El segundo automóvil se acerca con velocidad, de este emerge una mujer bastante agotada usando una túnica blanca llena de sangre, corriendo desesperada, siguiendo los gritos de gran necesidad del bebé que se alejaban cada vez mas de ella.
-¡Deténgase, padre, por favor! -grita la mujer al cura quien ni siquiera voltea para responder
El sacerdote continúa su camino mientras el llanto del infante aumentaba con cada paso que daba, hasta el punto de que los gritos de la mujer se volvieron inaudibles.
Repentinamente el cura se detiene en seco al ver como el proyectil de un arma impactaba contra las rocas junto a él.
-¡Le dije que se detuviera! -espeta la mujer apuntando un arma al sacerdote, mientras él extiende su brazo hacia el acantilado, sosteniendo al bebé únicamente con sus dedos.
-No trates de resistirte mi niña, tu bebé es un elegido por dios, destinado a más de lo que tú y yo llegaremos a comprender o a ver -exclama con un tono fanático y tétrico.
-Por favor.... -ruega con lágrimas en los ojos -Al menos déjeme verlo, ni siquiera sé si es niño o niña, tan solo déjeme ver su rostro, solamente pido eso.
-He escuchado la voz de Dios mi niña.. -responde mientras un fuego blanco empieza a formarse en su retina izquierda -Dejarte verlo, sería lo mismo a ver el rostro de dios y ni tú ni yo somos dignos de estar en su presencia... aun no...
Sin más dilación el Cura deja caer el bebe al vacío, mientras la mujer dispara al hombre frente a ella, matándolo en el acto, pero incapaz de salvar a su bebé.
Cargada en llanto la inocente criatura, envuelta en unas toallas, cae en dirección a unas afiladas rocas.
El cuerpo del bebé no es capaz de evadir los filosos riscos y es golpeado en más de una ocasión por las mortales rocas hasta caer rodando al suelo, mientras las limpias toallas que lo cubrían empezaban a teñirse con sangre.
El llanto del bebe se volvió débil y ahogado en su propia sangre, con forme la vida abandonaba su cuerpo.
En el cielo nocturno nubes empezaron a tapar el brillo de la luna cubriendo las tierras en total oscuridad, Hasta que el ahogado llanto del bebe acallo despejando las nubes.
La mujer bajo con gran rapidez al pie de las rocas, pero no había rastro de la criatura; pero lo que encontró, nunca dejaría su mente.
Una estatua de una diosa tallada al pie del acantilado, sus ojos de piedra casi parecían apuntar en su dirección mientras sangre brotaba de su boca, la perturbadora imagen hiso huir a la mujer.
Después de esa noche ella regresó, pero la estatua había desaparecido, junto con todo rastro de un alma cuyo nombre ni rostro fueron conocidos, pues porque nunca se le fueron dados.
Pero quien definitivamente existió... y sigue existiendo.
Coro...
Renee descartes en sus tiempos donde la religión era ley y orden, se hizo una pregunta que nadie más se había hecho.
"Los humanos estamos hechos ha la imagen y semejanza de dios, pero la humanidad en si es malvada, en ese contexto ¿significa que la propia naturaleza de dios es malvada?"
¿Qué es lo que determina el bien y el mal?, ¿la luz y la oscuridad?, el orden y el caos.
La respuesta es que no hay respuesta, todo es una ilusión, no obstante, eso no significa que todo sea perdonado.
Isla Portsea, a unos días del presente..
El ruido de las olas llenaba de tranquilidad el ambiente, y en silencio una persona se hacía presente.
Una joven de cabello corto y erizado de un tono rubio pálido, auriculares y lentes de sol que caminaba junto a la costa.
Frente a ella, una vieja y derruida cabaña de dos pisos se deja ver, al llegar a la entrada la puerta estaba bloqueada, pero después de un fuerte empujón la derribó.
El polvo se levanta para revelar el interior, una casa con tres habitaciones una sala pequeña con un comedor, juguetes viejos en todo el suelo y una televisión antigua guiada por antena.
La joven camino por el lugar como si se tratase de su propia casa, el refrigerador no funcionaba y su interior estaba lleno de comida podrida.
Marcas de cortes y arañazos estaban dibujadas en las paredes, subió al segundo piso y vio las habitaciones, dos de ellas estaban bloqueadas, mientras que en la tercera una imagen de película de terror se hacía relucir.
Las paredes y el suelo estaban cubiertos de sangre como si una persona hubiese explotado en pedazos, y en el epicentro del lugar un mensaje tallado en la madera del suelo.
-"Por favor, déjenme morir"
Las manchas de sangre indicaban que lo que hubiese pasado ocurrió hace muchos años, la joven siguió de largo por la habitación acercándose a una puerta al fondo de esta, revelando un baño.