Order Volumen 3

II: Quien charla con las tumbas acto 2

Si no me lo hubieran dicho no lo hubiera creído.

Él se veía tan normal y rebosaba de sentimiento en sus palabras

Era imposible imaginar que tras tan gentil rostro existía tal monstruo.

Sí lo hubiéramos notado antes quizás esto se hubiera evitado.

Quizás, hubiéramos salvado también la vida de esa chica

—testimonio 084582

En una locación desconocida, Año 2042...

Las luces de un quirófano se encienden revelando a un niño, sus brazos y piernas estaban atadas a una mesa, mientras sobre él un espejo revelaba su condición.

Su torso yacía abierto de manera quirúrgica, viendo claramente como su corazón late dentro de su pecho, en el momento solo agradecía estar levemente sedado porque el dolor debía ser insoportable.

—Ya está despierto —exclama una voz —Traigan al espécimen 1001...

Doctores empezaron a ensamblar una caja transparente a su alrededor, con una apertura justo en el lugar dónde se encontraba su corazón el cual veía como empezaba a acelerarse.

Posteriormente un recipiente cilíndrico fue conectado a la apertura de la caja, justo frente a su corazón expuesto.

—El espécimen está listo, bajen la dosis del sedante, lo quiero muy despierto...

—Doctor Butcher, el espécimen 1001 no será acaso...

—“La reina del enjambre”, la misma que borro toda la vida en Oceanía cuando emergió en nuestro mundo—responde Douglas —le tomo 10 días al Order y a los Grimm acabar con ella, ahora solamente queda su corazón.

—Pero si llegase a salirse de control…

Antes de ser capaz de terminar lo que iba a decir Douglas entierra un bisturí en el cuello del doctor matándolo instantáneamente, mientras los presentes lo veían con horror.

—Alguien más tiene algo que decir... no, bien entonces dejemos solos a la feliz pareja.

Los doctores dejaron la habitación, mientras las luces empezaban a apagarse, todas excepto la del espejo sobre el chico.

Del cilindro metálico una criatura empieza a emerger, con la apariencia de una babosa verde arrastrándose hacia su corazón, conforme salía, el latido del niño aumentaba y con él la velocidad de la criatura que avanzaba hacia su corazón.

En un momento detuvo su avance, para acto seguido saltar al pecho del niño como una bestia hambrienta, incrustando sus dientes sobre su corazón aun latente devorándolo dentro de su pecho.

El dolor era insoportable, haciéndole suplicar por el alivio de la muerte para terminarlo, su mirada empezaba a oscurecerse, mientras una figura se posaba frente a él.

Una mujer envuelta en un velo negro, con cuernos y alas negras, brazos que se estiraban hasta el suelo caminando de forma cuadrúpeda, llorando justo sobre él.

Volgogrado Rusia, Año 2052...

Dia 2…

La cabeza del joven daba vueltas, un ardor cubría el hemisferio derecho de su cabeza mientras él lentamente recuperaba el sentido.

Era capaz de sentir como su cabeza estaba recostada sobre algo suave y cálido.

Algo ligero de un aroma dulce rozaba su rostro, abrió los ojos y frente a él se encontraba una chica joven de su misma edad, sosteniendo su cabeza sobre su regaso.

El joven se levanta rápidamente y observaba a su alrededor descubriendo que ya había caído la noche, y por la posición de la luna hace menos de una hora.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —pregunta con un tono de voz exaltado.

—Tranquilo, solo ha pasado una hora —responde la joven rubia frente a él —No pudimos llamar a una ambulancia así que le tratamos con los primeros auxilios del cuidador, pero ahora que está bien podemos ir a la ciudad...

—No, estoy bien —responde rápidamente —Pero ¿qué me golpeó?

—La hija del cuidador es amiga mía, cuando le vio acercarse de manera sospechosa trato de alejarlo —responde —Pero ni ella esperaba llegar a noquearlo.

La cabeza del joven estaba inundada de preguntas, ¿Quién era esta chica? ¿Cómo estaba relacionada al robo del paquete? Y principalmente, si ella sabe quién es él entonces porque lo ayudo.

—Antes… lo que dijiste, que soy un ángel de la muerte ¿Qué significa? —pregunta el joven sin rodeos, su respuesta definiría su siguiente curso de acción.

—¡Eso! —exclama con un tono agudo y apenado —¿Lo escuchaste? ¿Qué te pareció?, no pensándolo mejor no me lo digas, esto es demasiado vergonzoso.

La joven mostraba indicios de clara ansiedad, parecía ser alguien que cuidaba de su apariencia, pero quien no pasa mucho tiempo con otras personas, analizó el joven según su comportamiento.

—Me pareció un golpe en el rostro —responde provocando que se sonroje —Pero me dejó pensando, el tiempo es infinito y nunca muere y si sólo estuvieras acompañada por el tiempo, entonces la única muerte que conocerías sería la tuya.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.