Order Volumen 4

IX: Punto de quiebre.

¿Cómo puede un humano prepararse para la muerte?

¿Hay algún manual, o algún consejo útil?

¿Qué ocurrirá cuando muramos?

¿Hay cielo?, ¿Hay infierno?

¿Caeremos en un eterno sueño?

¿O reviviremos nuestras vidas en un ciclo infinito?

Quizás es momento de que empecemos a meditar al respecto...

—Yublan J. Jaeger

Las alarmas de la ciudad finalmente cesaron, mientras en el piso más alto de la torre de babel, en la gran capilla el patriarca desde su trono es divisado por una mirada en la oscuridad.

Una leve e irritante risa se escucha en el lugar mientras el anciano levanta su vieja y cansada mirada.

—¿Cuánto tiempo vas a esconderte? —espeta a la oscuridad de la que emergen el brillo de dos diabólicos ojos rojos.

—Deberías verte Usurpador, tan cansado y tan débil, casi me das lastima —exclama una voz desde la oscuridad.

—Nuestra edad es relativa, solo soy viejo, pero eso es temporal, aun sigo siendo superior a ti, Uriel. —exclama.

De entre las sombras emerge un hombre de media estatura con traje, cabello negro y anteojos cubriendo un par de ojos rojos, su piel se vuelve pálida mientras la clara de sus ojos se tiñe de negro y venas rojas cubren su rostro.

—¿Por qué pelear hermano?, ambos deseamos lo mismo, pero tu buscas traer el Ragnarok a los humanos... —espeta con un tono burlón —Sé lo que, hiciste hermano, puedo sentir el poder de esa muchacha, no sé cómo o donde la encontraste o a que estas jugando, pero claramente no compartes nuestra visión, así que he venido a llevármela, puedes cooperar o interferir.

—No puedo permitirte que te la lleves —Aclama el patriarca poniéndose de pie —Tengo planes para ese poder que ninguno de ustedes será capaz de comprender.

La sangre del cuerpo de Uriel empieza a aglomerarse en su espalda manifestándose en forma de colas de escorpión con lanzas de hueso en la punta.

Las estacas avanzan hacia el patriarca a gran velocidad, pero antes de impactar con el anciano, son repelidas y devueltas al hombre a gran velocidad, cortando levemente su piel.

—Te lo dije, tú no puedes vencerme —Espeta el patriarca revelando un par de alas blancas en su espalda, así como gotas de sangre que orbitan a su alrededor.

—Tienes razón Usurpador, nadie puede superar tu dominio de la sangre —exclama con confianza cerrando los ojos —Es por eso que tuve que hacer trampa.

De la mano de Uriel un globo ocular se hace presente con un iris plateado como un espejo reflejando el cuerpo del patriarca.

Este dio un par de pasos hacia atrás para inmediatamente caer al suelo; el anciano estaba confundido mientras veía la mitad inferior de su cuerpo bifurcado a un lado.

Tras él, su trono empezó a derrumbarse exhibiendo una línea que lo cruzaba por el centro; y un hombre de ascendencia japonesa, cabello largo y ojos dorados se hiso presente, se trataba del ex apóstol Daisuke Ishigami.

—Déjame contarte una historia Usurpador, Phil Hautes, tuvo una vida desafortunada, sus padres murieron frente a sus ojos en un choque de autos, sus tíos quienes lo cuidaban murieron en un incendio siendo el único superviviente, y su hijo y su mujer, murieron en un robo a un banco, todos los que cruzaban mirada con Phil sufrían muertes horribles más pronto que tarde, un hombre lamentable, pero un manjar delicioso —exclama relamiéndose el brazo —Tú estabas destinado a morir desde que cruzamos miradas hermano, no había nada que...

Antes de poder terminar de hablar, es acallado cuando una lanza roja perfora su cuerpo desde la espalda.

Uriel es paralizado en el lugar, tratando desesperadamente de darse la vuelta, pero antes de ser capaz de lograrlo una cuchilla de sangre aparece cortando sus ojos y su brazo.

—¿Alguna vez te han dicho que hablas demasiado hermano...? —espeta una voz desde la oscuridad.

—Imposible, estoy seguro de que...

—Ese anciano es solamente una marioneta, cumplió su propósito hace mucho tiempo —exclama la voz —Por la pérdida de sangre asumo que a tu cuerpo le quedan unos minutos antes de morir.

—¿Cómo puedes... estar en dos lugares a la vez? Es imposible... —Reclama Uriel.

—No es imposible, simplemente nunca se había intentado, es por eso que me fascinan los humanos, tienen cierto grado de... visión, que considero excitante... —Señala.

—Estás traicionando a madre...No… te saldrás con la tuya…

—Si tengo que elegir entre la vida de la humanidad y el deseo de madre... creo que prefiero apostar por la humanidad... —espeta

—Eres un traidor... cuando nuestros hermanos te encuentren...

—Cuando nuestros hermanos me encuentren ya será demasiado tarde —Aclama con una sonrisa —Un gran cambio se aproxima, y los últimos remanentes de los dioses no seremos capaces de impedirlo.

—¡Ishigami, acábalo! —grita al ex apóstol quien no mueve un musculó en su ayuda.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.