Oreyet y Orefiyet

Capitulo 15 - respeto o superioridad parte 1

La brisa de la tierra de los hombres era más fría de lo usual, una neblina había cubierto toda la tierra de los vikingos rojos volviéndola aún más triste, Oreyet había perdido toda la esperanza de ser rescatado cubriéndose con su cola para evitar que alguien mas vea la vergüenza de ser capturado.

En su mente pensaba que al final Orefiyet había tenido toda la razón respecto a los humanos, todos eran muy crueles y mentirosos, al igual que en la feria habían humanos de todas las edades, unos ofreciendo lo que tenían y otros comprando todo lo que podían, unos rogando por comida y otros hartándose hasta reventar, no eran diferentes a los animales el mas fuerte se aprovechaba del más débil.

Oreyet observo que entre ellos no había misericordia, observo como un humano adulto asesinaba a un humano cachorro a golpes y nadie había hecho nada, su pequeño cuerpo estaba tirado en la tierra y todos pasaban encima de él como si fuese parte del suelo, al final quedó en una conclusión que los humanos eran iguales a los dragones, no había nada especial en ellos y que si los dragones fueron expulsados de ese mundo por su crueldad lo mismo les pasaría a ellos, entonces su vida podría arrebatarse en cualquier instante, de todas formas la iban a perder y su recuerdo tampoco sería de gran importancia no pensaban en la tierra en la que estaban parados mucho menos lo harían de sus propios prójimos, su raza sería extinguida mas rápido de lo usual y lo causarían ellos mismos

- Hey dragoncito deja de soñar!!- le gritó uno de los hombres y con fuerza lo bajo de la jaula en la que estaba, lo cargaron frente a todos caminando en forma de círculos exhibiendo cada rincón de su cuerpo

- este dragón fue hallado en las profundidades del mar, luchamos contra criaturas jamás vistas y entre ellas había una Alfaremkay junto con su cría, en una distracción logramos quitársela y e aquí un tesoro como ningún otro

- dijo el capitán mintiendo como si fuera algo muy normal para el, aunque debería serlo, los marineros habían vivido de sus mentiras todo ese tiempo eran unos muy buenos mentirosos y todos lo sabían

- y es verdad esas palabras?- pregunto un hombre de entre la multitud

- por supuesto- dijo no el capitán sino Reur, todo el mundo lo conocía como el gran comprador despiadado, cruel y sumamente rico, en su pasado fue un noble de cuna alta pero lo habia perdido todo al meterse con la esposa del hombre equivocado, cuando fue descubierto su romance lo habían castigado marcándole el rostro y desterrándolo de su hogar, fue triste para él que lo había dado todo por una mujer y que al final lo terminaría abandonando, al menos le dio un hijo bastardo que no fue reconocido por su propia madre decían las malas lenguas esperando su desgracia, sin embargo Reur lo había superado y resentido huyó de esas tierras a empezar una nueva vida jurando ser mejor que el hombre por el cual lo habían dejado solo.

- Reur el despiadado, se nota que usted si sabe de dragones

- no hable en su defensa, aunque si se bastante de dragones por qué es ese mi sustento de vida

- y entonces va a proponer algo?

- no intentes engañarme con tus palabras embusteras que se quien eres, solo te ofreceré lo que en realidad vale 100 piezas de oro - hablo Reur, y con seguridad de que el Capitán aceptaría saco las monedas restregándoselas en la cara, el Capitán ofendido rechazo el dinero empujándolos con un golpe hacia un lado provocando que se cayeran a los pies de Reur, quien humildemente se inclino para recogerlas para luego levantarse y mirar fijamente al capitán

- cuánto pides? - pregunto

- al menos 10 veces más ese precio

- y como sabemos que es verdad lo que dice, como sabemos que no es una estrategia de ustedes dos para vendernos su producto? - dijo un duque que era dueño de varias islas

el capitán dejando de lado a Reur se acercó a Oreyet y mostrando un cuchillo dijo:

- para aquellos que no crean las palabras de este humilde pesquero e aquí la prueba de mi honestidad - grito a viva voz el y sacando un cuchillo dio vueltas mostrando a todos como se hacía una herida tan profundidad que si seguía sangrando moriría, todos se asombraron y gritaron loco!, pero el capitán respondió:

- ahora verán cuanto vale este dragón - dijo y con el mismo cuchillo hirió Oreyet, quien inútilmente trataba de alejar su pata herida retorciéndose de dolor pero los demás marineros lo sometieron, el capitán baño su herida con la sangre de Oreyet y al instante está se curó. Todos observaron con asombro lo sucedido y un gran silencio se formó en el ambiente, el capitán orgulloso levantó la mano y grito:

- ahora dudan de mi palabra?!!!- de inmediato todos comenzaron a dar sus ofertas

- yo le doy 500 monedas de oro y una de mis islas - dijo un noble que observaba todo desde cierta distancia

- yo le daré las mil y parte de una isla- dijo el duque

El capitán no había aceptado ninguna propuesta, observaba a Reur esperando a que él diera la última oferta

- se que es lo que quieres a cambió de ese dragón - dijo Reur y de su abrigo saco una daga de un brillo rojo, los ojos del capitán brillaron de la codicia mientras se escuchaba como las personas murmuraban

-aceptare su propuesta, pero primero venga a tomar algo a mi navío- dijo el capitán, con una mano sello el trato y con la otra invito a Reur a su navío, el capitán no era una persona de principios, era bastante codicioso y no era sorpresa para ninguno que el trato no fuera cumplido al 100%

- veras querido amigo Reur me gustaría que dijeras ¿de donde conseguiste una daga de hechicero? - dijo el capitán entrando a su cabina en donde también se encontraba el anciano y Josi quien no podía pronunciar ni una sola palabra pero si hacia sonidos extraños

- que le paso a este niño?

- es mudo, desde nacimiento- dijo el anciano

- eso es cierto niño?- pregunto Reur y mientras observaba sus heridas del pecho ya había deducido todo




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