Oreyet y Orefiyet

capitulo 16 - yo no tengo la culpa

La sangre había manchado el suelo y la espada del hombre que cruelmente había asesinado a un niño, el corazón de Josi ha dejado de latir al igual que el de Oreyet que no podía creer lo sucedido, el amor suele convertirse en desesperación al no ser correspondido y el respeto suele confundirse con superioridad, eso es lo que le pasó a Josi, amaba al capitán como un padre pero él no sentía lo mismo, Josi de alguna forma se habia acostumbrado al rechazo y el desprecio creyendo que que el capitán era superior a él casi y lo consideraba un dios superior a en todo sentido

- los humanos son tan despreciables- pensaba Oreyet enrollándose entre si reflejando su pena

Mientras tanto Orefiyet ya había llegado a las costas solo y cansado, observo los humanos con cautela recordando las palabras de Trueno

- no todos son buenos, el hombre siempre tiene hambre, un hambre que nadie puede saciar, es capaz de matar a sus propios hijos para llenar su panza y su ambición es más grande y profunda que todo el mar, recuerda bien eso

Las palabras de Trueno resonaban en su cabeza una y otra vez, en realidad eran así de malvados los humanos?

Orefiyet se mezclo entre los otros dragones para pasar desapercibido, entre más grandes eran los demás mejor para el sería esconderse

- quien es ese, que me causa mas esfuerzo cargar el peso!?- pregunta un viejo dragón en su idioma mientras jalaba una carreta

- lamento hacerle más peso solo quiero que me lleve hasta eso que busco -

- buscas?, que buscas?

- a mi hermano, uno como yo, idéntico pero menor

- si escuché sobre el, fue vendido a aquel - dijo señalando a un barco, el barco de Reur

- se lo agradezco no le causare mas esfuerzo- dijo Orefiyet intentando saltar de la carreta pero una gran sombra detuvo su camino, un dragón adulto y adolorido lo veía sin parar, lo habían atravesado las mandíbulas con un fierro para amarrarlo a su cabeza y así montarlo, de sus agujeros salía una pus y la sangre había manchado sus ojos, estaba embarrado de barro al igual que los demás con la diferencia de que a su ojo le habían clavado algo por qué estaba hinchado o tal vez algún animal lo comía por dentro

- es por culpa de los tuyos que sufro aquí!!!- grito el dragón

- fue tu padre el que desterró a mi antecesor a este mundo, lo desterró solo por retarlo y perder, pero este fingiendo nobleza dejo vivos a sus hijos para desterrarlos a la tierra de los hombres a una muerte segura y cruel, el pensar que mis hijos pasaran por lo mismo sufrimiento me hace querer matarlos yo mismo, triste es mi suerte aunque yo no hice nada, yo no tengo la culpa ni tampoco merezco esta desgracia.

- deja de quejarte que a mí me han cortado las alas y mi libertad es solo un sueño dónde puedo volar, que ni hijos puedo tener por decisión de los hombres que me han quitado toda la dignidad, tampoco fue mi culpa, pero de sirven las quejas que no podemos comerlas? - dijo el viejo dragón mostrando sus alas cortadas - me han unido a esta carreta a empujarla toda la vida, pero no quiero esto para los demás tanto como tú para tus hijos

- tal vez el pueda ayudarnos! - dijo el dragón mas herido

Orefiyet se ocultaba de miedo ante su aspecto horrible intentando escapar pero el dragón mas herido lo empujaba hacia atrás cada vez que trataba

- te mataré ahora mismo si no juras ayudarnos y destruir esta isla

- yo...

- júralo!!!

- lo juró!!!- grito Orefiyet del miedo

- no puedes romper tus juramentos cachorro Alfaremkay, toda mi descendencia te estará esperando tu cumplimiento y si es que de verdad tienen el honor que presumen cumplirás este juramento

- pero... Si no salgo de aquí y voy a ese barco nunca podré cumplir la promesa que te ice

- báñate con eso - dijo el dragón viejo mostrándole unas piedras de carbón, Orefiyet obedeció con temor y con ese carbón termino completamente negro- ahora revuélcate en el barro y a nadie le importaras

- recuerda tu promesa cachorro!!!!

- si.. ya me voy- dijo Orefiyet y con miedo corrió a toda prisa hasta treparse a ese barco

lentamente se introdujo en el equipaje del barco el cual fue trasladado al despacho del capitán, no fue ningún problema colarse pero si lo seria irse

Buscando a Oreyet se acercó hasta un pequeño cuarto, no era de un adulto, lucia muy elegante, había juguetes por todos lados y varias cadenas con rosas amaradas entre si. No eran sus intenciones entrar hasta que un ruido muy fuerte lo obligó a esconderse adentro

- que paso!!?- gritaron todos mientras que de lo lejos una gran bola de fuego emanaba al cielo

- jajaja - rio Reur

- señor, que sucede?- pregunto su segundo al mando

- pues el imbécil de ese capitán libero lo que contenía la daga

- que?, como?

- pues le di un poco de sangre de su creador para abrirla, le dije que contenía grandes cantidades de oro y que podía almacenar cuanto quisiera, pero le advertí que debería abrirla en un lugar más privado, a parecer no aguanto la curiosidad

- pero no había oro ahy, verdad?

- claro que no, en su lugar almacene el fuego de una explosión que ocurrió ase poco

- porque?, cree que el capitán no hubiera guardado el secreto?

- debo tomar las precauciones debidas de todos, ha! y respecto a los hombres que saben sobre ese cachorro y que estuvieron presentes en la compra, mátalos al llegar a tierra

- si señor.

En el pequeño cuarto Orefiyet se había dado cuenta que no estaba solo y ocultándose detrás de los almohadones observo a una pequeña figura que miraba a la única luz del cuarto con anhelos de salir, estaba rodeado de todo tipo de juguetes y mucha comida, pero lo que mas llamaba la atención eran sus ojos rojos como la sangre unos ojos que Orefiyet ya había visto antes.




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