Presente:
Oreyet nunca había imaginado que tendría tan pronto una manada, aunque lo había rechazado en varias oportunidades, los dragones que rescato no lo dejaban de perseguir
- ya apártense de mi!!- les grito Oreyet
- pero señor, quien mas nos protegerá, la mayoría de nosotros estamos acabados, completamente destrozados- dijo uno de los dragones
- y todo por culpa de los humanos- dijo otro
- por que no están aquí y no en el santuario?- pregunto Oreyet
- somos desterrados mi señor
-desterrados?
- nuestros antepasados le faltaron el respeto al padre de tu padre, a uno de los antiguos alfas y su castigo fue el destierro- dijo uno de los dragones
- desterrados al mundo de los hombres a vivir una vida de miseria llena de angustia, tormentos y desgracias - dijo un dragón viejo
- son muy pequeños- dijo Oreyet
- es por que aquí nuestro cuerpo se adapta al ambiente que nos rodea, no mejoramos sino que empeoramos, mis descendientes seran muscho mas pequeños y débiles que yo
- cuanto tiempo llevan aqui?
- bastante, desde inicios remotos y siempre vivimos lo mismo, se lo suplicamos mi señor, déjenos seguirlo y recibir su perdón.
- aunque quisiera no podría, no soy el alfa
- pero lo será, ira a retar al Alfa ¿verdad?
- si..., bueno, primero debo resolver algo, así que les pediría que me esperaran aquí
- si, lo que usted ordene mi señor- dijeron los dragones asentándose en una pequeña isla no muy lejos de tierra
Oreyet dejo eso de lado, ya tenia bastantes problemas como para preocuparse de otros, había volado hasta donde estaba Morel, necesitaba ver como estaban los hijos de Orefiyet, no confiaba en Morel después de todo además de humano era un niño
- haaa!!!- grito Morel al ver a Oreyet descendiendo a tierra
- cállate niño!!!
- que es lo que quieres, quieres ver a tus hijos?
- no son mis hijos, pero si quiero ver como están
- están bien, observe- dijo Morel levantando una sabana hecha de hojas y malezas, ahy adentro de una roca ahuecada estaban los dos huevos y debajo de ellos una fogata que Morel alimentaba
- quédate atento ya casi nacerán
- si, siempre alimento la fogata para que nunca se enfríen
- bien
- pero Oreyet donde esta Kamir, ¿la dejaste atrás?- pregunto el niño buscando a su hermana con la mirada
- se quedo, Draiker la tomo como garantía de que volvería- dijo Oreyet apartando la mirada
- que!!, como pudiste dejarla!!?, acaso no te preocupa de que este herida?
- ten cuidado en como me hablas!!!, pequeño niño humano- rugió Oreyet enfurecido mientras que Morel se arrastraba por el suelo intentando retroceder- si no me sirvieras te acabaría ahora, así que no hables y ve a cuidar a mis hijos, digo!, los hijos de Orefiyet
- si- respondió asustado el niño
Oreyet salió volando rápidamente, su objetivo era llegar a la antigua base de Reur en donde se separo de Orefiyet, tal ves ahy recordaría algo
Mientras mas avanzaba mas le pesaba la conciencia, el miedo lo acompañaba, pero ¿miedo de que?, ¿de que Kamir estuviera herida?, ¿de las palabras de Trueno? o ¿de que Orefiyet nunca fue una amenaza?
- por que, por que!!!- ruge Oreyet - por que me pasan todas estas desgracias?!!!- grito lanzando grandes cantidades de fuego al aire y después de desahogar toda su furia una unica pregunta rondo por toda su mente y por que que intentaba encontrar respuesta el sabia que nunca la encontraría, lo peor de todo es que esa pregunta lo atormentaría por el resto de su vida y aunque Oreyet ya había inventado varias escusas nunca serian suficientes para responder a esa pregunta
"en verdad era necesario matarte?"