NO DEJARE

Yoongi lo pudo notar, yoongi sabía que algo andaba mal. Por más que jimin quisiera ocultarlo él sabía que algo no encajaba. Pero los demás, que no conocían a jimin más allá de los juegos, no podrían notar la diferencia.

Se podía ver en sus ojos el miedo y la preocupación. ¿Pero qué era lo que le podría preocupar?

Ya no hablaba mucho, no mostraba sonrisas sinceras y cuando le preguntaban qué era lo que sucedía o porque estaba así él solo atinaba a decir que todo estaba bien y que no sabía de qué estaba hablando mientras soltaba otra vez esa sonrisa falsa que no engañaba a yoongi.

Para jimin todo fue un martirio, él no quería jugar más, no le gustaba esa clase de juegos. Pero el líder le decía que estaba bien, que eso hacían los niños buenos, que era su secreto y que lo quería demasiado.

Todo se desmoronó un día martes, a una semana del cumpleaños del menor y cómo se acercaba su cumpleaños se sentía un poco más animado por que a diferencia de los demás jimin si lo festejaba con alegría.

Camino un rato por el patio trasero del orfanato y pudo visualizar a yoongi persiguiendo a unas gallinas, parecía sudado y sucio, pero eso poco le importo cuando corrió a abrazarlo.

-- que haces aquí? ¿Terminaste tus tareas? --cuestiono, tenía miedo que el menor se pudiera escapar sin permiso, pero sus miedos desaparecieron cuando jimin asintió.

-- me levante justo después de ti y las complete rápido, estoy libre hasta la tarde -- sonrío, yoongi no pudo evitar devolverle la sonrisa y corresponder el abrazo, ya eran poco los momentos que podían pasar tiempo juntos, constantemente a yoongi le daban más cosas para hacer y le complicaban su forma de hacer el trabajo.

Antes solo tenía que sacar a los pollos, hacer que coman todos y llevarlas de regreso. Una vez dentro tenía que guardar a las más jóvenes para qué coloquen huevos. Una vez eso listo, solo limpiaba lo que habían ensuciado y guardar todo lo utilizado en el invernadero.

Pero ahora tenía que hacerlas comer, regresarlas a todas CARGÁNDOLAS, separar a las más jóvenes, las madres, los pollitos y limpiar todo. Y cuando decía todo era todo, no solo barrer, sino que también baldear, acomodar la paja de los nidos y ordenar el invernadero.

Al separarse yoongi decidió dejar un rato más a las gallinas caminar mientras conversaba con jimin, por fin después de semanas podían hablar más tranquilos y disminuyendo de esa manera el estrés.

Pero su paz no duro ya que unos minutos después escucharon aun voz muy conocida para los dos.

-- Aquí está-- levantaron la cabeza y se encontraron con el líder y la Madre. ¡Los dos miraban a yoongi con reproche -- le dije que no estaba haciendo sus deberes y por esa razón encontraron a esa gallina, muerta! -- recalcó-- en la entrada.

Yoongi no entendía que estaba pasando ¿gallina muerta? ¿Pero cómo?

-- Esperé muchas cosas de ti yoongi pero descuidar de esa manera tus deberes y cómo consecuencia destruir la vida de un pobre animalito-hablo la Madre, el líder dio un paso afrente para tomar a jimin de la mano, logrando de esa manera, colocarlo de pie y alejarlo de yoongi.

-- al cuarto del pecado ¡ahora! -- grito el líder, yoongi intentó hablar para defenderse, pero solo recibió una bofetada de parte de la Madre mientras alegaba que era un sinvergüenza por intentar justificarse por algo que era su deber y no hizo bien.

Cuando jimin escucho el golpe que recibió yoongi, sin poder evitarlo, comenzó a llorar e intentar soltarse. Sentía mucho dolor en su pecho al ver que golpeaban a su hyung por su culpa.

-- ¡yoongi no tiene la culpa! Yo fui quien lo distrajo, todo es mi culpa, castiguen me a mí. ¡No le peguen más por favor! -- yoongi al escuchar las suplicas de jimin y sus intentos fallidos de soltarse, solo se acercó un poco y le susurro "voy a estar bien y no fue tú culpa, no te preocupes por mí" y con eso dicho emprendió su camino al cuarto del terror con la mano de la Madre en su espalda, incitando de esa manera, que camine más rápido. Yoongi sabía que recibiría veintiséis latigazos, pero solo le quedaba tragar duro y aceptarlo.

Aceptaría toda la responsabilidad solo para que jimin no recibiera ni un solo rasguño.

Jimin llego a su cama y no pudo parar de llorar, en ese momento estarían haciéndole algo a yoongi y todo porque él lo distrajo, yoongi siempre se metía en problemas por su culpa. Todas las peleas en la que se metió fueron por defenderlo, no quería seguir asiéndole dañó y sabía quién era la única persona que sería capaz de hacer que dejen de castigarlo.

El líder

Sí, yoongi no podía ni ponerse de pie después de los golpes, estaba seguro que su espalda estaba sangrando, su garganta le comenzó a doler cuando iban por el dieciséis, pero parecía que escucharlo gritar solo le daba más fuerzas, al líder, para golpearlo con más ganas. Sus ojos estaban hinchados, comenzó a llorar a partir del veinte sintió cómo si los golpes hubieran llegado a sus mismos huesos y arremetían con ellos sin piedad alguna.

Aún estaba tirado en el piso boca abajo, no sabía si podría ir con jimin. Si el menor lo miraba así seguramente se pondría a llorar y ver sus lágrimas era una verdadera pesadilla. Ver las lágrimas de jimin era peor que recibir un castigo.

A la mañana siguiente paso por el cuarto para intentar ver a jimin pero su cama se encontraba vacía, seguro se volvió a levantar temprano para hacer sus deberes, pensó.

El día lo paso normal, a la hora del almuerzo jimin apareció y al ver a su hyung sentado en la silla de siempre una chispa de alegría se encendió en sus ojos, sin poder evitarlo se acercó, casi a tropezones, y se lanzó a abrazarlo, yoongi no pudo evitar soltar un gemido de dolor al sentir las manos de jimin apretar su espalda. Jimin al escucharlo se alejó como si su hyung lo más que pudo, para seguido volverse a acercar lentamente.