Capítulo 33 – La Hermandad de la Serpiente

El arqueólogo apenas podía respirar. La sombra que había visto entre las columnas no era una ilusión. Desde la penumbra emergieron figuras encapuchadas, con túnicas oscuras bordadas con símbolos serpenteantes. Sus voces eran un murmullo coral, un canto en un idioma que parecía vibrar con la misma frecuencia de las paredes. Lo rodearon, iluminando el sarcófago con antorchas modernas, como si conocieran exactamente qué estaban buscando.

—El elegido ha abierto el corredor —dijo uno, con un acento que parecía una mezcla de lenguas antiguas.

El arqueólogo comprendió de inmediato: aquella era la Hermandad de la Serpiente, una orden secreta cuyos rastros había encontrado en códices mesopotámicos y en manuscritos ocultos del Vaticano. Eran descendientes de sacerdotes que habían hecho pactos con los dioses caídos, y su misión era custodiar —o manipular— las reliquias prohibidas.

Ellos no se sorprendieron de verlo. Al contrario, parecían esperarlo. Uno de ellos levantó un objeto metálico, como una llave tallada en oro y obsidiana. Con ella, tocaron el sarcófago. La vibración aumentó y la luz dorada se intensificó hasta cegarlos.

De pronto, el techo se iluminó como un cielo nocturno. Constelaciones brillaron en orden: Orión, Sirio, las Pléyades. El arqueólogo recordó que muchas culturas antiguas afirmaban descender de esas estrellas. El mensaje era claro: la Hermandad poseía el conocimiento que conectaba las mitologías del mundo.

El líder de la Hermandad se volvió hacia él. —Has llegado hasta aquí porque tu sangre lo permite. Eres descendiente de los primeros, de aquellos que fueron tocados por los Vigilantes. Por eso pudiste leer los símbolos.

El arqueólogo sintió un frío recorrerle la espalda. Su obsesión con los manuscritos ocultos ya no era una simple investigación. Era parte de un linaje oculto.

En ese instante, comprendió que estaba atrapado entre dos fuegos: el deseo de revelar la verdad al mundo y la amenaza de convertirse en prisionero de una orden que llevaba siglos manipulando la historia.