Capitulo 10

¡No entiendo! - susurra Karen - ¿cómo es que entiendes tu? Anda, cuéntame tu secreto.

–No es ningún secreto, solo estudio. Y ya deberías de saberlo, me reclamas cada que me pongo a estudiar y no te pongo atención– señalo – y calla porque nos van a sacar de la clase.

Ahora mismo estoy haciendo un examen sorpresa de parte de nuestro "querido profesor" lo bueno es que yo si me prepare aún sin saber del examen. Tal vez por eso no me son tan desagradables, Karen por otro lado los odia ella nunca está preparada.

–¿Porqué no me pusiste a estudiar contigo?

La miró indignada, ahora resulta que es mi culpa.
Justo cuando iba a decir algo suena la campana y oigo como suspira y mira su examen donde solo tiene escrito su nombre.

– Esto definitivamente no es para mí –

si bien es mala en el estudio ella es muy buena en moda y es muy bonita, bien podría ser modelo.

– Losé por eso vas a ser modelo –

– ¿En serio? ¿Tú me ves así?

– tonta no eres y sé que lo sabrás lograr modelo o diseñadora –digo

Ella sonríe pérdida en sus pensamientos y sé que se está imaginado ambas cosas.

– Anda vamos a comer, muero de hambre.

Llegamos al comedor y se oye el bullicio del comedor, aquí no es diferente a los clichés de los libros, aquí hay mesas que son asignadas a diferentes grupos, cerca de la entrada está la de las "populares" quienes visten como si fuera pasarela, cercas de estas están la de los "chicos y chicas malos" los que visten de cuero y negro, luego está " los atléticos" quienes su vestimenta es el uniforme deportivo (ridículo) junto está las porristas, los nerds quienes están muy lejos de los populares y luego están los chicos comunes y corrientes con los que almuerzo (algunos envidian a los demás) no seremos amigos pero la pasamos bien.

Nos sentamos y un chico, Simón, la habla a Karen.

–¡Oye! Chica valiente oí que la semana pasada le diste una paliza a la abeja reina. – si todos la llamaban así – bien hecho – levanta el pulgar

– Ugg, si ya me tenía harta, tiene suerte de que tengo clase  y la ignore por qué ahorita estaría haciendo cirugía plástica en la cara de lo deformada que la dejaría – amenazó Karen.

– Si Karen, tienes mucha clase – irónice.

Me ignora y se pone a platicar como agarro a Jennifer y la golpeó exagerando un poco, cuando alguien se sienta a un lado de mi, volteo y reconozco enseguida quien es.

– Hola – saluda Tom, el chico al cual salve de morir.

–ah, hola.

– Vaya, si que te emociono verme – dice sonriendo – ¿Esperabas a otra persona?

Noooo, tal vez si lo digo muchas veces me lo crea.

– uh, no, lo siento solo estaba pensando – digo

– No te preocupes – mira a Karen  platicar su gran azaña y se estremece – tu amiga es agresiva – dice

Río y veo como la mira horrorizado

– Solo un poco – Mi deber de amiga dice que debo defenderla aunque sea la más agresiva persona que he conocido.

– Mira soy un hombre de palabra y como me salvaste de la fiera, te invito a por un helado.

¡Ay! Mi punto débil, iba a rechazarlo hasta que oí el helado.

– ok, te parece después de la escuela.

– Está bien, nos vemos – se despide

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–¿ Vamos a tu casa? – pregunta Karen.

– Lo siento, no puedo. Voy a salir –

– ¿A dónde vas? – pregunto curiosa.

– El chico al que casi matas, me invitó por un helado como agradecimiento por salvarlo.

– ah, una cita. Tú primera cita, creo que voy a llorar – se limpia una lágrima imaginaria.

– No es una cita –

– Ya, ni tú te lo crees. Bueno ya vete luego me lo presentas – me empuja hacia la salida

– Pero, si ya lo conoces.

– Ajá si lo que sea, dile a ese Tomás que si se quiere sobre pasar contigo se las va a ver conmigo.