Orquídea de plata

Un alma cautiva

Pase dos noches junto a un ventanal
Temeroso de una pronta muerte 
Mil sombras se movían a mis ojos 
Y un cántico movía mis delegadas piernas 
Estaba cansado y mi musa estaba ausente.

Caí en un mar de negras aguas 
Extrañamente estaba sereno y no había ninguna barca 
Pasaba el sol, y después venía a saludar la luna 
Estaba cansado y todo me era extraño 
A lo lejos una embarcación apareció, como un gran fantasma 
Arrojó un par de flores azules y moradas 
Y siguió su camino.

Los días transcurrían como pausados siglos
Mi carne se hacía vieja y mis huesos una extraña agua 
Quería vivir, o quizás morir 
Estaba cansado y mi musa estaba ausente.




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