Orquídea de plata

La vieja casa

Temo una vez más a los fantasmas de la vieja casa 
Cauteloso vigiló las enmarcaciones de mis antepasados 
Rezo al Dios de Abraham por la oscuridad que cierne las ventanas 
Mapeo apresurado en unas cuantas servilletas 
No creo tener la audacia de ser el guía de mi travesía
Pero atravieso las regiones oscuras de aquella vieja casa de mármol y esperanzas.

Temo a los fantasmas 
Pero daría mil lirios 
Para que uno me robe el sueño.

A los lejos gruñían las bestias 
Alzaban sus copas
Invitándome a unirme a sus filas
Yo solo quiero Vino y recuerdo 
Y vestirme, quizás, de blanco 
El insidioso repiqueteo del reloj revela su secreta labor; 
Pronto he de morir 
Y mi travesía será una ensoñación.




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