Busco tu rostro en las oscuras regiones del olvido
Ardo en fiebre en mis evocaciones diáfanas de tu sexo
Rasguño el indomable deseo de mis labios por los tuyos
Como desamparado tanteo uno a uno los recuerdo que me lleven al éxtasis de tus besos
Corro y me desvisto ante la multitud que clama que seas olvido
Deambulo por el cadáver de una ciudad
Buscando entre rezos y lamentos tus ojos de perlas.