La mujer de Babilonia traía unos claveles en su cesta
Decía que eran un regalo de las montañas de occidente
Perfumadas de muerto envejecido las repartió entre los niños, que enfermaron y a los catorce días fueron sepultados
La mujer de Babilonia se carcajeó
Cuando vio los machetes airados
Busco se yegua y se marchó de la ciudad clamando; la culpa es de las montañas de occidente.