Tu ausencia temprana
Desborda el río efímero de la añoranza
Cuece la piel salvaje de una bestia imaginaria
Que nunca es saciada
Tu ausencia temprana
La amarga espera de un rocío cálido
que humedece unos labios agrietados
El sutil anhelo de tus labios carmesí
La bella de tu pecho blandido
Y la espera ansiosa de una flor color rosa
que proviene de un Edén mejor creado del de Dios
Desvariado amador
Aterrado de la oscura noche
De sus siluetas benévolas
Sus astros claros como miel
La respuesta fugaz de unos besos prohibidos
Ver felices fantasmas recorrer la alcoba
La lágrima triste desciende por la mejilla
“cuando volverás, amor mío”
El deseo perpetuo de que uno de ellos seas tú.