Orquídea de plata

El buscador inconsolable

Te he perdido, no sé cómo ni cuando 
Desperté una mañana y ya no sentía el calor de tus labios 
Perdía la rima de las letras y los huesos me pasaban como el plomo 
Buscaba tu mano en las oscuras regiones del olvido, pero solo encontraba las mías 
Si tenía alma, se fue junto contigo.

Te busqué en las estrellas, en los mitos, en la religión ignota de los abismos 
Te busqué en la alcoba, en los sueños profanos de la incertidumbre 
Te busqué como se busca un tesoro, cavando con mis manos la tierra que nos separa 
No sé si te encontraré, pues no estás perdida 
solo nos separa el tiempo y las magias oscuras de las lenguas mezquinas.

 




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