Orquídea de plata

Cuando ya no estés

Cuando ya no estés
Perderá el aroma el jardín de las rosas
El frondoso roble secará sus ramas
Y sus hojas se convertirán en olvido.
Se convertirá el río de leche y miel
En amarga agua carmesí.

Cuando ya no estés
Quien me despertará los domingos
Con aquel amargo café
Quien me despertará las mañanas de abril
Extasiada de las hojas resplandecientes de oro
Quien estremecerá mi carne con el suave beso del colibrí.

Cuando ya no estés
Tu piel me será espina
Tus dedos como cuchillas se opondrán al toque del corazón tierno
Que ansiado busca vida en tus luceros claros.

El viento susurra que te olvide
Que tus besos sean recuerdos de otra época
Y tu sonrisa llama secreta.
¿Como he de olvidar a la mujer que me ha infundido vida?

 




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