Todas aquellas rosas que no te di
Reposan marchitas en el jarrón de papel.
Todos aquellos besos que no te di
Agrietan mis labios como suelo infértil.
Todos aquellos versos que deseaba declamar
Queman mi garganta como hornaguera encenizada.
Yo entregue de mi cuanto amor y caricias mi cansado cuerpo podía
Vivía en el vano afán de una primavera nueva ver
Cultive la simiente con anhelo y supersticiones
¡Oh! Esfuerzo mío
Jamás germino la enredadera
Que sanaría aquel amor olvidado en la cima.