Ya era de noche cuando Margaret y Gideón escucharon golpes en la puerta.
Habían estado toda la tarde revisando los periódicos, sacando y revisando las noticias sobre Nox, Nio les ayudaba y Jossep se había unido entusiasta a la tarea, era un buen sujeto, valiente soldado que se había unido al ejercito acabada la secundaria y se había enlistado como piloto, era el novio oficial de Margaret desde un mes antes de unirse a las filas y el que siguieran juntos era un autentico logro por el que según Jossep los dos se merecían una medalla.
Gideón solía llamarlo “El Capitán Ausente” porque casi nunca estaba a la vista, o se le sabia muy lejos en una misión o solo no sabía dónde estaba pero le caía bien por valiente, también a Nio, ambos escucharon atentos sobre el casual encuentro con Nox y al profesor solo le había sorprendido que el general se fuera tan rápido, normalmente era más inquisitivo.
Lo dejaron de lado y se dedicaron a evaluar notas de opinión pública hasta que ya de noche alguien empezó a golpear la puerta, lo extraño es que ese alguien debía medir lo de una mesita de té y aporreaba la puerta con el borde de algo metálico, además por el resquicio de la puerta podían ver una sucesión de luces que solo Jossep reconoció como un código S.O.S.
El capitán se levanto de un salto, abrió la puerta, miro hacia abajo y vio…una lámpara de pie.
-¿Qué diablos?
Dio un paso para atrás desconcertado y un salto asustado cuando la lámpara levanto la cabeza apuntándole con su luz, repitió su secuencia encendiendo y apagando el foco y luego avanzo dando saltos sobre su único pie articulado hasta el centro de la habitación repitiendo su código de ayuda en cada cara que veía; todos estaban pasmados de la impresión, Margaret reconoció la lámpara que le había regalado a Nox, Gideón reconoció una burla hecha realidad.
-Oigan- dijo Nio saliendo primero del shock- ¿Esa lámpara se está moviendo sola?
Pero Gideón ya se había puesto de pie y corría por el pasillo, la lámpara lo siguió a saltos y luego todos los demás.
El profesor se fue directo a la habitación de Nox, la puerta estaba entreabierta, al entrar creyó que el mundo se le venía encima, Nox estaba tirado de lado en el suelo, le dio la vuelta y dio un suspiro de alivio al verlo encendido, estaba en suspensión, un estado similar al sueño o la inconsciencia.
-¡Dios, Nox!- Exclamo Margaret al entrar y ver.
-No hay tiempo- dijo Gideón- debo revisarlo, necesito un cuarto de reparaciones y mis herramientas, ¡Tráiganme una camilla ahora!
Nio salió por ayuda, Jossep quiso sacar a Margaret pero ella le dio un empeñon y se agacho junto a Nox, Jossep se le quedo mirando solo un momento y al final se fue por donde se había ido ya Nio.
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Nox soñaba…
Atrapado en su propio cuerpo…
Inconsciente del exterior…
Divagaba sintiéndose tranquilo… ¿Dónde estaba?, que importaba…
Y entonces comenzó otra vez y solo entonces recordó hacer estado allí antes, el cuarto pequeño, un par de brazos fuertes aferrándolo desde atrás, una respiración agitada, un corazón latiendo con fuerza en compas al ruido de su propia maquinaria, como fusionados en la acción.
Ahora había algo nuevo, la persona hablaba, ¿Qué estaba diciendo?, escuchaba una voz vieja y cansada pero no lograba hallarle sentido, era como si la persona sollozara…o lo hubiera hecho hace muy poco.
Y de repente volvió, su cuerpo se le antojo pesado y tieso por la ausencia, mientras su vista se ajustaba fue reconociendo a las figuras.
-Margaret…
-¡Nox!, dios bendito, ¿Qué hiciste?, casi nos matas del susto.
-¿Qué…hice…?- trato de recordar, ¿Qué había hecho?
Una luz titilante se lo recordó, su lámpara estaba por allí, paseando su luz parpadeante por el lugar ante los ojos asombrados de los técnicos que no acababan de creérsela, Nox se incorporo un poco y fue entonces cuando se topo con Gideón, el profesor no se veía ni impresionado, ni asustado, estaba lívido pero por una vez a Nox no le dio miedo.